Una mirada crítica a la relación de trabajo social y salud
alekawrrrEnsayo15 de Junio de 2019
3.148 Palabras (13 Páginas)205 Visitas
UNIVERSIDAD DEL VALLE
TRABAJO SOCIAL Y DESARROLLO HUMANO
HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL
DOCENTE: VICTOR MARIO ESTRADA
Estudiantes: Karol Estefania Castillo Ocampo (1824497)
Katherine Alexandra Enríquez (1833804)
Una mirada crítica a la relación de trabajo social y salud
Entendiendo que nuestra profesión es la base de una intervención enfática que busca trabajar con la sociedad y sus problemas, el siguiente ensayo esta realizado en función de darle una valoración positiva y explicativa a la importancia del trabajo social como profesión- disciplina que aporta y se construye como un eje útil para lograr una noción de salud donde los determinantes sociales tienen un papel crucial, que dan cuenta de lo nefasto que ha sido explicar a la salud-enfermedad como algo biológicamente exacto y estrecho para ser tratado desde una única disciplina (medicina); así entendiendo entonces al trabajo social como agente de prevención y planificación, en relación a la salud que nos permita involucrarnos en razones lógicas y argumentativas que logren situar al trabajo social como agente dentro de la transformación biologisista que ha invadido a la salud, entiendo de primera mano que es Trabajo social y tratando de dejar atrás estigmas que hacen de nuestra profesión quizás un voluntariado.
Como lo mencionamos anteriormente se nos hace importante esclarecer cual es el fin de nuestra profesión, entendiendo que de nuestro quehacer se ha configurado un imaginario social que actualmente desvirtúa lo que profesionalmente se ha tratado de configurar en la sociedad y más aún se desconoce nuestro fundamento; lo cual considero dependerá de nuestras convicciones y acciones para que nuestra identidad como profesión se afirme y genere así una representación dentro de la sociedad más acorde al verdadero quehacer del trabajo social. Es de esta manera entonces como en fin de cuentas y hasta históricamente el “Trabajo Social ha pasado de ser considerado instrumento de prestaciones a ser un vehículo de promoción, de ser una ayuda asistencial a ser un catalizador del desarrollo y del cambio social.” (Baro,1985) “Entendiendo entonces que actualmente nos significamos bajo el concepto de que trabajo social es una profesión que promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la autonomía del pueblo, para incrementar el bienestar”(FITS,2000).Que más explícitamente será descrito por Eli evangelista como una “ filosofía de la acción y un arte científico que, mediante ejercicios colectivos e innovadores de organización y participación social, genera, promueve y realiza procesos de investigación, diagnóstico, planeación, gestión, desarrollo, evaluación, sistematización y comunicación de políticas, modelos, planes, programas y proyectos sociales, indispensables para transformar positivamente la forma y el fondo de las necesidades y problemas sentidos por la población”. Por lo tanto, reconociendo que nos enfrentamos como profesionales a nuevos retos que involucran nuestro criterio, y nos inscribe en nuevas visiones que nos conectan con la realidad y el contexto el cual nos demanda razones lógicas y fundamentadas hacia la intervención.
Es de este modo que entendiendo en primer aspecto lo significante del trabajo social, la salud va a representarnos un motivo de preocupación en cuanto a que la profesión como tal representa nuevas visiones hacia lo social y el entendimiento de problemas con el fin de actuar sobre ellos; es de esta manera que el tema de la salud en trabajo social aparecerá con un fin, que intenta dinamizar las intenciones netamente biológicas que se ha tenido en el campo de la salud, haciendo de nuestra intervención un aporte que vincula la salud con lo social con el fin de comprender y puntualizar las limitaciones de un enfoque clínico, pues este descarta nuestra importancia como investigadores y actores de lo social generando un vacío al ideal que como trabajo social se busca lograr dentro del campo de la salud, el cual relacionado con lo que nos plantea (Estrada, 2006) la salud debería ser entendida como una complejidad que necesita ser vista desde una causalidad social.
El concepto clínico será entendido desde estas dinámicas biologisistas desde conceptos incluso teológicos como no los dirá (vasco, 2002) “La premisa de que el hombre fue creado a imagen y semejanza del ser perfecto, para vivir en un paraíso, apoya una concepción de salud como ausencia de enfermedad y como estado original y natural del hombre pero no sólo como concepto original, refuerza esta concepción sino también como concepto final o finalista”, en la medida en que, planteada la salud como meta y ésta como ausencia de enfermedad, permite pensar en una sociedad sin enfermedad y vislumbrar lo que pudiera ser la gloria celestial como destino final del hombre. Lo cual explicará en cierto modo el actual prestigio que juega la medicina como un fin que atiende al desfallecido hombre que busca sus respuestas.
Podemos vislumbrar que la enfermedad eso que biológicamente parece estructural es una finalidad que busca ser atendida cuando existe, pues no es evitar sino quitar eso de lo que al hombre le quita su estado natural, es decir la medicina sería un receptor de eso que sucede, una misionera que se enfrasca en la circunstancia y no en las causas esas de las cuales deliberaremos a continuación. (Sería como dar alimentos a un niño desnutrido, pero no saber que la desnutrición deviene de una carencia de un problema desde su hogar que obliga a ir al infante cada semana al hospital)
Es de esta manera que enfermar desde la visión de Trabajo Social no solo será fin pues también es circunstancia, entendiendo que se vive y se interactúa para enfermar; claro está sin olvidar que por más social que sean sus causas la enfermedad se vislumbra en un cuerpo; en tanto que desde la explicación de Vasco (2006) nos dirá que “esta complejidad para entender la salud desde factores causales debe ser asumida por equipos de diferentes disciplinas y diferente complejidad, por diferentes sectores de la sociedad y por la comunidad misma, o mejor por la organización social en su conjunto entendiendo que esta será la manera de avanzar en las limitaciones que se evidencian con el enfoque clínico”, es de esta manera que el Trabajo Social articulada con otras disciplinas, en nuestro argumento aparecerá como la profesión capaz de liderar procesos que nos lleven a explicar, actuar y materializar de manera satisfactoria la complejidad existente entre la relación que se ha configurado en la sociedad de la salud-enfermedad como causa y no como consecuencia de ciertos fenómenos sociales, en los que actuaremos como agentes de prevención y promoción de una salud que se explica desde factores sociales.
Este proceso requiere sin lugar a dudas superar obstáculos, e incluso resistir embates de grupos y personas quienes, amparadas en un ropaje científico, son voceros y representantes de grupos interesados en que permanezca la noción clínica de salud-enfermedad, la cual permite que la actual estructura desigual se mantenga (pues se desconocen los factores sociales como influyentes en esa salud-enfermedad) y que en esta unos cuantos sean los privilegiados. Vasco (2006) nos dice “Un avance en este terreno sólo se logrará con un trabajo serio, persistente en la teoría, en la práctica y en la vida social”. Y más aún se avanzará al superar obstáculos que como país se han venido forjando, en cuanto a las políticas de salud que se han entrelazado con lo económico, pues de alguna manera han sido planteadas por unos cuantos para el beneficio de unos cuantos y en ultimas se ha desconocido en ellas el interés público y poco han contribuido a mejorar las condiciones de salud de la población, pues sus esfuerzos se han visto empecinados en considerar los efectos, es decir la salud entendida como la enfermedad y los riesgos de enfermar, ignorando la incidencia que como causante puede tener la estructura social junto con las organizaciones económicas, políticas, sociales, en relación a como permiten que las desigualdades sociales sigan presentes y afectando directamente a la población en relación a la salud y la enfermedad. Y otro obstáculo aún más estricto es la salud como una concepción desarrollista, donde a mayor desarrollo menores problemas de salud, lo cual es claro no ha sucedido. Estos argumentos representan la necesidad de nuestra intervención para ir transformando a través de proyectos sociales una visión más amplia de la salud, donde no hay cabida para una estructura social desigual que aporte más factores sociales de riesgo a la salud-enfermedad.
Al articular el Trabajo Social dentro del área de la salud se estaría permitiendo salir de la mirada en la cual se ha encasillado la salud-enfermedad desde el ámbito clínico, pues una profesión-disciplina como lo es el trabajo social tiene la posibilidad de ver más allá, del paciente que entra a urgencias por desnutrición, que se le da atención inmediata y vuelve a salir cuando su salud a “mejorado”; es aquí cuando entra a jugar el papel del trabajador social, que debe preguntarse por cuestiones que aparentemente no tienen un valor en cuanto a la salud-enfermedad se trata; preguntas como ¿qué factores existen que afectan la vida del paciente hasta llevarlo a ese punto? ¿Cómo el contexto en que vive puede estar afectando, que carencias y que necesidades tiene el paciente, cómo es el entorno donde vive, cómo son sus relaciones sociales, cuáles son las redes de apoyo con las cuales cuenta, cuál es la posibilidad de alimentarse, qué oportunidades tiene de ingresos? En últimas debe también preguntarse por la generalidad, ¿qué factores en concreto afectan, no a un solo a ese sujeto sino a una determinada población? Es aquí donde el trabajador social debe identificar como la estructura social está determinando los riesgos de enfermar o morir en una población, pertenecientes ya sea a una clase social, grupo, genero, u ocupación.
...