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Violencia y turismo en los pueblos magicos de Tamaulipas


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2017  •  Ensayos  •  4.217 Palabras (17 Páginas)  •  222 Visitas

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Violencia y turismo en los Pueblos Mágicos de Tamaulipas

José Rafael Moreno Quevedo

Grecia Desirée Díaz Chagoya

Universidad Autónoma de Tamaulipas.

greciadiaz97@gmail.com

Resumen

Se analizan las convergencias y divergencias de estas dos ciudades desde que fueran declaradas Pueblos Mágicos, los diferentes procesos de desarrollo, así como el impacto que la violencia y el turismo han tenido en ambas durante los últimos 10 años; cómo se ha afectado su patrimonio cultural y su desarrollo local en un proceso exógeno y endógeno. Mostrando de qué forma el impacto de la violencia y el turismo ha causado el abandono de las ciudades y las consecuencias que esto provoca con el desplazamiento y deterioro, por una parte, y el empobrecimiento y uso inadecuado del patrimonio edificado por otro.

Introducción

El presente trabajo explica la situación que viven los dos Pueblos Mágicos del estado de Tamaulipas; se compara la situación crítica de Ciudad Mier que pasó de ser un Pueblo Mágico a un “pueblo fantasma”, y la sobreexplotación turística que actualmente vive Tula. Hacemos un breve recorrido geográfico, histórico y cultural de las ciudades del estado, para poder comprender el contexto y situación que se vive en cada una de las ciudades. Basándonos en fuentes hemerográficas, fuentes primarias, secundarias y trabajo de campo, para poder tener un análisis y visión completa de los Pueblos Mágicos en Tamaulipas.

Palabras clave: Pueblo Mágico, Mier, Tula, violencia, turismo, Tamaulipas.

Mier, un pueblo mágico de frontera

  1. Ubicación geográfica.

Mier se encuentra localizado en el noreste del estado de Tamaulipas. Por la zona noreste, colinda con el municipio de Guerrero y al sureste con Miguel Alemán; por la zona este, el rio Bravo forma su límite con el condado Starr del estado de Texas, y en el oeste colinda con el estado de Nuevo León.

  1. Fundación e historia.

En el año de 1734 se comienzan a establecer estancias ganaderas, bovinas y de caballar, las cuales se encontraban a cargo de los vecinos de Cerralvo, un municipio de Nuevo León colindante a esta zona. Así comienza el flujo de la población a lo que hoy conocemos como Mier.

Fue fundada el 6 de marzo de 1753 por José de Escandón en lo que se conocía como el Paso del Cántaro, ya que la sal era un producto esencial para las necesidades y actividades económicas y fue utilizada en diferentes procesos productivos. Como alimento al ganado, en la desecación de carne, en el beneficio minero o en el curtido de pieles, eran algunos de los usos que se le daba en el México colonial (Herrera 2014)[1]. Por esta razón, existió un gran interés por descubrir yacimientos salinos. La necesidad de descubrir depósitos de sal se convirtió en una prioridad importante en esta zona, sobre todo por el tipo de economía que se comenzó a practicar, basada en la ganadería y la minería, pero con la posibilidad de comercializar el producto a los dinámicos reales de minas de Zacatecas.

En 1757, ya se habían agregado a la población familias originarias del nuevo reino de León. Ascendiendo su vecindario a 39 familias con 274 personas. Las habitaciones se encontraban dispersas y estaban construidas de lodo y piedra o de horcones embarrados. La base económica de los habitantes era la ganadería y venta de cebos, lana y pieles.

En 1770, la villa contaba con 65 habitantes y la misión de Mier congregaba a 101 indígenas llamados "garzas" administrados por un religioso del Colegio Apostólico de Guadalupe, Zacatecas. Entre 1780 y 1784, el teniente de las fuerzas milicianas coloniales y justicia mayor de esta villa, Santiago Barrera, ordenó se iniciara la construcción del templo.

En 1843, Toribio de la Torre dijo que los indígenas de la misión de Mier "han sido utilísimos contra las incursiones de los bárbaros que frecuentemente asolan la frontera". El 26 de diciembre de 1842, en esta villa fueron vencidas las fuerzas texanas bajo el mando de Williams S. Ficher (Instituto para el Federalismo y el Desarrollo Municipal 2010)[2], que habían invadido la frontera de la villa, por esto, hay una fuerte influencia cultural con Estados Unidos.

  1. Patrimonio tangible.

El mantenimiento de una economía sin mayor dinamismo tuvo como hecho positivo la conservación misma de la antigua estructura urbana de Mier, así como la permanencia de sus inmuebles históricos. Se formó la asociación “Batalla de Mier 1842” (Herrera 2014)[3], que impulsó la recuperación de los inmuebles en dónde tuvo lugar ese celebre acontecimiento bélico, lo que fue retomado por las autoridades locales y ahora estatales y federales, lo que permitió la creación de un museo de sitio y de otras instalaciones culturales.

En el patrimonio cultural perteneciente del municipio de Mier, existen diferentes elementos históricos y culturales que le logran darle un gran sustento y soporte para posteriormente nombrarlo parte de los Pueblos Mágicos del país. Por su parte, dentro del patrimonio cultural tangible, existen una serie de edificaciones: la primera edificación de la que haremos mención, es La Parroquia de la Purísima Concepción, un templo de piedra arenisca que data de finales del siglo XVIII. Ha tenido varias intervenciones arquitectónicas y, aunque sobresale su aspecto novohispano, si se pone suficiente atención se pueden ver los distintos momentos de su construcción, como la disparidad de sus tres torres, pues la más alta fue agregada hasta el siglo XIX.  En su fachada hay un juego de relieves intrigante, como la insignia franciscana o la imagen de un pelícano, alusiva a Jesucristo. La capilla de San Juan Bautista fue construida entre los años 1836 y 1840, puede ser considerada como una pequeña joya de arquitectura. Está recubierta de piedra de tono café claro y tiene una torre de campanario de dos cuerpos, elementos que la hacen muy distintiva. La Casa de la Cultura, también es una parte indispensable para el patrimonio edificado de la ciudad, construida en el año de 1864 con un estilo colonial con adornos barrocos. En la actualidad, en este edificio se llevan a cabo diferentes actividades artísticas y culturales, como talleres de literatura, pintura, danza y canto para niños, jóvenes y adultos.

  1.  Patrimonio intangible.

Tradicionalmente Mier se había caracterizado por el cultivo de la cultura y las artes. Localmente se celebra el “Festival del Cántaro”, en el que tenían presencia eventos de alto relieve artístico, aunque sin muchos recursos disponibles y más por la activa promoción de varias personas y artistas de la localidad. En el mes de noviembre se lleva a cabo la Feria y Exposición Agrícola y Ganadera en donde se llevan a cabo corridas de toros, carreras de caballos, peleas de gallos y la exposición y venta de artículos regionales, en los que destacan el cabrito al pastor, la carne asada, y el machacado. En el caso de las festividades patronales dos de ellas se destacan; el 24 de junio se lleva a cabo la fiesta religiosa de San Juan, y el día 8 de diciembre se celebra el Día de la Purísima Concepción, la patrona de la ciudad, cuya advocación fue dedicada a la villa o lugar de Mier, establecida por órdenes de José de Escandón a orillas del río Álamo o Agualeguas. (Herrera 2014).[4]

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