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La vida de Voltaire


Enviado por   •  3 de Octubre de 2022  •  Tareas  •  2.129 Palabras (9 Páginas)  •  93 Visitas

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La vida de Voltaire

François-Marie Arouet, fue un escritor francés y uno de los principales pensadores y representantes de la filosofía de las Luces; uno de los máximos precursores que orientó a los teóricos a la Revolución Francesa al ser difusor de ideas liberales y al proclamarse enemigo de los jesuitas, de la superstición y de la hipocresía religiosa. Fue nombrado historiador de Francia y más tarde caballero de la Cámara Real.

Voltaire es uno de los autores más importantes en lengua francesa, con su producción que abarca poesía y prosa literarias, obras de teatro, tratados filosóficos, históricos y científicos, y una ingente correspondencia privada.  Algunas de sus mayores obras son el Tratado de la tolerancia (1763) y el Diccionario filosófico (1764). Por otro lado, su obra más escandalosa fue Cartas filosóficas o Cartas inglesas (1734), en las que pasa de un reportaje sobre Gran Bretaña a una cruel crítica del régimen francés. Seguido a ello, surgió como fruto de su crisis de pesimismo, el Poema sobre el desastre de Lisboa (1756) y la novela corta Cándido o el optimismo (1759), una de sus obras maestras.

En 1731 escribió Historia de Carlos XII, obra en la que esboza los problemas y tópicos que, más tarde, aparecerán plenamente madurados en su famosa obra Cartas filosóficas, publicada en 1734 y en la que lleva a cabo una radical defensa de la tolerancia religiosa y la libertad ideológica, tomando como modelo la permisividad inglesa y acusando al cristianismo de ser la raíz de todo fanatismo dogmático y, poniendo de ejemplo lo que había experimentado en su exilio británico y criticando el despotismo reinante en Francia.

Junto a Madame Châtelet, mujer con la que estableció una larga relación personal y con la que trabajó en su obra sobre el pensamiento newtoniano, “La filosofía de Newton”. En este periodo también escribió varios poemas filosóficos, como “El desastre de Lisboa” en 1756, varias novelas satíricas y filosóficas, entre las que cabe destacar “Cándido” en 1759, la tragedia “Tancredo” en 1760, “el Diccionario filosófico” en 1764, “El ingenuo” en 1767 e “Historia de Jenni” en 1775.

Lo que hizo de Voltaire un personaje tan polémico fueron sus ataques a todos aquellos que consideraba indignos, quienes eran la gran parte de la humanidad. Sus críticas se dirigían a todo aquel que así lo mereciera, como a los aristócratas, a quienes los consideraba unos parásitos, a los burgueses unos avariciosos que solo miraban para sí mismos; a los monarcas unos déspotas, a las multitudes una masa ignorante incapaz de construir una alternativa mejor; al poder religioso, una fuente de ignorancia y superstición o bien, al secular como una fuerza opresora que solo pensaba en acaparar cuanto pudiese.

Sus críticas más feroces iban dirigidas contra la religión, que consideraba en la mayoría de sus formas la fuente de toda la ignorancia e intolerancia. Al cristianismo lo consideraba “la religión más ridícula, absurda y sangrienta que ha infectado este mundo” y llegó a pedir al rey prusiano que “extirpara esa infame superstición si quería dejar algún buen legado tras su muerte”. De los judíos decía que eran “gente ignorante y bárbara que ha unido la avaricia más sórdida, la superstición más detestable y el odio más intenso hacia el resto de la gente que les tolera y enriquece”. A Mahoma, sobre quien llegó a escribir una obra de teatro, lo llamó “vendedor de camellos” y “un charlatán que dijo haber hablado con ángeles, subido a los cielos y escrito un libro ininteligible que a cada página hace estremecer al sentido común”.

En cambio, manifestó un gran aprecio por el hinduismo, que veía como una religión compasiva con todos los seres vivos; en cuya filosofía de la verdad y la rectitud moral lo tomaba como el ejemplo que debían seguir todos los gobernantes.

Voltaire creía que solo una guía ilustrada y una educación basada en la razón podrían redimir la decadencia moral de Europa; ya que desconfiaba de los estamentos privilegiados, que solo procuraban mantener sus privilegios.

A pesar de ser un libre crítico social, fue un ferviente defensor de la tolerancia y los derechos civiles como única base posible para una sociedad moralmente sana. Así fue como insistió en que la justicia y las oportunidades debían ser iguales para todos. Que la razón y el conocimiento científico debían sustituir a la arbitrariedad y la superstición; y los líderes ilustrados debían usar su poder para garantizar un orden que actuara en el mejor beneficio de todos los miembros de la sociedad sin perjudicar injustamente a ninguno de ellos.

Su defensa de una justicia igualitaria impactó de tal forma, sobre todo entre los burgueses y los aristócratas ilustrados, que inspiró la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en la que se basó el espíritu de la Revolución Francesa.

Aportes teórico-filosóficos

Su crítica a las monarquías absolutas y la defensa del rey filósofo, hace hincapié en la defensa de las monarquías, quienes no tenían leyes limitadas y como un único y verdadero origen; la naturaleza y el estudio, lo cual debe hacerse por un método sencillo, que en la monarquía hay leyes antiguas, sagradas, positivas y civiles conocida como todo el pueblo regla que no ha de juzgar acciones, a pesar de que la monarquía no está sometida a la ley y tampoco puede prescindir de ella.

Hace referencia que el un único límite del poder monarca es el orden mismo como la pieza central y la ley de Dios, que los filósofos han creado una misma ley inmutables harían mejores y más felices a los hombres sin tener en cuenta que tiene un carácter que lo constituye como tal.  

La mayoría de las monarquías absolutistas de Europa acabaron convirtiéndose en monarquías constitucionales, debido a presiones internas y externas cayendo bajo el peso de violentas revoluciones para dar pasos a gobiernos republicanos de distinta naturaleza.

Voltaire defiende, ante todo, la tolerancia religiosa y cómo ésta ahorrará conflictos que la fe ciega que llevaba a la intolerancia causó en el pasado, sobre todo en el pasado cercano a la época en la que el autor comenzó a desarrollar su manifiesto. Las personas antes creían sin cuestionar la existencia de un ser divino todopoderoso que castigaría a aquellos pecadores, interpretaron las "santas escrituras" a como les convino y lo predicaron al punto de generar fanatismo, el fanatismo lleva a la violencia muchas veces, más cuando alguien más no comparte las mismas ideas, es esto lo que Voltaire conoce como intolerancia religiosa. Por lo que propuso que había que educar sobre la tolerancia.

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