Santos, M (1999) "La evaluación: un proceso de diálogo, comprensión y mejora"

Santos, M (1999) "La evaluación: un proceso de diálogo, comprensión y mejora"

Evaluación Educativa,

Santos nos plantea que la evaluación casi siempre es pensada como un fenómeno circunscrito al aula, pero insta a que en la actualidad no es solo necesario evaluar en el aula a los alumnos por su rendimiento sino también a la escuela como tal, debido a que ella es la garantía de calidad. Se piensa que la única forma de saber si una institución es funcional y de calidad es dependiendo de los resultados del examen, pero existen otras y múltiples variables para definir eso.

Refiere que la evaluación es parte del proceso de la enseñanza aprendizaje, pero no es una base, un objetivo o la columna vertebral de la educación, mucho menos un adorno o una forma de justificar acciones dentro del aula. Lo importante es poner a la evaluación al servicio de la mejora de las actividades, de esa manera la mejora llegara directamente a los alumnos y su aprendizaje.

Santos define la evaluación como:

“...un fenómeno que permite poner sobre el tapete todas nuestras concepciones. Más que un proceso de naturaleza técnica y aséptica es una actividad penetrada de dimensiones psicológicas, políticas y morales. Por el modo de practicar la evaluación podríamos llegar a las concepciones que tiene el profesional que la práctica sobre la sociedad, las instituciones de enseñanza, el aprendizaje y la comunicación interpersonal” (Guerra, 2003)

Por esto, es importante saber exactamente qué papel juega la evaluación en el proceso de la educación, saber si este papel tiene metas claras y objetivas y si contribuye el mismo proceso, el autor menciona que este debe respetar su racionalidad y su justicia. Pues la evaluación no es un problema de medición, sino de comprender para que es.

Miguel A. Santos focaliza en concepto de la evaluación, así como de su naturaleza. Puntualiza en que parte de sus características deben ser la independencia y el compromiso.  cualitativa y, no sólo cuantificable, práctica, democrática, procesal, participativa, colegiada y no individualista y extrema, aunque de iniciativa interna. Define la evaluación como un proceso de diálogo, comprensión y mejora. De diálogo como discusión y reflexión compartida de todos los que están implicados en la actividad evaluada. El diálogo ha de realizarse en condiciones que garanticen la libertad de opinión. Desde la apertura, la flexibilidad, la libertad y la actitud participativa que sustenta un diálogo de calidad, se construye el conocimiento sobre la realidad educativa evaluada.

En el actual sistema educativo. La idea fundamental es que los “objetos” pasibles de ser evaluados son los alumnos y más específicamente el cumplimiento de las exigencias académicas que les plantea el currículum, tal como las interpretan los profesores. Los libros de texto, los centros educativos o la curricula no se evalúan sistemáticamente. Los profesores no buscan descubrir las capacidades intelectuales alcanzadas por sus alumnos o las consecuencias culturales de sus enseñanzas, sino que focalizan adquisiciones más precisas. Esta selección supone un acontecimiento, lo que implica decisiones técnicas acerca de los contenidos seleccionados y una valoración que se apoya en una ideología, una teoría implícita. No es casual que se evalúe más la competencia intelectual que la manual o que se les preste más atención a los aspectos memorísticos que a los del razonamiento en el ámbito cognitivo. (Careaga, 2001)

...