Uniendo Vidas
romy77ben25 de Junio de 2014
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PROGRAMA INTEGRAL DE ACCIÓN COMUNITARIA EN BARRIOS VULNERABLES
Autoridades
Dr. Rubén Hallú
Rector
Lic. Oscar Gabriel García Secretario de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil
Lic. Carlos Eroles Subsecretario de Extensión Universitaria Coordinación General - Programa
Lic. Matías Palacios
Coordinación General en Campo
Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
PROGRAMA INTEGRAL DE ACCIÓN COMUNITARIA EN BARRIOS VULNERABLES
INTRODUCCIÓN
Las formas en que se configuran y estructuran las áreas metropolitanas responden a procesos complejos, que escapan en gran medida a criterios racionales de planificación y diseño urbano, y que resultan de la combinación histórica de una multiplicidad de causas entre los que se destacan factores económicos, demográficos y culturales. Dicho fenómeno puede verse como un ordenamiento emergente que nos permite observar y entender la diversidad de la distribución geográfica de la población y su carácter social, en cuyos contrastes se tornan visibles los profundos indicadores de desigualdad y exclusión, y la manifestación de la inmensa brecha económica existente entre distintos sectores.
En nuestro país, la evolución de los grandes conglomerados poblacionales responde al modelo de cuidad industrial que caracteriza los procesos de urbanización de los países en vías de desarrollo de América Latina. Esto significa que el desarrollo histórico de los grandes centros metropolitanos se encuentra ligado a los diferentes procesos de industrialización y los importantes flujos migratorios que traen aparejados. Las nuevas poblaciones fueron incorporándose en rededor de los centros urbanos en dónde se ubican los principales polos de producción.
La ausencia de políticas de planificación urbana capaces de contener estos flujos migratorios con una infraestructura acorde al crecimiento demográfico que producían, redundaron en una específica configuración geográfica y social, caracterizada por la concentración de grandes sectores de la población sin acceso a servicios esenciales: redes cloacales, agua potable, electricidad, redes viales, etc. en lo que respecta a infraestructura urbana, pero también deficiente en términos de la inserción en el sistema de salud, el sistema educativo, y su inclusión cultural en general. La consolidación de esta situación a lo largo del tiempo trae como consecuencia que las condiciones de marginalidad en las que
viven estos sectores se vuelva estructural. Esta es la realidad bajo la que se constituyen los grandes centros urbanos de la región.
La fisonomía de la ciudad de Buenos Aires y su respectiva zona metropolitana puede verse como resultado de este proceso, que a grandes rasgos podemos ubicarlos entre mediados del siglo XIX hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Una de las más importantes corrientes migratorias es la que comienza
1880 y que se prolonga disruptivamente durante las siguientes cuatro décadas; es la migración europea, asociada al primer desarrollo industrial del país. Estas familias generan el primer cinturón, nucleadas alrededor de barrios ya establecidos de clase media (Ramos Mejía, Vicente López, Lomas de Zamora). El segundo pulso migratorio se caracteriza por la migración interna proveniente de las zonas rurales más pobres del país, vinculado al proceso de industrialización de las décadas del ‘30 y ‘40 del siglo pasado. Pero es a partir de la década de 1940 en que se acentuó marcadamente la migración interna (mayoritariamente de regiones del norte argentino), dando lugar en muchos casos a las primeras “villas miserias”. La continuidad de este proceso demográfico, sumada a la migración de
países limítrofes1, conformó a partir de la década del sesenta el denominado
“segundo cordón”. El tercer cinturón se constituye en los últimos veinte años siguiendo este patrón de concentración urbana, involucrando a los partidos más alejados de la ciudad de Buenos Aires, hasta hace poco de características totalmente rurales. No obstante en las actuales “villas” de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, también está presente una población conformada no solamente por argentinos de distintas provincias, sino también por migrantes latinoamericanos. Ellos son mayoritariamente de origen boliviano, paraguayo y peruano.
De esta manera, la Ciudad de Buenos Aires y las 24 jurisdicciones que hoy conforman su área metropolitana se presenta como el principal conglomerado urbano de la Argentina, concentrando más del 30% de la población total del país. Según los últimos datos censales 2,77 millones habitan la Capital Federal, y 8,68
1 La población proveniente de países limítrofes siempre se ha mantenido dentro de sus valores históricos que oscilan entre el 2 y el 3 % de la población total de Argentina. Pero se torna significativa en la medida en que, excepto la migración chilena, siempre ha tendido a concentrarse en la zona metropolitana de Buenos Aires y GBA.
Fuente: INDEC Población limítrofe por año de llegada a Argentina. Jurisdicciones seleccionadas. Años 2002-2003
millones los distritos del conurbano2. Desde la sucinta perspectiva histórica y del análisis estructural antes presentado, resulta posible entender que estas grandes áreas geográficas, es donde se presentan la mayor cantidad de población afectada por el fenómeno de desigualdad económica y social. En otras palabras, esto significa que son precisamente estos conglomerados los que albergan la mayor cantidad de población en situación de vulnerabilidad. Situación que se ve profundizada en los períodos de crisis económicas por los que ha atravesado nuestro país. Según el INDEC, en el 2002 los índices de pobreza y desocupación en GBA alcanzaron valores históricos: el 54,3 % de las personas se encontraba por debajo de la línea de pobreza, con una tasa de desocupación que alcanzó el
22%. Para este mismo período, en Capital Federal el porcentaje de personas bajo
la línea de pobreza alcanzaba el 13%, y el 2,3 por debajo de la línea de indigencia.
Evolución de la pobreza y la desocupación en el GBA desde 1988 en adelante
Personas bajo la línea de pobreza
Tasa de desocupación
60,0
50,0
40,0
% 30,0
20,0
10,0
0,0
fecha de relevam iento
2 Fuente: INDEC Población total por sexo y densidad de población, según provincia. Total del país. Año 2001
Si bien es cierto que los efectos generalizados de la recuperación económica en los últimos años han alcanzado una marcada mejoría en la vida de estos sectores, no resultará sencillo revertir las condiciones estructurales de exclusión y vulnerabilidad social luego de la larga transformación que llevó a la crisis del 2001.
Actualmente nuestro país se encuentra en un proceso de crecimiento económico que favorece la recomposición institucional y rearticulación de los lazos sociales, en donde el Estado Nacional se hace presente con políticas públicas que apuntan al desarrollo social de las poblaciones vulnerables.
En este sentido, la presencia de Universidad Pública juega un rol fundamental. Haciendo valer su compromiso con la sociedad que la sostiene, debe acompañar este curso poniendo a disposición de la comunidad su propia capacidad de transformación. Y esto es algo que puede lograrse a través de una verdadera política de Extensión Universitaria que materialice la actividad docente y científica en una acción directa con resultados concretos en el campo social.
FUNDAMENTACIÓN
Hablar de comunidades en estado de vulnerabilidad implica necesariamente reconocer que siempre la Argentina ha manifestado diferencias sociales producto de su estructura de clases. Sin embargo el fenómeno de la pobreza y marginalidad se pone en evidencia de una manera contundente durante los últimos treinta años, alcanzando valores lamentables hacia fines de siglo al estallar con la crisis del
2001. Dicho fenómeno requiere aunque más no sea una resumida explicación.
La crisis del modelo de producción del los años 70 puso en jaque al Estado de Bienestar. De carácter prominentemente intervencionista este modelo concebía al estado como juez en la articulación del trabajo y el capital. Surge en los años ’30 como respuesta a la crisis del liberalismo clásico, y termina consolidándose en el periodo de la segunda posguerra.
Como bien lo expone C. Offe3, el Estado de Bienestar con el fin de mantener la oferta de políticas asistenciales (cada vez mas abultadas), produjo una considerable sobrecarga fiscal al capital que terminó desincentivando la inversión, de la misma manera que la sobrecarga normativa, produjo un alto
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