Valores Personales

A través de la historia la humanidad ha pasado o ha transitado por un camino escabroso; en el sentido en el que los comportamientos de los integrantes de una sociedad determinada han encontrado bruscamente el choque, o colisión que rompe con las bondades y los aspectos diversos que encaminan la sociedad hacia la paz colectiva. Ahora bien es necesario estudiar y tratar al menos de comprender en una forma sencilla, este gran cumulo de cualidades que adheridos a los sujetos marcan el cambio de rumbo que tiene naturalmente cada sociedad. Es menester remontarnos por ejemplo a la época de JESUSCRISTO, el gran “Mesías” fue quien inserto en la humanidad la semilla de los valores, pregonando en ellos los más característicos y profundos pensamientos sociales y de bondad.

En base a tales valores se han desarrollado nuevos pensamientos que concluyen en un nuevo valor como se estudiara en este ensayo los valores tienen una característica mutable o mejorable que se adquiere solo a través de los tiempos y del nivel en que se encuentre una sociedad; es importante realizar una distinción y es que los valores personales son aquellos que le son personalísimos a las personas, una diferencia esta que advierte que cada persona tiene un sistema de adaptación de los Valores Humanos y los hace propios a su personalidad y los adecua a su comportamiento. La axiología es una ciencia que estudia los valores; como tal esta ciencia se encarga de establecer claramente un significado a todo lo referente a los valores humanos, es más que un simple orden Moral, y es eso precisamente lo que la axiología como ciencia busca. Ahora bien es conocido que los valores poseen una escala o como algunos autores lo llaman una “jerarquía de los valores”. Esta es la razón por la que “hay genios en el estimar, como los hay del pensamiento”.

Según Ortega y Gasset, Jesús descubre la humildad soportando dócilmente una bofetada, y con esto enriquece con un nuevo valor la experiencia de nuestras estimaciones. La capacidad estimativa nos permite estimar o desestimar los valores. Los hechos son datos preceptivos y, en cuanto tales, irrebatibles, pero los valores no. Los valores positivos se estiman, en tanto que los negativos se desestiman. “La justicia –nos dice- es un valor positivo: una misma cosa es advertirlo y estimarlo. La injusticia, en cambio, es un valor, pero negativo; nuestra percepción de él consiste en desestimarlo”.

Además, a juicio de Ortega, “todo valor positivo es siempre superior, equivalente o inferior a otros valores. Todos los valores están en diferentes rangos, y eso lo notamos a través de la preferencia. Esta extraña cualidad de nuestro espíritu que llamamos “preferir”, nos revela que los valores constituyen una rigurosa jerarquía de rangos fijos e inmutables” .Podemos equivocarnos en nuestra preferencia, anteponiendo lo inferior a lo superior, “subvirtiendo los rangos objetivos de los valores”, pero cuando esto se hace constitutivo de una persona, y “cierto error de las preferencias llega a serle habitual”, entonces estamos ante “una perversión” o “una enfermedad estimativa” .Para los autores que hemos visto, los valores son entidades irreales y objetivas, y, como tales, no pueden ser captadas mediante la razón. La objetividad es garantía de la inmutabilidad de los valores y del carácter absoluto de su jerarquía, en tanto que su irrealidad lo es de la diversidad estimativa, que puede ser correcta, errónea

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