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Sociología del Trabajo


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2023  •  Apuntes  •  2.091 Palabras (9 Páginas)  •  19 Visitas

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TEMA 2: EL TRABAJO EN LAS SOCIEDADES ACTUALES.

2.1. LA AUTOMATIZACIÓN Y SUS EFECTOS.

A. LA TESIS DEL "FIN DEL TRABAJO":

Para Jeremy Rifkin en su libro El fin del trabajo, de 1994, en la actualidad, por primera vez en la historia, el trabajo humano está siendo sustituido, eliminado del proceso de producción. Las máquinas inteligentes están sustituyendo a los seres humanos en todo tipo de tareas, forzando a millones de trabajadores de producción y administración a formar parte del mundo de los desempleados.

Los países más desarrollados se tienen que enfrentar a un desempleo tecnológico creciente a medida que las multinacionales construyen y ponen en marcha métodos productivos basados en las últimas tecnologías, a lo largo y ancho del mundo, provocando que millones de trabajadores no puedan competir con el rendimiento, el control de la calidad y la rapidez de entrega garantizados por los sistemas de producción automatizados. Ante todo -señalaba Rifkin en los años noventa- es necesario recordar que un 75% de la masa laboral de los países más industrializados está comprometida en trabajos que no son más que meras tareas repetitivas. La maquinaria automatizada, los robots y los ordenadores cada vez más sofisticados pueden realizar la mayor parte de estas tareas.

Las cadenas de montaje capaces de ensamblar un vehículo por minuto, y varios miles de unidades idénticas al cabo del día, tendrían el tiempo de vida contado. El sistema de producción en serie, en grandes fábricas repartidas por todo el mundo, con costosos gastos de mano de obra, aprovisionamiento y logística, ya sería un modelo agotado, que no aguantará más allá de un par de décadas.

Las empresas han iniciado rápidos procesos de reestructuración de sus organizaciones para adaptarlas al uso de ordenadores. En estos procesos se eliminan puestos tradicionales de dirección, se concentran categorías laborales, creando equipos multidisciplinarios de trabajo, se instruye a los empleados en distintas habilidades, acortando y simplificando los procesos de producción y distribución, y perfeccionando los procesos administrativos.

Las consecuencias de un mundo sin trabajo:

- para algunos, señalará el inicio de una nueva era en la historia, en la que el ser humano quedará liberado a la larga de una vida de duros esfuerzos y tareas mentales repetitivas,

- para otros, representa un futuro poco halagüeño de desempleo afectando a un sinfín de seres humanos, provocando mayor desazón social e innumerables disturbios.

Para Rifkin si no se reparten las enormes ganancias de productividad, resultado de la revolución propiciada por la alta tecnología, las probabilidades de que las crecientes diferencias entre los que lo tienen todo y los que no tienen nada conducirán a disturbios sociales y políticos a escala global.

Ya Marx argumentaba que los fabricantes intentan continuamente reducir los costes laborales y obtener un mayor control sobre los medios de producción mediante la sustitución de los seres humanos por maquinaria, siempre y cuando sea posible. Marx predijo que la creciente automatización de la producción eliminaría formalmente y de modo generalizado a los trabajadores. Marx predecía la "última metamorfosis del trabajo", cuando un "sistema automático de maquinaria" finalmente sustituiría a los seres humanos en los procesos económicos.

B. LA CRÍTICA A LA TESIS DEL FIN DEL TRABAJO:

Las teorías de autores como Rifkin consideran que las nuevas tecnologías crearán un alto nivel de desempleo. Pero no todos los autores piensan lo mismo, y hay muchas razones para pensar lo contrario. Frente a Rifkin, para Martin Carnoy en EE. UU. en la década de 1990 la transformación tecnológica de la economía había sido mayor que en cualquier otro de los principales países del mundo. Sin embargo, también había sido el país de la OCDE donde el crecimiento del empleo fue mayor en esos años. El número absoluto de empleos industriales en el mundo habría aumentado, no disminuido.

La mayor parte de la nueva tecnología, sea en la agricultura, en la industria o en los servicios, ha ahorrado trabajo. La tecnología desplaza trabajadores pero también contribuye a un nivel de productividad laboral muy superior y a la producción de nuevos productos, lo que favorece la creación de nuevos puestos de trabajo, crecimiento económico y rentas superiores. La reducción de precios como resultado de los adelantos de la productividad estimula la demanda del consumidor sobre los productos que se ofrecen. A su vez, una mayor demanda estimula una producción mayor, iniciando un ciclo de crecimiento y de consumo.

Al analizar la evolución de la proporción de la población empleada sobre la población total en economías desarrolladas, aquellas donde la automatización fue más profunda, no se observan caídas significativas de los niveles de empleo durante las últimas décadas. Lejos de ser el desempleo una característica fundamental del cambio tecnológico, la evidencia indica que la mayor productividad tendió incluso a generar más empleo del que destruyó. Un estudio en 19 economías desarrolladas durante los últimos 40 años indica que, si bien los saltos de productividad en un sector productivo solían generar una sustitución de trabajo y una reducción del nivel de empleo en ese sector («efecto directo negativo»), también tendían a incrementar el empleo en todos los demás sectores no asociados a la innovación específica («efecto indirecto positivo»). En las 19 economías analizadas se constató que los efectos indirectos positivos tendieron a compensar los efectos directos negativos. Por tanto, la tecnología no solo no nos llevaría al fin del empleo, sino que incluso tendería a generar más puestos de trabajo de los que destruye.

La composición del mercado de trabajo sí cambió abruptamente. Múltiples actividades se vieron sustituidas, mientras que las nuevas demandas de habilidades generaban otras nuevas. Las nuevas ocupaciones no son iguales a las que se destruyen, y el trabajador desplazado enfrenta dificultades para reconvertirse hacia las nuevas demandas de empleo. El proceso de creación y destrucción de ocupaciones tuvo importantes implicaciones de polarización de la estructura laboral en las economías desarrolladas, con un crecimiento de la participación en el empleo total de las ocupaciones de alta y baja cualificación, a expensas de las ocupaciones de nivel medio tanto en ocupaciones manufactureras como en administrativas. Este fenómeno se ha verificado en casi todos los países de altos ingresos desde la década de 1980, y se lo ha asociado a la automatización, al desarrollo de la robótica y la economía digital:

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