TS institucional
Noelia SuarezApuntes12 de Diciembre de 2021
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Resumen Trabajo Social y Análisis Institucional (2do cuatri)
DUBET. El programa institucional. Cap 2.
La decadencia del programa institucional.
Durante los últimos 30 años, la imagen de las instituciones se vio profundamente desestabilizada. En principio, por el estilo monumental de las arquictecturas que retrocedían ante una estética mas funcional y mas despojada.
Por mas que en todas partes, en la escuela, en el hospital, o en el trabajo social, se encuentran rasgos o segmentos del programa institucional, parece evidente que gran cantidad de practicas y de simbolos se alejan de ella paulatinamente. Esa decadencia forma parte del relato de la modernidad, pues la mayor parte de los elementos que descomponen están inscritos en el proyecto mismo de modernidad.
La decadencia del programa institucional proviene de la exacerbación de sus contradicciones latentes, cuando ya no posee capacidad ideológica para borrarlos, cuando ya no cuenta con la fuerza para reducir las paradojas que podía superar por el don de su magia.
La heterogeneidad de principios.
Acerca de los principios contradictorios.
La gran fuerza del programa institucional radicaba en creer y hacer creer en la homogeneidad de los valores y principios, lo que hemos denominado monoteísmo. Por ejemplo, la escuela republicana creía estar situada bajo el imperio de la libertad, de la integracon nacional, del merito, de la educación del pueblo y de la defensa de la alta cultura. (esto lo trabajamos en clase: este principio al igual que los otros entra en declive, por ejemplo, uno hoy va al medico y ya ese medico no tiene un saber hegemonico, porque vos googleando tus síntomas como que lo contradecís, ahí se rompe el monoteísmo, o en el caso de la educacion, las maestras antes explicaban lo que ellas sabían y eso era la razón, hoy dia lo que enseña se ve cuestionado hasta en una reunión de padres se les explica a las maestras como es la mejor manera de educar para sus hijos, o se les pregunta porque lo hacen asi y no de otra manera)
La socialización ya no tiene unidad, veremos que espontáneamente todos los profesionales del trabajo sobre los otros son participes de una sociología critica y desencantada.
Final de los monopolios.
La conciencia de vivir en un mundo abierto y desgarrado, en un mundo pluralista, también proviene de que la mayor parte de las instituciones perdieron su monopolio. En el espacio de 30 años, vieron llegar competidores y sus públicos ya no son cautivados.
Esta perdida del monopolio crea un sentimiento, el de una perdida de legitimidad y de influencia cuando jamás los aparatos escolares, sanitarios, trabajo social tuvieron tanto poder, tanto predicamento sobre la vida social y sobre el destino de cada cual.
La decadencia de la sociedad.
La idea de sociedad, es idea que corresponde mas tajantemente al análisis que de ella hizo la sociología clásica, descansa sobre una ecuación bastante simple: afirma, entre otras cosas, la complementariedad, de integración social e integración sistematica. El programa institucional esta llamado a cumplir un rol fundamental cuando se supone que ambos mecanismo remiten uno a otro y se refuerzan mutuamente, cuando la objetividad de las opiniones y de las representaciones se corresponde con la objetividad de las posiciones y de los roles.
Cuantos menos se percibe la sociedad como una máquina, menos lugar tiene el programa institucional.
El predicamento de la organización.
Organización y legitimdiad.
La mayor parte de los programas institucionales modernos fueron construidos como burocracias, como construcciones racionales de reglas y de roles puestos en funcionamiento por actores impregnados, por una vocación. En términos de organización, esas burocracias eran relativamente simples y livianas.
El principal factor de debilitamiento del programa institucional es el retroceso de ese modelo burocratico y vocacional y el desarrollo de organización complejas
Cada vez se conciben en menor medida el trabajo sobre los otros como el conferimiento de una forma técnica y profesional a una vocación. Desde los años 70 en todas las actividades de trabajo sobre otros prevalece una profesionalización creciente, los estudios profesionales se prolongan, el nivel académico para acceder a un empleo se eleva, la formación técnica para el trabajo sobre los otros adquiere una importancia creciente en los estudios profesionales y la formación continua.
Todos los actores del trabajo sobre los otros caen en una espiral de certificados constante. La mas minma especialización demanda ser refrendada por un certificado de aptitud o un diploma estatal.
Ademas de esto, ya no basta con seguir una vocación y respetar las reglas para ser un buen profesional, sino también que hace falta procedimiento de evaluación que den cuenta de la eficacia del trabajo. Todos los ministerios crean agencias, direcciones o servicios de evaluación que hacen un constante seguimiento no del desarrollo del trabajo sino de su eficacia.
Las políticas publicas.
Ya no se cuestión de concebir la acción publica como el agenciamiento de un programa por via de una burocracia impersonal, sino de movilizar redes y grupos de actores públicos y privados.
Una serie de problemas de formación , de sanidad, de seguridad, de pobreza, la soberanía se fragmenta y sobre los actores políticos, los agentes profesionales o privados recae la responsabilidad de colaborar en la resolución de un problema cuyo poder de definición permance en manos del centro. En este contexto las burocracias que sostenían los programas institucionales fueron las mas fuertemente sacudidas. Tuvieron que llegar un entendimiento con asociados rivales y aprender a comportarse como actores políticos que negocian con otros aparatos.
En tanto el programa institucional se percibe como un mundo vertical que va de lo alto hacia lo bajo, lo cual engendra un modelo burocratico, las políticas publicas apelan a organizaciones agiles, abiertas a su entorno, capaces de adaptarse que de ser fieles a sus tradiciones u obligadas a cambiar de modo continuo en busca de ser fieles a sus principios.
Los públicos tomados como meta.
Los programas institucionales fueron construidos a partir de la representación de un
publico definido de manera abstracta y universal: todos los pobres, todos los enfermos,
todos los niños. En todos los ámbitos, la imagen de lo publico al que apuntan las instituciones se fracciono en una cohorte de públicos-meta, objeto de políticas especificas.
Las política son cada vez mas categoriales a partir de familias de casos: pobres, familias uniparentales, ancianos, habitantes de barrios “sensibles”.
Los programas institucionales se vuelven aparatos encargados de activar políticas conjuntas, y como son conjuntas, sus resultados siempre son problematicos y los actores involucrados tienen razón al sentirse responsables peros no culpables, ya que las consecuencias de su actividad terminan por escapar de su control.
El actor contra el sujeto.
El actor no es el sistema.
El programa institucional postula un principio de continuidad entre socialización y subjetividad, entre las disciplinas y la autonomía. Esa cadena milagrosa ya no funciona o para optar por una formula mas prudente, los actores ya no creen en ella, porque la correspondencia entre las dimensiones subjetivas de la acción y las dimensiones objetivas del estatu se debilitaron.
El individuo se vuelve incierto, fragmentado, forzado a utilizar lógicas opuestas y el sujeto ya no esta arraigado en una provisión homogenea valores e identidades, esta diseminado y descentrado. Los individuos se ven presionados y disputados entre distintas normas de justicias y obligados a emcarcarse en un trabajo de justificación continua y de construcción permanente de si mismos. Ese trabajo hace de ellos sujetos.
También es necesario agregar que hemos pasado de las identidades tradicionales, dadas, construidas en el tiempo de la formación y en el programa institucional, a identidades adquiridas, mas fluidas, construidas a lo largo de la vida y en una multiplicidad de roles, de rupturas, y de experiencias. La identidad parece ser una suerte de crisis latente y de trabajo mucho mas que una suerte de construcción precoz.
Dos individuos.
La afirmación del sujeto mas cerca, mas alla o encontra de su estatuto institucional, siempre queda de manifiesto en un aspecto doble. Es cuestión de un sujeto ético, que las instituciones deben respetar y devolver asi mismo. Pero también es cuestión de un sujeto egoísta, consciente de sus intereses y que debe comportarse como un usuario o un cliente de las instituciones .
El final de un encanto.
La maquinaria para reducir lo trágico ya no funciona del todo bien y la mayor parte de las operaciones mágicas que efectua con elegancia el programa institucional han dejado de ser simbólicamente eficaces. El primero de esos desencantamientos concierne a la disciplina, que ahora parece reducrise a una función de control social.
Aparece también la idea de la motivación, los profesonales que trabajan sobre los otros
han resalatado tanto la necesidad de motivar a los objetos de su trabajo. El maestro debe motivar al alumno antes de dar la clase, pero para motivar a los otros, primero hace falta motivarse a uno mismo, hace falta ser capaz de comprometer la personalidad y las convicciones propias y todos –docentes, enfermeros- dicen que su trabajo es cada vez mas agotador, pues los actores ya no entran en las instituciones armas de solidas motivaciones tradicionales.
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