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Trastornos Psicologiocs De La Personalidad

yayis172730 de Agosto de 2011

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PERSONALIDAD ANTISOCIAL

De las personalidades antisociales, puede decirse que son extrovertidas e inestables emocionalmente y se caracterizan por la hostilidad, la rebeldía social y la ausencia de conductas emocionales de miedo ante el castigo y las situaciones arriesgadas, así como por los comportamientos impulsivos, la baja tolerancia a la frustración y la dificultad para la demora del reforzamiento (Millón, 1998).

Para complementar lo anterior se describirán los criterios establecidos en el DSM-IV para el diagnóstico del TPA (trastorno de personalidad antisocial) los cuales se centran casi en su mayoría en comportamientos observables:

A- El individuo manifiesta un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de quince años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:

1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales

2. Deshonestidad

3. Impulsividad

4. Irritabilidad y agresividad

5. Despreocupación

6. Irresponsabilidad persistente

7. Falta de remordimientos

B. El sujeto tiene al menos dieciocho años.

C. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de los quince años.

D. El comportamiento antisocial no aparece en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco (Lykken, 2000).

A diferencia del DSM-IV, la explicación tomada por los criterios de la CIE-10 resalta la ausencia de síntomas de trastorno comportamental en la infancia. En la CIE-10 este trastorno recibe la denominación de trastorno disocial de la personalidad.

Complementario a la anterior descripción se encuentran otros criterios diagnósticos para la evaluación de la psicopatía más enfocados en características interpersonales y afectivas que en conductas desviadas, como son los desarrollados por Cleckley en 1982 y posteriormente Hare en 1991, quien identificó una constelación de diversas características presentes en las personalidades psicopáticas, que incluyen: locuacidad y encanto superficial, autovaloración exageradamente alta y arrogancia, ausencia total de remordimiento, ausencia de empatía en las relaciones interpersonales, manipulación ajena y con recurso frecuente al engaño, problemas de conducta en la infancia, conducta antisocial en la vida adulta, impulsividad, ausencia de control e irresponsabilidad.

Al observar que no hay coincidencia perfecta entre los criterios diagnósticos de TPA y los de psicopatía, se evidencia que representan entidades clínicas diferentes.

De allí el cuidado que hay que tener al usar las denominaciones de TPA y psicopatía que no son sinónimos, así como tampoco lo son los términos de conducta criminal, conducta antisocial y trastorno antisocial de la personalidad, ni el de conducta criminal y psicopatía.

A continuación se expondrán los factores psicológicos que se hallaron asociados al TPA y a la psicopatía y que han probado ser de gran utilidad en la identificación de individuos con este desorden de personalidad, segúnestudios de diversos autores que han profundizado en el tema, así mismo se relacionarán algunos de estos factores con el caso colombiano de Luis Alfredo Garavito (asesino en serie) con el fin de ilustrar un tipo de trastorno de personalidad y enlazar lo que dice la teoría con lo que se puede observar en un caso determinado.

Ausencia de empatía en las relaciones interpersonales

Algunos autores como Hare (1990), citado por McCord, (2000) han asociado la psicopatía con deficiencias en la habilidad de poder comprender el estado emocional de otras personas, fallando entonces en la actitud de entendimiento y aceptación del otro.

En un experimento realizado por Blair (1995), citado por Blair, Murray y Mitchel, (2001) se estudio la relación entre la psicopatía y la presencia de empatía del cual se concluyó que las respuestas empáticas reducidas a las expresiones de miedo y tristeza están implicadas en el desarrollo de la psicopatía. Para estos autores, los psicópatas son empáticos ante unas expresiones (rabia y en general expresiones que denotan ira, ante las cuales son especialmente sensibles porque las interpretan como amenazas y tiene un sistema altamente defensivo) pero no para otras, lo que quiere decir que poseen una insensibilidad selectiva.

Los autores también señalan que el proceso de expresiones emocionales es fundamental para la socialización e interacción normal y que uno de los factores que influye para que se presente este fenómeno tiene que ver con lesiones en la amígdala, lo que hace que se dificulte el reconocimiento de emociones negativas.

En el caso de Luis Garavito, se puede evidenciar lo anterior, teniendo en cuenta que éste en el momento de violar a sus víctimas, no sentía ninguna clase de compasión por el sufrimiento que experimentaban los niños, sino que por el contrario se jactaba de cada situación (Aranguren, 2002).

Manipulación ajena

Los individuos diagnosticados con el trastorno de personalidad antisocial, son por lo general manipuladores, utilizan a los demás para el logro de sus objetivos y no dudan en aprovechar las debilidades ajenas, que suelen descubrir rápidamente si son inteligentes, y así mismo poder conseguir lo que se proponen sin importar la cantidad de engaños que puedan decirles a los que se encuentran a su alrededor (Stucchi, 2002).

En el caso de Luis Garavito, éste recurría al engaño y a la manipulación con el fin de ganarse la confianza de los niños, para así poder lograr su propósito y violarlos, satisfaciendo así sus deseos. Además de lo anterior, Garavito convivía con mujeres que no eran sus parejas, sino sus amigas, ellas tenían hijos y le servían para transmitir la imagen de una persona adaptada a la sociedad y evadir las pesquisas de los investigadores judiciales (Aranguren, 2002).

Gracias a la documentación encontrada, se puede concluir que existe una asociación entre el factor manipulación ajena, el TPA y la psicopatía, sin embargo no se encuentra evidencia suficiente con respecto a los estudios que apoyan dicha relación, por lo que se sugiere que los investigadores exploren de una manera más profunda la presencia de este factor en el trastorno a nivel empírico.

Motivación de autojustificación

En cuanto a la justificación, en general, los sujetos psicópatas y los individuos con trastorno de personalidad antisocial tienen una relación distorsionada con el resto del mundo, en la que todo lo que hacen se justifica, esencialmente, por el solo hecho de lo que hacen ellos (Skrapec, 1997, citado por Raine, 1999).

Estas personas reconocen a nivel cognoscitivo haber obrado mal en el sentido de que saben que hay reglas sociales y legales que prohíben lo que han hecho pero, por otro lado, parecen estar personalmente convencidos de que sus acciones están justificadas (Skrapec, 1997, citada por Raine, 1999).

Para los psicópatas lo habitual es culpar a otros de sus actos; esto hace que su conducta esté justificada en el hecho de que sus víctimas se lo merecen (Pogrebin y cols, 1992, citado por Egan y cols, 2000).

En el caso de Luis Alfredo Garavito, él justificaba sus actos criminales por el maltrato y humillaciones que había sufrido en su infancia, tanto por parte de su padre como de sus compañeros de clase de manera que no se podía atribuir el mayor peso explicativo de su conducta criminal a la socialización. Incluso cuando algunos psicópatas asesinos en serie refieren haber sido victimizados en la infancia no superaron los niveles promedio de crianza inadecuada, es decir, no padecieron eventos realmente traumáticos, sino que evaluaron muy negativamente sus experiencias y las utilizan para la justificación de su conducta (Skrapec,1997, citada por Raine, 1999).

Ausencia de miedo

Lykken (1982), citado por Sue, (1996) sostiene que debido a una predisposición genética las personas varían en su nivel de intrepidez. La personalidad antisocial se desarrolla debido a la intrepidez o niveles bajos de ansiedad. Las personas que tienen niveles altos de temor evitan los riesgos, el estrés y la estimulación intensa; las que son relativamente intrépidas buscan emociones y aventuras.

Lo anterior, evidencia que existe una falla en el aprendizaje de las experiencias y una ausencia de ansiedad en los individuos con personalidades antisociales, esto significa que aunque las conductas pueden ser castigadas, los individuos con este tipo de personalidad pueden repetirlas y con frecuencia muestran poca angustia y ansiedad.

El aspecto más importante es que este rasgo ya es evidente en la infancia, es bastante estable en el tiempo (aunque no tanto como los rasgos intelectuales, como es lógico), y que dicha estabilidad está sustancialmente relacionada con la variabilidad genética. Por tanto, dado que los niños con bajo miedo presentan una alta probabilidad de convertirse en delincuentes, la población criminal incluye más individuos con poco miedo que individuos miedosos, en comparación con la población no delincuente.

Sobre la exposición de este rasgo se puede concluir que los hallazgos de diversos autores son consistentes y convergentes, que la ausencia de miedo es un rasgo constante en la personalidad de los individuos antisociales y que constituye un criterio útil para el diagnóstico y la posterior intervención psicológica.

Ausencia de remordimiento

Según

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