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El desarrollo físico es un proceso en el que los niños y las niñas


Enviado por   •  16 de Enero de 2013  •  1.780 Palabras (8 Páginas)  •  566 Visitas

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El desarrollo físico es un proceso en el que los niños y las niñas al llegar a la educación básica han alcanzado, en general, altos niveles de logro: coordinan los movimientos de su cuerpo y mantienen el equilibrio, caminan, corren, trepan y manejan con cierta destreza algunos instrumentos.

Por esta razón, y porque el movimiento es una necesidad para continuar un desarrollo físico y emocional equilibrado, los aportes de la educación en este campo formativo están en función de las oportunidades que se abran en la escuela para el juego y la actividad física. Por las relaciones que pueden establecerse entre el desarrollo físico y la salud personal, se han incluido en este campo los aspectos básicos en los cuales la intervención educativa es importante para favorecer que los niños comprendan la importancia de la salud personal y para que empiecen a tomar conciencia de la necesidad de participar en acciones orientadas al cuidado y la preservación del medio ambiente.

En el desarrollo físico intervienen factores como la información genética, el estado de salud, la nutrición, los hábitos y las costumbres en la alimentación. En conjunto, la influencia de estos factores se manifiesta en el crecimiento y en las variaciones en los ritmos de desarrollo individual de niños y niñas.

En los primeros años de vida se producen cambios notables en relación con las capacidades de movimiento. Los pequeños transitan de una situación de total

dependencia a una autonomía completa, del movimiento incontrolado y sin coordinación, hacia el logro del autocontrol del cuerpo. Estos cambios tienen relación con los progresos madurativos del cerebro que se dan en cada individuo y con la influencia del ambiente en que se desenvuelven.

Si bien el crecimiento y el movimiento son las principales manifestaciones del desarrollo físico, se trata de un proceso interno en el que intervienen procesos mentales complejos. La locomoción y el movimiento, estabilidad y equilibrio, proyección, recepción y manipulación, la percepción y representación del espacio y el sentido del tiempo son habilidades que los niños pequeños desarrollan de manera gradual, que implican procesos cognitivos y se propician mediante las experiencias de acción e interacción con 70 el entorno, muy especialmente a través del juego, cuando éste implica que los niños prueben sus capacidades para desplazarse enfrentando retos y superándolos. Conforme viven estas experiencias, los niños van tomando conciencia de su cuerpo, de sus posibilidades para librar obstáculos mientras se desplazan de distintas formas y a diferente velocidad y de las sensaciones que experimentan según los retos que les implique cada tipo de situación (por ejemplo, cuando se persiguen uno a otro, alcanzar o no una meta acordada en el juego, etcétera). Asimismo, van construyendo estrategias que, cuando vuelven a enfrentar ese tipo de situaciones, les ayudan a reconocer y aceptar el error, a ser perseverantes, y a lograr el éxito.

En condiciones regulares, la coordinación y el equilibrio, así como la manipulación de objetos e instrumentos, son habilidades motoras gruesas y finas que los niños han desarrollado en su vida cotidiana y fuera de la escuela con diferentes niveles de logro. Reconocer este hecho es un punto de partida para buscar el tipo de actividades que propicien el fortalecimiento de las habilidades que ya posee cada uno, tomando en cuenta sus características personales, su diversidad en ritmos de desarrollo y las condiciones en las que se desenvuelven en el ambiente familiar. Ello permitirá distinguir entre situaciones y actividades que ayuden a fortalecer las capacidades adquiridas y las que pueden resultar innecesarias, repetitivas y sin sentido para quienes ya pueden realizarlas.

El desarrollo de las habilidades motrices finas que suponen la coordinación visual y motora, se puede fortalecer mediante situaciones que exigen el uso de esas habilidades al trabajar en los distintos campos formativos, por ejemplo, para resolver problemas (armar rompecabezas, construir objetos), para la producción creativa, individual y colectiva (representaciones mediante

El dibujo, iluminar, pintar, recortar como parte de una actividad artística), representar ideas gráficamente con recursos propios (marcas, dibujos, etcétera). Las condiciones de vida de los pequeños y los espacios físicos en que se desenvuelven, así como las actividades que realizan en el ámbito familiar, son factores que influyen en las formas de comportamiento en la escuela, en la mayor o menor disposición para relacionarse con los demás y en el mayor o menor dominio de habilidades. No hay que 71 olvidar que entre los alumnos del grupo puede haber quienes pasan una buena parte del tiempo solos en casa (porque los adultos trabajan) y cuya principal distracción es la televisión, quienes acompañan y ayudan a su madre o su padre en el trabajo y no disponen de oportunidades para el juego y la convivencia con sus pares, y quienes sí cuentan con estas posibilidades. Para los niños que carecen de esas oportunidades, la escuela es el espacio donde el juego y el movimiento son actividades que contribuyen al desarrollo de sus competencias físicas y socioafectivas. Reconocer y respetar las características individuales, animarlos a participar para que venzan posibles inhibiciones y temores, respetar sus ritmos y capacidades de logro, así como propiciar que se sientan cada vez más capaces, seguros al participar y que se den cuenta de sus logros, son actitudes positivas que el docente

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