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Respuestas taller de ciudadanía


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2020  •  Exámen  •  2.037 Palabras (9 Páginas)  •  120 Visitas

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1. En el debate sobre las ciudadanías posmateriales, el ambientalismo y las meta-ciudadanías:

a. Qué tipo de crítica a la ciudadanía ambiental se deriva de la afirmación de Eduardo Gudynas: “[En América Latina] la gestión ambiental es esencialmente una cuestión de mercado”.

b. Siguiendo las referencias de Gudynas a propósito de Dobson ¿Qué podemos entender por una ciudadanía ecológica?; de acuerdo con ello ¿Cuáles son las dimensiones y/o elementos necesarios para construir una meta-ciudadanía ecológica?

Respuesta:

En América latina, como afirma Gudynas, la gestión ambiental ha estado en medio de procesos del mercado, en el sentido de que el ciudadano es visto como un consumidor y no como un ciudadano. Por eso se el bien común queda en un segundo plano, y de defiende el interés individual del consumidor, ya que él, a partir de los costos y beneficios decide participar o no en el tema ambiental. En este sentido, la visión neoliberal no rechaza la gestión ambiental, pero sí la inserta estrictamente en el mercado.

Gudynas no sólo hace una crítica a la visión neoliberal y la representación pragmática de ésta en la gestión gubernamental, sino también a los gobiernos de izquierda, que miran la gestión ambiental como una oportunidad para el desarrollo de un país en términos económicos. Por eso no se puede ver, desde esta perspectiva al ciudadano como el que piensa en lo público y en la naturaleza sobre los intereses individuales, es decir, pensar que la gestión ambiental es ofrecer u obtener bienes y servicios ambientales que satisfagan las necesidades de algunos. Esta visión continúa hoy en día en los gobiernos y es por ello que se ha invertido en investigaciones, entre otras cosas, priorizando los estudios que evalúen las ganancias económicas, tratando de cuidar el medio ambiente para que se puedan seguir ofreciendo los bienes y servicios ambientales.

El autor crítica esta perspectiva, considerándola insuficiente, ya que no piensa en el bien común, y esto traería consecuencias políticas, entre éstas, la deconstrucción de un ciudadano colectivo sin participación ni deliberación política, y aunque algunos gobiernos sobre todo de izquierdas han desplazado esta herencia neoliberal, todavía quedan restos en la política latinoamericana.

  1. Una ciudadanía ecológica es una vía alternativa que va más allá de la ciudadanía ambiental clásica, en un sentido complementario, ya que esta visión clásica considera a la ciudadanía como un conjunto de derechos y obligaciones, por ello Dobson presenta una alternativa destacando  dos aspectos sustituyentes: los vínculos y las obligaciones, no actuando por un contrato entre el Estado-nación y los individuos, sino por medio de una articulación entre el medio ambiente y los ciudadanos incluyendo obligaciones, que ya no son frente al Estado, sino, frente a las demás personas por la naturaleza.

Para concluir la definición de una ciudadanía ecológica basándose en la argumentación de Dobson, ésta sería un proceso donde los vínculos y obligaciones serían entre personas en un espacio público, donde el ecosistema no sería estrictamente un actor político, sino que debe ser protegido por personas, esto se puede dar tanto en lo público, como en lo privado, y no necesariamente bajo un Estado, sino en espacios planetarios.

Gudynas destaca la apuesta de Dobson por generar obligaciones y responsabilidades tanto en lo local como en lo planetario, permitiendo la interacción vinculatoria con personas que pueden estar fuera de nuestra comunidad. Por eso, como lo llama Gudynas, un ciudadano ecológico sería una especie de ciudadano cosmopolita ecológico, y esto presentaría inconvenientes a la hora de delimitar un territorio específico. Gudynas considera que la posición materialista de Dobson choca con los hechos en Latinoamérica, ya que hay comunidades latinoamericanas (especialmente indígenas) que tienen visiones biocéntricas, es decir, consideran el medio ambiente como más importante aún que las personas.

Siguiendo este argumento, la principal dimensión que se debe tener en cuenta es la ambiental, logrando así una identidad unificada con el medio ambiente. Aunque existen otras dimensiones, como la política, la social, cultural y ética. Referida esta última a la identidad construida en algunas comunidades, por ejemplo, en Latinoamérica.

Gudynas trae de ejemplo a los grupos indígenas, a las agrupaciones campesinas, y las organizaciones ambientalistas urbanas, donde en éstas se extienden relaciones culturales desde adentro, o con, el ambiente, que vienen desde valoraciones éticas, responsabilidades morales que se derivan de la preocupación ambiental.

En conclusión, la dimensión política es necesaria para la construcción de una meta-ciudadanía ecológica, ya que ésta permite la participación activa, que incluya todos los escenarios públicos, como movimientos sociales, ambientalistas, entre otros. Esta dimensión política debe estar relacionada con la ética, la social, la cultural y la ambiental, complementándose entre sí, viendo según el análisis de Gudynas, la naturaleza como poseedora de derechos propios, poniéndola en el centro de toda discusión.

 2. A propósito de la pregunta ¿Cómo se están construyendo las representaciones sociales de ciudadanía en estos tiempos de globalización? Defina y explique la manera cómo las siguientes categorías conceptuales contribuyen a la configuración de las ciberciudadanías en las prácticas políticas del presente:

a. Desterritorialización y destradicionalización

b. La vecindad translocal y los ecosistemas comunicativos

c. El sentido original de lo Virtual.

Respuestas:

  1. Como menciona Gildardo Martínez, el lazo que une el Estado con la ciudadanía se está debilitando cada día más, y se va desterritorializando el espacio, esto no es eliminar, sino que se va transformando, en esta medida, aparecen espacios “desterritorializados” que van fundándose como fuentes de producción de ciudadanía que permiten un carácter global a este proceso social, es decir, aparecen nuevas formas de representaciones, ya no en los mismos espacios locales, sino globales, no por ello olvidando lo local.

Cuando sucede la “destradicionalización” no se elimina la tradición sino que se reconfigura, y cambia de posición a lugares no definidos.

En esta medida y a modo de conclusión,  se entiende en esta medida para la configuración, para que exista una ciberciudadanía no se puede pensar que el único espacio para ejercerla es el de un Estado, y que la nación es el único ente vinculatorio; sino que los territorios se redefinen y pasan, en este caso, a uno virtual-global, donde el hilo que los sujetaba a la ciudadanía se cuestionó y se crearon unos nuevos.

  1. La vecindad translocal es ante todo, como la llama el autor, una comunidad, que como su palabra lo indica, transciende lo local y se configura en un espacio más abierto, este es, el espacio global. Donde los ciudadanos interactúan en pro de la solución o manifestación de unas problemáticas de la vida común, que ya no son exclusivas para los Estados, ni los medios de comunicación, sino que empiezan a aparecer nuevos actores, no importa en el lugar donde se encuentren, es una especie de co-ayuda reciproca se hace presente, este tipo de vecindad, permite una actuación frente a las problemáticas, sea de pasividad o de actividad política y social.

Hacen parte de una vecindad translocal grupos de ciudadanos que de manera informal y otros organizados formalmente, crean comunidades como en foros electrónicos desde internet, y desde allí empiezan a imaginar y entender su potencial, en la medida, que pueden cambiar un rumbo político, por ejemplo, impulsando acciones colectivas.

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