Seminario
Danthe_nero26 de Agosto de 2014
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1.
La contaminación tiene una larga historia. La producción de desechos ha sido una de las características distintivas de la humanidad. Durante miles de años la lucha se centró en las medidas sanitarias, y el principal reto fue la obtención de suministros de agua sin contaminar . Estos problemas se agudizaron a medida que aumentó el número de habitantes, surgió la vida urbana (hace pocos miles de años) y se modificó el patrón de asentamiento de la mayoría de las culturas.
Pero es recién con el advenimiento de la sociedad moderna (basada en la generalizada actividad industrial y el uso de nuevas tecnologías operadas mediante combustibles fósiles) que se introdujeron nuevos contaminantes y provocaron la aparición de nuevos riesgos para la salud humana y el medio ambiente.
La contaminación estaba básicamente localizada, en las primeras etapas del desarrollo urbano, a un asentamiento, un río cercano al espacio urbano, algún lugar que funcionara como vertedero de residuos o una mina. Tres mil quinientos años más tarde, a finales del siglo XX, la contaminación ha aumentado a un nivel sin precedentes, afectando a todo el planeta, y especialmente a sus mecanismos reguladores globales. La comprensión humana de las consecuencias de la creación y la eliminación de desechos, siempre ha ido muy por detrás del vertido de contaminantes al ambiente.
2.
En sociedades precedentes pueden encontrarse muchas evidencias de la existencia de rasgos característicos de la respuesta contemporánea a la planetarización de la contaminación:
• aceptación fatalista de la contaminacion como consecuencia inevitable de las actividades humanas,
• autoridades que se resisten a adoptar medidas de prevención o de control,
• falta de previsión y comprensión técnica,
• el problema de encontrar responsables,
• preferencia por los arreglos sociales a corto plazo frente a las soluciones a largo plazo y
• negativa de los individuos o las empresas a asumir la responsabilidad de sus acciones.
Los intentos de controlar la contaminación son tan antiguos como el propio problema, pero la respuesta normalmente ha llegado tarde y ha sido inadecuada.
Sabemos que toda actividad humana que modifique la Naturaleza provoca algún tipo de desecho. Desde la aparición de los primeros Homo Sapiens, hace aproximadamente 4.000.000 de años en el continente africano, diferentes evidencias muestran que los restos de la fabricación de instrumental lítico (lascas y choppers) se cuentan por cientos . Incluso los grupos dedicados a la recolección y la caza acumulaban grandes cantidades de desechos, particularmente en cuevas que pudieron estar ocupadas durante parte del año a lo largo de muchos siglos. Por ejemplo, el emplazamiento del Paleolítico Superior de Gare de Couze, en Francia, consistía en una zona que abarcaba una extensión de 121 por 24 hectáreas, y los arqueólogos calculan que contiene entre uno y dos millones de herramientas de piedra que cayeron en desuso. La mayor parte de los emplazamientos que ocuparon estos grupos contienen grandes cantidades de desechos procedentes de la fabricación de herramientas de piedra. Los lugares donde se sacrificaban y se desecaban los animales normalmente están llenos de herramientas de piedra que, tras quedarse sin filo, eran abandonadas. En los yacimientos de Torralba y Ambrona, ubicados en la península Ibérica, se descubrieron vestigios de animales destazados, junto a una gran diversidad de herramientas líticas, que permiten reconstruir diversas modalidades de obtención de alimentos y de utilización de los recursos. La explotación de ambos lugares parece haber durado durante años. Sin embargo, la poca densidad demográfica de los grupos de cazadores recolectores y la presión cinegética de bajo nivel que ejercían sobre los recursos, hacían que la contaminación generada por estos grupos fuera perfectamente digerida por los diferentes ecosistemas.
Estos restos son los principales insumos del trabajo arqueológico, y al llegar al momento evolutivo conocido como la Revolución Neolítica (aproximadamente entre 11.000 y 8.000 años BP) la disponibilidad de información crece exponencialmente. Muchos de los emplazamientos de las primeras ciudades de Próximo Oriente están construidos sobre enormes montañas de basura, conocidas como tells, acumulada a lo largo de los siglos. A medida que los arqueólogos excavan las sucesivas capas de desperdicios caseros, encuentran cerámicas y herramientas antiguas que ayudan a identificar a diferentes grupos de personas y a determinar las actividades que realizaban. Los restos carbonizados de alimentos y las heces fosilizadas (coprolitos), así como los restos de plantas y animales, dan información invalorable sobre las técnicas agrícolas y las dietas de las sociedades antiguas.
3.
Uno de los problemas más básicos de toda sociedad ha sido deshacerse de los excrementos y la orina humana y asegurarse un abastecimiento de agua potable que no estuviese contaminada por estos desechos. EI no haberlo conseguido la mayoría de las veces ha sido uno de los principales factores que han contribuido a que la salud de los seres humanos se deteriore. La dificultad de separar las dos funciones, y de conciliar las necesidades de salud pública y comodidad personal se puede ilustrar con la historia de una pequeña aldea de Cambridgeshire llamada Foxton, donde había un arroyo que atravesaba el asentamiento y actuaba como alcantarillado, y también como fuente de abastecimiento de agua para beber.
La dificultad de regular el uso del arroyo se puede ver en el hecho de que, en ocasiones entre 1541 y 1698 hubo que dictar ordenanzas para limpiarlo, lo que sugiere que no eran obedecidas. El principal problema, no obstante, eran los canalones, los pozos negros y lo que se describía como fétidos sumideros que vertían sus contenidos al arroyo. En 1562,1594,1598,1600,1611,1643,1665 y1698 se redactaron más ordenanzas para impedir el vertido de desechos al arroyo antes de las 8 de la noche bajo multa de doce peñiques, lo que una vez más sugiere que las ordenanzas surtieron muy poco efecto. Además se prohibió lavar en el río o tener patos o gansos en él. Aun cuando se hubiesen observado las diversas normas, éstas no habrían resuelto el problema de las aldeas que había corriente abajo, a las que llegaban los desechos de Foxton a pesar de que sólo se vertiesen a ellos de noche .
4.
El abastecimiento de agua tiene dos problemas estrechamente relacionados: la necesidad de garantizar la cantidad y la calidad. Los grupos dedicados a la recolección y la caza buscaban el agua en los arroyos y en los manantiales, cuya ubicación a menudo condicionaba los lugares donde acampaban, y al desplazarse de forma bastante regular normalmente evitaban grandes problemas de contaminación. La formación de sociedades sedentarias convirtió en esencial la existencia de un suministro fiable de agua, y la mayoría de los asentamientos crecieron alrededor de un arroyo, de un manantial o de un pozo.
En la mayoría de los pequeños asentamientos rurales repartidos por todo el mundo, estas son las únicas fuentes de abastecimiento (como lo fueron en las áreas rurales del mundo industrializado hasta bien entrado el siglo XX). Los asentamientos más grandes necesitaron instalaciones más complejas, y las ciudades del valle del Indo, como Mohenjo-Daro y Harappa tenían, como otras muchas ciudades de este período, depósitos de agua dulce para almacenar los suministros y baños centrales, así como desagües y retretes para intentar separar el suministro de agua de las aguas residuales. Pero el aumento del tamaño de los asentamientos y del número de personas que necesitaban agua pronto supusieron
una tensión para unas reservas locales que a menudo eran limitadas.
Estas problemáticas ambientales (en tanto ya aparecía incertidumbre en la relación Cultura/Naturaleza) llevaron a la constitución de órdenes técnicos sustentados en complejas cosmogonías.Tal como lo describe Arie S. Issar:
“...Sumeria se extendía por las tierras bajas de la Mesopotamia, cerca de la desembocadura del Tigris y del Eufrates, donde en los años secos, cuando el nivel del río es bajo, el agua marina penetra en las caletas y en las cavidades subálveas del río. Hoy sabemos calcular el caudal de un río de acuerdo con el volumen de las precipitaciones en su cuenca de captación, y predecir así la amplitud del retroceso de las aguas dulces y la penetración de las aguas marinas. Los sumerios, en cambio, no relacionaban la invasión del mar con el descenso en el nivel de sus ríos. Creían justamente lo contrario, a saber, que las aguas del río retrocedían porque Kur, el gran dios de las aguas primigenias - del agua marina y del agua subterránea - montaba en cólera contra Niuntra, el dios del viento sur. Según el poema sumerio, cuando Kur asciende el agua del Tigris y de los pequeños ríos no sube, cunde entonces la hambruna, pues no se riegan los campos y las malas hierbas.
Niuntra resuelve el problema construyendo en el río diques contra la penetración del agua marina. Con ello se interrumpe el flujo del agua dulce hacia el mar y asciende su nivel, lo que permite regar los campos.
Así, se da noticia de una hazaña de ingeniería aplicando un modelo conceptual que a los antiguos parecía lógico. El rey o el ingeniero que concibió la construcción de los diques veía la relación entre el retroceso del Tigris y la penetración del mar, pero no asociaba el bajo nivel del río con la sequía originada por la escasez
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