¿Cómo iniciar una educación financiera?
josy25coTutorial7 de Marzo de 2012
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¿CÓMO INICIAR UNA EDUCACIÓN FINANCIERA?
MARÍA INÉS SARMIENTO DÍAZ
PSICÓLOGA - COLOMBIA
misdpg@yahoo.com
Muchos padres y docentes con niños y niñas bajo su responsabilidad, desean brindar una educación financiera a sus hijos(as) o estudiantes y no saben por dónde comenzar. Se dan cuenta que es importante guiarlos en este sentido, más no saben cómo hacerlo. Con este artículo deseo proporcionar algunos elementos que pueden facilitar el que los adultos interesados en formar financieramente a los jóvenes, den los primeros pasos en este sentido.
Primero que todo, es importante felicitar a los padres y docentes quienes desean dar una formación financiera, porque cumplen con el primer requisito para hacerlo: El deseo, la motivación y el interés porque los niños y niñas tengan una orientación al respecto. Es el primer paso, pues no todos los adultos reconocen la importancia y necesidad de abordar este tema con los infantes. Y muchas veces se preguntan: ¿Para qué educar en finanzas? Al fin y al cabo yo no estudié nada que tenga que ver con dinero y estoy bien. Veamos algunas razones para brindar una formación financiera a niños y niñas.
PRINCIPALES RAZONES PARA FORMAR FINANCIERAMENTE A LOS NIÑOS Y NIÑAS
Los niños y niñas requieren saber para qué utilizamos el dinero:
Los seres humanos estamos inmersos en un mundo económico. Utilizamos el dinero para muchas cosas en nuestras vidas. Cuando tenemos dinero, satisfacemos casi todas nuestras necesidades: Compramos alimentos, accedemos a los servicios de salud, de educación, a los servicios públicos de agua, luz y telecomunicaciones, compramos la ropa que nos gusta, tenemos un lugar donde vivir, podemos desplazarnos a nuestro sitio de trabajo, podemos descansar y recrearnos como deseamos. También usamos el dinero para darnos gustos, para compartirlo con quien lo necesita, para asegurarnos una vida digna en nuestra vejez, etc. Es decir, tener dinero es importante pues sin él, es más difícil vivir de la manera que deseamos.
Los niños y niñas requieren aprender que no todo se consigue con dinero:
Partiendo de que el dinero es importante, también es básico reconocer que no todo lo conseguimos con dinero: Nuestra credibilidad, la unión familiar, las amistades verdaderas, la felicidad, la armonía en nuestras relaciones, nuestra paz interior, las habilidades, los talentos, nuestra creatividad, las actitudes que asumimos frente a las adversidades, el tomar decisiones apropiadas, amar lo que hacemos y hacer bien nuestro trabajo, cuidar los recursos que poseemos, aportar al mundo los dones que hemos recibido, resolver nuestros propios problemas sin esperar que otros nos los resuelvan, crecer como personas, disfrutar con las cosas sencillas de la vida, etc., son aspectos que no nos los proporciona el dinero. Y son estos aspectos los que determinan qué tan prósperos somos en nuestra vida, los que nos permiten generar riqueza o generar pobreza. Cuando reconocemos estos aspectos como primordiales y previos al dinero, comenzamos a Aprender a Tener.
Los niños y niñas requieren Aprender a Tener:
Aprender a Tener, significa colocar por encima del dinero, la vida, la dignidad, los valores y principios con que nos guiamos. Es reconocer que el dinero es importante y nos permite hacer muchas cosas, y a la vez, sin dinero, también podemos hacer otras tantas cosas en la vida con las cuales transformamos el mundo y hacemos de él un lugar mejor para vivir. Aprender a tener significa que somos capaces de sacrificar el dinero por los valores que tenemos, en lugar de sacrificar los valores que tenemos por el dinero. Es darnos cuenta que tener o no tener dinero es algo temporal, mientras que al tener los talentos, valores y actitudes apropiadas, podemos generar riquezas para nosotros mismos y para los demás, en cualquier momento de la vida.
Aprender a tener es mantener una Actitud Ganar – Ganar: Es aprender a que podemos tener dinero, no a costa de otras personas o de principios o de infelicidad y sufrimiento, sino que podemos tener dinero beneficiándonos a nosotros y a los demás.
Aprender a Tener significa que administramos con ética y sabiduría, los recursos que hemos recibido (personales, sociales, ambientales), de tal manera que los mantenemos, los incrementamos, los mejoramos, generando desarrollo y dejando huella.
Aprender a Tener implica que vivimos una Cultura de Prosperidad, con la cual atraemos lo que deseamos, nos sentimos en paz y armonía y comprendemos que muchas veces podremos estar ilíquidos, sin que esto signifique que seamos pobres, pues contamos con los recursos necesarios para generar la riqueza que deseamos.
Saber Tener, no es algo con lo que nacemos, es algo que aprendemos y podemos transmitir y en esto radica la importancia de Formar financieramente a los niños y niñas. En saber que podemos enseñar actitudes, valores, comportamientos económicos y conocimientos que permitan a los jóvenes ser prósperos y generar riquezas con las cuales puedan transformar el mundo.
Los niños y niñas requieren aprender una Cultura de Prosperidad:
Así, entre las principales razones para formar financieramente a los niños y niñas, están la de facilitar que Aprendan a Tener y Desarrollen Actitudes de Prosperidad que les permitan cambiar la cultura de pobreza que predomina hoy día en nuestra sociedad, por una cultura de prosperidad.
REQUISITOS PARA BRINDAR UNA EDUCACIÓN FINANCIERA:
Para brindar una formación financiera son indispensables algunos requisitos. Como decíamos, el primero que debe estar presente es el deseo, la motivación y el interés por parte de los adultos para dar esta formación. Sin un genuino interés y convicción, acerca de la importancia de esta formación, difícilmente guiaremos a los niños hacia la prosperidad y adecuada administración de los recursos.
Valores que sustenten la formación financiera: Sólo los adultos quienes viven valores de prosperidad, pueden ser congruentes y consistentes al brindar una formación financiera: Adultos honestos, responsables, respetuosos, cumplidos, pueden enseñar estos valores que guían a los niños hacia un manejo ético de los recursos que administran. ¿Cómo puede un niño aprender a ser honesto si el docente quien le está enseñando la importancia del ahorro, roba los ahorros de los niños?, ¿Cómo puede aprender un niño a respetar lo ajeno, si sus padres no cuidan lo que les prestan y lo devuelven dañado?. Los niños requieren de adultos cuyos comportamientos económicos (formas de ganar dinero y de administrarlo) sean un modelo para ellos.
Creencias y Actitudes de prosperidad: Un tercer requisito para que una formación financiera sea apropiada, es que los adultos que la impartan, mantengan creencias y actitudes de prosperidad. Para comprender un poco a qué nos referimos con éstas, recordemos la percepción que tres personas diferentes pueden tener sobre un vaso que contiene agua hasta la mitad. Una de ellas puede decir: “El vaso está medio vacío”, otra persona puede decir: “El vaso está medio lleno” y la tercera puede decir: “Aunque el vaso todavía tiene agua, es importante prepararnos para llenarlo”. Estos tres casos plantean tres actitudes diferentes: La primera actitud, es una actitud centrada en la carencia, en lo que no se tiene, en lo que falta, en la escasez. Puede decirse que la persona tiende al pesimismo. La segunda persona manifiesta una actitud centrada en lo que tiene, en la abundancia, en la riqueza, puede decirse que es una actitud optimista. Finalmente la tercera actitud, es una actitud realista: La persona percibe la cantidad de agua que hay y a la vez, se prepara para mantener el vaso con agua y no dejarla acabar. Generalmente cuando una persona tiene creencias negativas y actitudes centradas en la escasez, decimos que la persona vive en una cultura de pobreza, pues no percibe lo que tiene sino lo que no tiene; en lugar de disfrutar los pocos o muchos recursos de que dispone, sufre, se angustia y se amarga por lo que no tiene, o lo que puede perder. Las personas que viven una cultura de pobreza, se quejan de la situación en que viven y atribuyen a otras personas la responsabilidad por dicha situación. La culpa de sus carencias, de sus desgracias son sus padres, sus familiares, su pareja, sus hijos, los vecinos, el barrio en que viven, los gobernantes, el Estado, etc., etc. No se dan cuenta que ellos mismos atraen la situación en que viven. Por esta misma razón, no encuentran, ni se preocupan por hacerlo, soluciones a su situación: Si la causa de sus problemas son otros, la solución está también afuera de ellos mismos: Cuando mis hijos crezcan…, cuando mis padres cambien…, cuando cambie el presidente, cuando se vayan los vecinos, cuando crezca, cuando mis profesores me entiendan, etc. Por lo tanto quedarán esperando situaciones favorables, en lugar de crearlas, a partir de apreciar las oportunidades que hay en su propia vida.
Las personas centradas en lo que poseen, normalmente viven en una cultura de prosperidad. Asumen responsabilidad por las situaciones que viven y buscan de manera activa soluciones a las mismas. Saben que en gran parte, de ellas depende la solución a sus dificultades. Son personas que disfrutan lo poco o mucho que poseen, lo cuidan y si es posible lo incrementan.
Las personas realistas, ven los dos lados de la moneda: Lo que poseen y lo que nó. Disfrutan, cuidan, comparten lo que tienen
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