Unitarios y federales
Martina FradejasTrabajo23 de Noviembre de 2020
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Hola chicos, espero que estén muy bien
En la década de 1820 diversos grupos sociales con proyectos políticos diferentes se enfrentaron en los intentos por construir un Estado en las Pcias Unidas del Río de la Plata. La diferencia surgía de la forma de organización política que proponían para el nuevo Estado: unos centralismo y otros el federalismo.
Consignas:
1 - Describir el modelo político centralista, y su opuesto, el federal
MODELO POLÍTICO FEDERAL | MODELO POLÍTICO CENTRALISTA |
El federalismo es el sistema político donde los estados conservan su soberanía, por lo que tienen cierta autonomía en las decisiones políticas y administrativas. | Sistema político donde todo el poder político y administrativo está concentrado en un solo órgano central: el Estado. |
Se divide por territorios geográficos que pueden ser provincias, regiones o Estados. | No existe la división territorial del poder: recae todo en un gobierno central que tiene representación en los diferentes Estados. |
En el federalismo el poder político está dividido por territorios, | En el centralismo existe un único gobierno central, es decir, no hay división del poder político por territorios. |
La constitución aprobada por los Estados establece las funciones del gobierno. | Hay un único gobierno central que se encarga de todos los aspectos políticos y administrativos del país. |
La división de poderes se basa en la división geográfica de cada territorio. | La cultura y las tradiciones que hay en los diferentes Estados muchas veces no son tomadas en cuenta por el gobierno central. |
Estos dos sistemas políticos se diferencian por la manera en la que se administran los poderes en el territorio de un país.
2 - Los federales, liderados por los caudillos: Caracterizar dichos líderes. ( tener en cuenta la tares vista "textos para analizar)
Los caudillos surgen como una forma de autoridad más cercana a los problemas de la gente. Los ejércitos gauchos no eran hordas predatorias como las de Atila, sino que estaban estrechamente vinculados a la institución que les había dado origen y que se fortalecía cada vez más: la estancia.
La mayoría de ellos eran terratenientes que se habían destacado en la defensa de las fronteras, en la lucha contra el indio o participando en las luchas por la independencia.
No negaron la necesidad de unión entre todas las provincias, pero consideraban que esta unión debía respetar la autonomía política y económica de cada una de sus respectivas regiones.
Los caudillos federales más destacados fueron José Gervasio Artigas, ⇒ de la Banda Oriental, Bernabé Aráoz ⇒> Tucumán, Martín Miguel de Güemes ==> de Salta, Estanislao López ⇒ de Santa Fe, Francisco Ramírez ⇒ de Entre Ríos, Juan Bautista Bustos ⇒ de Córdoba, Felipe Ibarra ⇒ de Santiago del Estero, Facundo Quiroga ⇒ de La Rioja, Juan Manuel de Rosas ⇒ de Buenos Aires, y Justo José de Urquiza ⇒ de Entre Ríos.
Las milicias irregulares reclutadas entre los gauchos no tenían problemas de abastecimiento, “vivían del país”, como se decía entonces. Estas tropas podían sobrevivir a la disolución del Estado y de hecho lo sobrevivieron.
3 - Lectura Elaboración consignas de los textos adjuntos.
UNITARISMO – FEDERALISMO
La crisis de 1820, lejos de resolver el problema de la organización nacional, lo hizo más complejo y dentro del marco republicano, el problema se reducía a una opción entre sólo dos formas : establecimiento de un sistema estatal centralizado (Doctrina Unitaria) o unión de provincias encabezadas por un gobierno federal.(Doctrina Federal).
Los Unitarios sostenían que para dar al país estabilidad política era fundamental establecer un gobierno central investido de amplios poderes políticos y económicos. Las provincias quedarían reducidas a la posición de distritos administrativos, cuya autonomía sería fiscalizada por el gobierno central.
La doctrina federalista defendía la más amplia autonomía fiscal, política y económica para cada provincia. Rechazaba el argumento esgrimido por los unitarios, de que la nación no tenía los recursos necesarios, ni la experiencia para instaurar un complicado sistema de autoridades superpuestas.
Con respecto a la propuesta del unitarismo de nacionalizar los ingresos derivados del comercio exterior e interior, la actitud de las provincias era uniformemente unitaria. Pero se oponían, no obstante a toda acción destinada a cercenar la economía fiscal provincial.
Se empeñaron en tratar de proteger su industria y comercio de la competencia foránea y cuando tuvieron que elegir entre unitarismo y federalismo, optaron por este último, porque era más probable que eliminara los peligros de la competencia. Para estos grupos el unitarismo significaba la abolición de las tarifas protectoras y una mayor expansión del comercio exterior a expensas de las industrias locales.
El partido unitario, que destacaba los problemas nacionales sobre las cuestiones locales, alcanzó un alto grado de homogeneidad. Era una minoría compacta, consciente, consciente de sus objetivos y colocada en una posición estratégica en la sociedad y en la economía. El partido Federal no tenía ninguna de estas características. El particularismo político y económico impedía la formación de un organismo permanente en escala nacional. El partido era apenas una federación imprecisa de organizaciones secciónales, unidos en su oposición a los unitarios. Sin embargo, estaban de acuerdo en varias cuestiones fundamentales :la organización del país no debía hacerse a expensas de la autonomía provincial y la autoridad del gobierno central debía estar limitada a los asuntos de orden nacional. En Bs. As., la oposición al programa financiero y económico de los unitarios era especialmente fuerte en los distritos rurales, entre los ganaderos.
Este problema significaba para las provincias, la reducción de las ventajas logradas después de la revolución.
La nacionalización dl puerto de Bs. As. Y la apertura de otros puertos anularían las ventajas que los productores porteños de cueros y carne tenían sobre sus competidores de Santa Fe y Entre Ríos.
La federalización de la ciudad de Bs. As. Se traducía en la pérdida de una parte considerable de territorio ( comercialmente la más importante) y de casi todos sus ingresos.
Dentro de la provincia de Bs. As., el partido federal buscaba solamente la continua expansión de la industria ganadera, la expansión territorial hacia el sur, la incorporación de nuevas tierras a la economía provincial.
Además prometía la expansión del comercio exterior y la seguridad de que sus beneficios quedarían en la provincia, en lugar de engrosar la economía nacional.
La actitud del partido frente al problema de la organización nacional estaba determinada por los intereses inmediatos de la economía provincial.
Bs. As. era económica y financieramente independiente del resto del país. Por consiguiente, cualquier cambio que involucrara la nacionalización de los derechos de aduana o del puerto, redundaba en desventaja de la economía provincial. Aquí reside la peculiaridad del federalismo porteño : Bs. As. Quería gozar de su
autonomía política y económica y estaba en condiciones de practicarla.
La desintegración de la economía nacional en zonas provinciales con mayor o menor capacidad de independencia fue en gran parte la causa de que surgiera el federalismo como programa económico y doctrina política. Pero también actuaron otros factores ; ya que si bien el programa federal reclamaba la autonomía económica y política para las provincias, dependían en la integridad política como nación ; las provincias comprendían que el aislamiento no era deseable ni posible : Los federales rechazaban la centralización sin perder de vista la independencia política y económica de las provincias ; señalaban la necesidad de unidad nacional pero reconocían la existencia de intereses provinciales específicos. El problema económico que afrontaban las provincias del interior era diferente del que encaraba Bs. As.. Para Bs.As., la abolición del régimen colonial era un paso adelante en el desarrollo económico de la provincia. Para el interior el problema era procurarse los medios adecuados para defenderse contra los abusos de la industria y el comercio exterior.
Sin embargo una política proteccionista en escala nacional era irrealizable, precisamente por las mismas razones que condujeron al interior a solicitarla. El dominio del puerto por parte de Bs.As. fue el factor decisivo. Bs.As., sólo aceptaría el proteccionismo sí salía ganando con la misma medida del interior. El porvenir económico de Bs.As. dependía, por lo tanto, más bien del fortalecimiento de sus relaciones comerciales con Europa que de la expansión de las provincias del interior. La adopción del proteccionismo como exigía el interior, presentaba para Bs. As. la perspectiva de restablecer las condiciones anteriores a la revolución. Por lo tanto, a Bs.As. no le quedaba otra alternativa que mantener abierto el puerto.
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