ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Trabajo Sobresaliente De La Mujer


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2013  •  5.163 Palabras (21 Páginas)  •  230 Visitas

Página 1 de 21

Biografía de Amalia González Caballero

La activa promotora a nivel mundial de la equidad de género, doña Amalia González Caballero de Castillo Ledón nació en San Jerónimo de Santander Jiménez, estado de Tamaulipas el 18 de agosto de 1898. Obtuvo el título de maestra normalista y estudió la carrera de Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En 1929 junto con los doctores Aquilino Villanueva e Ignacio Chávez, participó en la creación de la Asociación Nacional de Protección a la Infancia. En ese mismo año trabajó en la creación de la Oficina de Educación y Recreaciones Populares del entonces Departamento Central (actualmente Acción Social del Departamento del Distrito Federal). Con el objetivo de difundir el arte dramático a todos los niveles sociales (teatro de masas) promovió la instalación de enormes carpas y escenarios al aire libre como el del Parque México. En colonias populares abrió centros culturales y dentro de las cárceles estableció talleres de artes y oficios y para las hijas de las reclusas fundó la Escuela Héroes de Celaya en la delegación Azcapotzalco en el Distrito Federal.También organizó la primera Unión de Actores Teatrales Mexicanos.

Doña Amalia se distinguió por luchar en pro de la mujer, para ello fundó y presidió el Ateneo Mexicano de Mujeres y el Club Internacional de Mujeres (1932). En 1936 junto con Luz Vera, Graciana Álvarez del Castillo, Belén de Zárraga, Julia Nava de Ruizánchez, María Ríos Cárdenas, Otilia Zambrano y Josefina Velásquez formó el Comité Femenino Interamericano pro Democracia, cuya misión fue apoyar y divulgar los principios de la política exterior de México.

Organizó las guarderías para los hijos de locatarios de mercados. En 1944 fue miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana y realizó los trámites para incorporar la Comisión Interamericana de Mujeres (misma que luego presidió) a la organización de Estados Americanos (OEA) y de 1946 a 1950 la representó ante la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En 1945 en plena Segunda Guerra mundial doña Amalia participó en la Conferencia Mundial de San Francisco, interviniendo en la consagración de la igualdad de hombres y mujeres en la Carta de las Naciones Unidas. En 1948 fue nombrada presidenta del Sector Femenil del entonces Partido de la Revolución Mexicana (PRM), presidió el comité Coordinador Femenino para la Defensa de la Patria, también en 1948 representó a México ante la OEA y en 1952 fundó la Alianza de Mujeres de México.

El dicho popular mexicano que dice "tras un gran hombre siempre hay una gran mujer", se hizo patente en la decisión del presidente Adolfo Ruiz Cortines, el 17 de octubre de 1953 al decretar el derecho de la mujer mexicana para "votar y ser votada". Tras este decreto estuvo la obra de doña Amalia quien desde la creación del Consejo Interamericano de Mujeres había propuesto que las mujeres latinoamericanas votaran, propuesta que no fue escuchada por una sociedad altamente machista.

Ruiz Cortines estaba seguro que era necesaria la participación de la mujer en la política, pero esto sería si ellas se lo pedían y es aquí cuando intervino doña Amalia. La mujer se encargó de organizar a sus congéneres y pormedio de una carta con miles de firmas solicitaron el derecho al voto. Para todos los mexicanos y también extranjeros quedó claro que Amalia se había convertido en líder femenina de su época. Sin nunca perder la esencia femenina, fue una política coqueta, guapa, elegante y además madre de familia. No viajaba sin sus cremas y cosméticos y además entre sus papeles de trabajo no faltaba una revista de modas, hay quien afirma que mudaba de ropa varias veces al día.

Partícipe de la vida diplomática mexicana, de 1953 a 1956 fue ministra plenipotenciaria de México (1953). Doña Amalia fue la primera mujer embajadora, estuvo frente las embajadas de Suecia (1953), Suiza (1957), Finlandia (1959), Austria (1965-1970) y Naciones Unidas (1965). Su ardua labor en pro de la participación de la mujer en la política cobró frutos al ser la primera mujer en formar parte del gabinete presidencial. Durante la administración del presidente Adolfo López Mateos ocupó la Subsecretaría de Asuntos Culturales de 1959 a 1964. Durante su gestión se crearon el Museo Nacional del Virreinato, el Museo de Arte Moderno y el Museo de las Culturas. Continuaron las investigaciones en la zona arqueológica de San Juan Teotihuacan y se implementaron bibliotecas y sistemas audiovisuales en los museos.

En 1964 doña Amalita como muchos la llamaban, fue Miembro del Consejo Consultivo de la Administración Pública Internacional de las Naciones Unidas; en 1965 fue Representante del Organismo Internacional de Energía Atómica y en 1980 asesora de la Secretaría de Turismo.

Esta admirable mujer supo combinar sus actividades laborales con la producción literaria. La obras que nos legó son los ensayos: Cuatro estancias poéticas y Viena, sitial de la música de todos los tiempos. Los dramas: Cuando las hojas caen (1929), Cubos de noria, Coqueta, Bajoel mismo techo, Peligro-Deshielo y La verdad escondida (1963).

Doña Amalia González Caballero de Castillo Ledón murió en la ciudad de México el martes 3 de junio de 1986.

DiccionarioPorrúa de historia, biografía y geografía de México, 4v. México,Editorial Porrúa, S.A., 1995, t. 1.

Enciclopedia de México en CD ROM, Dataconsult S.A. de C.V., 1999, Disco 1.

Información proporcionada por la licenciada Elena Aguirre Pardo.

Musacchio, Humberto, Diccionario enciclopédico de México, 4v. Colombia, Andrés León Editor, 1990, t. 1.

Última actualización: lunes 17 de junio del 2013

Sufragio femenino

Saltar a: navegación, búsqueda

Manifestación de sufragistas en la ciudad de Nueva York, 1913.

El movimiento internacional por el sufragio femenino, llevado a cabo por las llamadas sufragistas, fue un movimiento reformista social, económico y político que promovía la extensión del sufragio (el derecho a votar) a las mujeres, abogando por el «sufragio igual» (abolición de la diferencia de capacidad de votación por género) en lugar del «sufragio universal» (abolición de la discriminación debida principalmente a la raza), ya que este último era, en los comienzos de la reivindicación del sufragio femenino considerado demasiado revolucionario.1 2

Índice

• 1 Movimientos sufragistas

• 2 Historia

• 3 El sufragio femenino en España

• 4 El sufragio femenino en Latinoamérica

o 4.1 Uruguay

o 4.2 Ecuador

o 4.3 México

• 5 Lista de países con sufragio femenino

• 6 Lista de países con sufragio femenino negado o condicionado

• 7 Véase también

• 8 Referencias

• 9 Enlaces externos

Movimientos sufragistas

Votos para la Mujer banderín de la colección del Museo de los Niños de Indianápolis

Los sufragistas fueron a menudo miembros de diferentes asociaciones con el mismo objetivo, pero usando diferentes tácticas; por ejemplo, las sufragistas británicas se caracterizaban por un tipo de defensa más combativa. En otros países el sufragio femenino se logró desde las instituciones del estado mediante leyes que fueron impulsadas directamente por mujeres en la política como el caso de España con Clara Campoamor, Argentina con Eva Perón o México con Elvia Carrillo Puerto.

Los principales objetivos del movimiento feminista siguieron siendo los mismos: la incorporación de la mujer al trabajo durante la I Guerra Mundial, derecho de voto, la mejora de la educación, la capacitación profesional y la apertura de nuevos horizontes laborales, la equiparación de sexos en la familia como medio de evitar la subordinación de la mujer y la doble moral sexual. La gran novedad vino de la amplia movilización colectiva que supo dirigir el movimiento sufragista en determinados países.

Historia

Antisufragistas en EE. UU.

El sufragio femenino ha sido aprobado (y revocado) varias veces en distintos países del mundo. En algunos países como Estados Unidos o Sudáfrica el sufragio femenino se ha autorizado antes que el sufragio universal; así, una vez concedido éste a los hombres y mujeres europeos, aún se les seguía negando el derecho a votar a hombres y mujeres de otras etnias. No obstante, en la mayoría de países el sufragio femenino ha sido el que ha llevado al universal.

• En 1776 en Nueva Jersey se autorizó accidentalmente el primer sufragio femenino (se usó la palabra «personas» en vez de «hombres»), pero se abolió en 1807.

• En 1838 se aprobó el sufragio femenino (con las mismas características propias que el masculino) en las islas Pitcairn.

• En la segunda mitad del siglo XIX, varios países y estados reconocieron un tipo de sufragio femenino restringido empezando por Australia del Sur en 1861.

• En 1869, el Territorio de Wyoming se convirtió en el primer estado de EE.UU. donde se instauró el «sufragio igual» (sin diferencias de género) aunque no el sufragio universal (no podían votar hombres ni mujeres de piel oscura).

• En 1893 se aprobó en Nueva Zelanda el primer sufragio femenino sin restricciones, gracias al movimiento liderado por Kate Sheppard. De todos modos a las mujeres sólo se les permitía votar pero no presentarse a elecciones. Las boletas femeninas de votación se adoptaron apenas semanas antes de las elecciones generales. Solo desde 1919 las neozelandesas obtuvieron el derecho a ser elegidas para un cargo político.

• El primer estado en ofrecer el sufragio universal (y también permitir a las mujeres presentarse a elecciones para el parlamento) fue Australia del Sur en 1902 (según otros en 1894) y Tasmania en 1903.

• En Europa las mujeres pudieron ejercer su derecho a voto por primera vez en Finlandia (entonces una región del Imperio Ruso), en 1907, llegando a ocupar incluso escaños en el parlamento (primer caso en el mundo). Le siguieron pocos años después Noruega y Suecia.

• El primer país en América Latina en aprobar el sufragio femenino fue Uruguay. El sufragio femenino fue emitido por primera vez en 1927, en el Plebiscito de Cerro Chato.

• En España, el derecho al voto de las mujeres fue reconocido en la Constitución de 1931, y la primera vez que pudieron ejercer ese derecho fue en las elecciones generales de noviembre de 1933. La dictadura de Franco anuló el sufragio femenino y las elecciones libres. El voto femenino y las elecciones libres se volvieron a ejercer en 1976 durante la Transición Española.3

La legislación internacional reconoció el sufragio femenino a través de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En 1948, las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos4 , cuyo artículo 21 declara:

1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.

2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.

3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto

La Convención sobre los derechos políticos de la mujer 5 (Convention on the Political Rights of Women) fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución 640 (VII), de 20 de diciembre de 1952 y entró en vigencia el 7 de julio de 1954, basándose en el Artículo 21 de la Declaración de Derechos Humanos y explicitando el derecho de las mujeres al voto y su acceso a cargos públicos. En su Artículo I, la convención dispone:

Las mujeres tendrán derecho a votar en todas las elecciones en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna.

El sufragio femenino en España

Artículo principal: Sufragio femenino en España

Referéndum autonómico del 5 de noviembre de 1933 en Éibar para la aprobación de un nuevo texto de Estatuto. Foto realizada por Indalecio Ojanguren

La primera vez que se reconoció en España el sufragio femenino fue en la Constitución de 1931 de la Segunda República Española, aunque en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931 que se realizaron por sufragio universal masculino, a las mujeres se les reconoció el derecho al sufragio pasivo, por lo que pudieron presentarse como candidatas. Aunque sólo tres mujeres resultaron elegidas (Margarita Nelken en las listas del Partido Socialista Obrero Español, Clara Campoamor en las del Partido Republicano Radical y Victoria Kent en las del Partido Republicano Radical Socialista) tuvieron un destacado protagonismo, especialmente las dos últimas, en el debate sobre la concesión del derecho al voto a las mujeres (sufragio activo).

Durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) hubo un primer intento de reconocer el derecho de sufragio a las mujeres, pero sólo se llegó a aprobar para las elecciones municipales (que nunca se celebraron) y solamente para las mujeres cabezas de familia que eran electoras y elegibles (se trataba del Estatuto Municipal, del 8 de marzo de 1924, que apareció en el Decreto-Ley sobre Organización y Administración Municipal, Arts. 51.° y 84.°, Gaceta de Madrid, 8 de marzo de 1924). Así este electorado femenino fue recogido en el censo electoral (Real-Decreto para la depuración del Censo Electoral, Gaceta de Madrid del 12 de abril de 1924), con el resultado de que en el nuevo censo sólo alrededor de un cuarto de los electores eran mujeres, 1.729.793 mujeres de un total de 6.783.629 votantes (Archivo del Congreso de los Diputados, Sección de Varios, Serie de la Junta Central del Censo o Junta Electoral Central, Legajo 69/2. Octubre de 1924). Al año siguiente, en el Estatuto provincial se reconocía también el derecho electoral a las mujeres en las mismas condiciones (Real Decreto-Ley sobre Organización y Administración Provincial de 20 de marzo de 1925, Gaceta de Madrid de 21 de marzo de 1925), pero de nuevo nunca pudieron ejercerlo, aunque fuera sólo las mujeres casadas y viudas, porque las elecciones nunca se celebraron.

En el plebiscito que organizó la Unión Patriótica, el partido único de la Dictadura, entre los días 11 y 13 de septiembre de 1926, que no fue ni siquiera un referéndum en que se pudiera ejercer el derecho al voto sino que fue una recogida de firmas (los que se oponían a la Dictadura no "votaban"), participaron las mujeres mayores de 18 años que quisieron, al igual que los varones. Según los datos facilitados por el propio régimen, en el censo "electoral" de ese plebiscito "patriótico", el 52% eran mujeres, y de éstas participaron un 40%.

En la llamada Asamblea Nacional Consultiva de la Dictadura de Primo de Rivera, cuyos miembros no fueron elegidos sino que fueron designados por el régimen, se autorizó que pudieran participar "varones y hembras, solteras, viudas o casadas", aunque éstas últimas "debidamente autorizadas por sus maridos". Así que en la Asamblea abierta el 11 de octubre de 1927 hubo 13 mujeres, de ellas, Concepción Loring fue la primera mujer en la historia en hablar en una asamblea política española. Una de las funciones encomendadas por el Dictador Primo de Rivera a la Asamblea fue elaborar un anteproyecto de nueva Constitución. En el artículo 58 del anteproyecto que nunca llegó a aprobarse se decía: "Serán electores de sufragio directo todos los españoles de ambos sexos... Serán electores en los colegios especiales los españoles de ambos sexos". Por otro lado, el valor del voto en el anteproyecto era muy reducido dado el carácter "corporativista" y antidemocrático del nuevo régimen que se quería construir. Finalmente el dictador Primo de Rivera presentó su dimisión al rey Alfonso XIII en enero de 1930.

En los debates que hubo en las Cortes Constituyentes de la Segunda República Española uno de los principales oponentes a la concesión del derecho al voto a las mujeres fue el catedrático de patología de la Universidad de Madrid y diputado por la Federación Republicana Gallega, Roberto Novoa Santos que aprovechó su intervención como portavoz de su grupo parlamentario en el debate de totalidad del proyecto de la Constitución de 1931 para manifestarse en contra del mismo siguiendo argumentos biológicos como que a la mujer no la domina la reflexión y el espíritu crítico sino la emoción y todo lo que tiene que ver con los sentimientos. Basándose en el psicoanálisis sostenía que el histerismo es consustancial a la psicología femenina. Asimismo recurrió al argumento de que conceder el voto a la mujer sería dar el triunfo a la derecha y convertir a España en un "Estado conservador o teocrático". En ese debate de totalidad utilizó los siguientes argumentos para defender que a las mujeres no se les debía conceder el derecho al voto, sólo poder presentarse como candidatas ("creo que podría concederse en el régimen electoral que la mujer fuese siempre elegible por los hombres; pero, en cambio, que la mujer no fuese electora"):6

¿Por qué hemos de conceder a la mujer los mismos títulos y los mismos derechos políticos que al hombre? ¿Son por ventura ecuación? ¿Son organismos igualmente capacitados? (...) La mujer es toda pasión, toda figura de emoción, es todo sensibilidad; no es, en cambio, reflexión, no es espíritu crítico, no es ponderación. (...) Es posible o seguro que hoy la mujer española, lo mismo la mujer campesina que la mujer urbana, está bajo la presión de las Instituciones religiosas; (...) Y yo pregunto: ¿Cuál sería el destino de la República si en un futuro próximo, muy próximo, hubiésemos de conceder el voto a las mujeres? Seguramente una reversión, un salto atrás. Y es que a la mujer no la domina la reflexión y el espíritu crítico; la mujer se deja llevar siempre de la emoción, de todo aquello que habla a sus sentimientos, pero en poca escala en una mínima escala de la verdadera reflexión crítica. Por eso y creo que, en cierto modo, no le faltaba razón a mi amigo D. Basilio Alvarez al afirmar que se haría del histerismo ley. El histerismo no es una enfermedad, es la propia estructura de la mujer; la mujer es eso: histerismo y por ello es voluble, versátil, es sensibilidad de espíritu y emoción. Esto es la mujer. Y yo pregunto: ¿en qué despeñadero nos hubiéramos metido si en un momento próximo hubiéramos concedido el voto a la mujer? (...)¿Nos sumergiríamos en el nuevo régimen electoral, expuestos los hombres a ser gobernados en un nuevo régimen matriarcal, tras del cual habría de estar siempre expectante la Iglesia católica española?"

El 30 de septiembre de 1931, comenzó el debate del artículo 34 del proyecto de la Comisión de Constitución (36 en la redacción definitiva) en el que se reconocía el derecho al voto de las mujeres. El diputado Hilario Ayuso propuso una enmienda por la que los varones puedan votar desde los veintitrés años, pero las mujeres desde los cuarenta y cinco, a lo que Clara Campoamor no sabe si responder con el "desdén o la indignación". A continuación interviene el portavoz del Partido Republicano Radical para advertir sobre los peligros que entraña el voto de la mujer y propone posponer la decisión a la futura ley electoral. Estas enmiendas son rechazadas.7

Al día siguiente, 1 de octubre, interviene Victoria Kent para pedir que se aplace la concesión del voto a las mujeres, porque en su opinión la mujer española carecía en aquel momento de la suficiente preparación social y política como para votar responsablemente, por lo que, por influencia de la Iglesia, su voto sería conservador, lo que perjudicaría a los partidos de izquierdas (para Victoria Kent una de las pruebas del alineamiento mayoritario de las mujeres con la derecha antirrepublicana sería la entrega al Presidente de las Cortes un millón y medio de firmas de mujeres católicas pidiendo el cambio del proyecto de Constitución para que se respetaran los "derechos de la Iglesia"). En su intervención ante la Cámara dice:8

Que creo que el voto femenino debe aplazarse. Que creo que no es el momento de otorgar el voto a la mujer española. Lo dice una mujer que, en el momento crítico de decirlo, renuncia a un ideal.(...) Lo pido porque no es que con ello merme en lo más mínimo la capacidad de la mujer; no, Sres. Diputados, no es cuestión de capacidad; es cuestión de oportunidad para la República. (...) Cuando la mujer española se dé cuenta de que sólo en la República están garantizados los derechos de ciudadanía de sus hijos, de que sólo la República ha traído a su hogar el pan que la monarquía no les había dejado, entonces, Sres. Diputados, la mujer será la más ferviente, la más ardiente defensora de la República; pero, en estos momentos, cuando acaba de recibir el Sr. Presidente firmas de mujeres españolas que, con buena fe, creen en los instantes actuales que los ideales de España deben ir por otro camino, cuando yo deseaba fervorosamente unos millares de firmas de mujeres españolas de ahesión a la República (La Srta. Campoamor: Han venido.)... he de confesar humildemente que no la he visto. (...) Por hoy, Sres. Diputados, es peligrosos conceder el voto a la mujer

En seguida le responde Clara Campoamor en defensa de la concesión inmediata del derecho al voto a las mujeres:9

Precisamente porque la República me importa tanto, entiendo que sería un gravísimo error político apartar a la mujer del derecho del voto. (...) Yo soy Diputado por la provincia de Madrid; la he recorrido, no sólo en cumplimiento de mi deber, sino por cariño, y muchas veces, siempre, he visto que a los actos públicos acudía una concurrencia femenina muy superior a la masculina, y he visto en los ojos de esas mujeres la esperanza de redención, he visto el deseo de ayudar a la República, he visto la pasión y la emoción que ponen en sus ideales. La mujer española espera hoy de la República la redención suya y la redención del hijo. No cometáis un error histórico que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar al dejar al margen de la República a la mujer, que representa una fuerza nueva, una fuerza joven... Que está anhelante, aplicándose a sí misma la frase de Humboldt, de que la única manera de madurarse para el ejercicio de la libertad y de hacerla accesible a todos, es caminar dentro de ella

Sometida a votación la propuesta de la Comisión quedó aprobada por 161 votos contra 121.7

Artículo 36. Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes

Dos meses después Victoria Kent aún hizo un último intento para conseguir que se aplazara el sufragio activo femenino presentando una disposición transitoria en la que se decía que las mujeres no podrían ejercer el derecho al voto en unas elecciones generales hasta después de haberlo ejercido al menos dos veces en unas elecciones municipales. De nuevo intervino Clara Campoamor para oponerse a que "dentro de la Constitución, se eleve, a la manera de los lacedemonios un monumento al miedo". La propuesta de Victoria Kent fue rechazada por un estrechísimo margen, 131 votos contra 127.7 Reconocido el derecho al voto de las mujeres en la Constitución de 1931, aprobada por las Cortes Constituyentes españolas el 9 de diciembre de 1931, la primera vez que pudieron ejercer ese derecho fue en las elecciones generales de noviembre de 1933.

El sufragio femenino en Latinoamérica

Manifestación de mujeres en Buenos Aires frente al Congreso Nacional por la ley de Voto Femenino, 1948.

Uruguay

El primer país en América del Sur en aprobar el sufragio femenino fue Uruguay. El sufragio femenino fue emitido por primera vez en 1927, en el Plebiscito de Cerro Chato.10

Ecuador

A principios de la década de 1920 se acentuó la lucha de la mujer ecuatoriana por el derecho al voto. Aprovechando que la Constitución de 1827 hablaba en general de los derechos ciudadanos sin especificar ninguna prohibición respecto de la mujer, Matilde Hidalgo de Procel, nacida en Loja en 1889 y primera doctora en Medicina, se inscribió en los registros electorales: «Ante la presencia de Matilde, los miembros de la Junta Electoral se desconciertan e indican que el voto en Ecuador es únicamente para hombres; ella no se arredra; reclama la igualdad, y el mismo día 2 de mayo de 1924 queda empadronada, con la reserva de someter su caso a consulta ministerial. El doctor Francisco Ochoa Ortiz responde el 8 de mayo, expresando que no hay prohibición para que las mujeres se inscriban, ya que la ley no especifica el sexo».

En 1933 salían elegidas concejales la doctora Hidalgo y la obstetra Bertha Valverde, después de una sostenida lucha de la Alianza Femenina Ecuatoriana, dirigida por Nela Martínez y Luz Bueno. En 1941, Matilde Hidalgo fue electa diputada, pero se la relegó a la calidad de suplente. Entonces, miles de mujeres se rebelaron exigiendo justicia: «queremos una voz femenina que sepa defender nuestros derechos, pospuestos injustamente por sociedades constituidas bajo la prepotencia viril».

México

En el caso de México, que llegó relativamente tarde al otorgamiento del sufragio femenino en igualdad de condiciones con el voto masculino (hasta 1953 bajo la presidencia de Adolfo Ruiz Cortines), hay que subrayar el hecho de que hubo una lucha constante encauzada por connotadas feministas mexicanas desde el período inmediato a la Revolución mexicana, en los años de 1915 - 1916. Entre estas luchadoras por el sufragio femenino se cuenta, entre otras, a Elvia Carrillo Puerto, quien fue la primera mujer electa para un congreso de diputados (congreso de Yucatán) mexicanos, en el año de 1923.

http://www.emujeres.gob.mx/mujeres_destacadas_curso_historia

Sí, sí, voy a hablar del machismo. En sociedades como la nuestra, la gran mayoría de los hombres lo adquieren desde su infancia para demostrar que es más fuerte que la mujer y otros hombres. Y las mujeres, contra atacan con la, ya no tan nueva imagen feminista, con la idea de demostrar que es igual al hombre, ¡ya basta! , para qué seguir con esto, si en verdad somos diferentes. Desde nuestra fisonomía, y hasta en decir, como lo hizo el poeta romántico Víctor Hugo, "que el hombre es cerebro y la mujer corazón", ¿No podemos entender acaso, que esta diferencia hace que la vida sea un verdadero placer?

Esta idea general de la superioridad de los hombres, la podemos ver plasmada en las grandes pantallas del cine con el típico "macho mexicano", que ha traído hasta la actualidad una imagen del hombre la cual en el fondo refleja violencia e inseguridad y porque no decirlo homosexualidad.

En este tema se debe hablar de la sociedad y su historia, esto implica el señalar la imagen que se le ha dado al hombre y a la mujer desde los tiempos pasados; el hombre primero y la mujer sumisa, en la actualidad aún se nos marca con; símbolos, colores y ejemplos absurdos.

En la imagen que se ha dado a la mujer en la historia, la sociedad masculina ha querido hacer de la mujer un ser muy limitado, se ha marcado muy bien la diferencia entre el sexo masculino y femenino, con la educación. Recibida y el comportamiento de la sociedad para con ellas; cabe mencionar que esto a sido el motivo de que grandes mujeres, estas si, de vanguardia, hayan cambiado su actitud, e incluso su vestidura para demostrar dar un paso adelante tratando de lograr la equidad entre ambos sexos, mujeres como Tina Modotti, George Sand el gran amor de Chopin y la más reconocida Sor Juana Inés de la Cruz, quienes han sido ejemplo de superación para las mujeres que quieren y desean lograr metas más sublimes.

En los años 60 se originó el feminismo, esta corriente que nació con el propósito de igualarnos a los hombres y puso en discusión y crítica la función social de la mujer. Cabe mencionar que el feminismo, como tal, no fue bien recibido por los hombres en general, y que aún fue atacado por muchas mujeres. Baste mencionar la publicación de Esther Vilar llamada "el varón domado . Donde habla de la manipulación que muchas mujeres hacen de los hombres. Su punto de vista, incomoda al feminismo y causó que las mujeres de la nueva corriente se molestaran ante su publicación.

En eso de la igualdad basta un sencillo ejemplo; en el transporte público, si un hombre va sentado y una mujer parada, pensarán ¿Por qué no le cede el lugar? , ¿Acaso no pedimos igualdad? , analicemos, el tiene el mismo derecho de ir sentado, porque somos iguales ó ¿NO?, espero que con esto se entienda el por qué es mejor un equilibrio entre ambos.

Muchas de estas mujeres: feministas, ven al hombre casi como si fuera un enemigo. "y a esas mujeres yo les digo si el hombre es el enemigo, discúlpenme, ¡yo amo al enemigo! " y hombres únanse al enemigo, ya que al unirnos se formara la mejor mezcla de la sociedad la pareja.

Padres ¿Qué están haciendo de sus hijos? ¿Qué están haciendo con su educación? Cuando les dicen cosas como "los niños no lloran" o "eso no es para niñas" ¿acaso este tipo de cuestiones, hará que sus hijos sean mejores humanos? ¡NO!, lo que están consiguiendo es que en un mañana siga la misma cadena que sufrimos con estas diferencias. Y tenemos la obligación como seres humanos inteligentes de romper con ello.

Y como un ejemplo de esto, de que unido todo se logra, podemos señalar el ejemplo de la familia Curie. Maria Sklodovska y peter (pedro), su marido, fueron una pareja y además que como familia lograron 3 premios novel, dos de ello y uno de su hija Irene, a quien supieron inculcar su amor por la ciencia. Y nosotros estando unidos ¿qué podríamos lograr? La paz, la estabilidad y el equilibrio anhelado, para tener un México con gente emprendedora y decir orgullosos hombres y mujeres "somos mexicanos".

Pero antes del nosotros están el tú y yo que seguirán existiendo, un tú y yo con los que cada uno vives sus ideales, sueños y metas personales, y al momento de la unión hay que tomar en cuenta todos estos puntos individuales para lograr un nosotros completo, donde conjuguemos lo mejor de cada uno y llegar a la base de la sociedad "la familia".

En el hombre y la mujer del mañana debe de existir; respeto, armonía y sobre todo equidad incluyendo la emocional, con esto se logrará que en un futuro encontraremos hombres y mujeres unidos por lo que son: seres humanos, y no destrozándose en una guerra para encontrar al superior o un punto de igualdad el cual, nunca podremos encontrar porque. Esa no es la mejor manera de enfrentar juntos los obstáculos, ni el camino para llegar a ser una nación de seres humanos emprendedores y pacíficos.

En los géneros no debe de existir igualdad, sino equilibrio, y si aplicamos esto, les puedo asegurar que se formaran mejores personas, hijos, familias y una sociedad verdaderamente integrada, por una única razón; la verdadera diferencia entre el uno y el otro.

Porque debemos de entender que la igualdad entre hombres y mujeres, no es lo mismo a equilibrio y el equilibrio es igual a armonía.

Y reitero las mujeres que disfrutamos el ser mujer no debemos buscar la igualdad, si no el equilibrio.

Por mi parte quiero dar un agradecimiento a los organizadores por dar este tipo de espacios a nosotros los jóvenes para expresarnos y dar a conocer nuestros puntos de vista e ideas sobre temas en los cuales como ustedes y nosotros, estamos involucrados. También a los lectores que se han tomado un poco de tiempo para leer este discurso de mi autoría.

Quedo a sus órdenes y total disposición y agradeciendo la atención brindada a mí persona.

...

Descargar como  txt (31 Kb)  
Leer 20 páginas más »