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ALIMENTOS PARA EL BUEN DESARROLLO Y CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS EN EDAD PREESCOLAR

anglr423 de Enero de 2014

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ESCUELA NORMAL EXPERIMENTAL "RAFAEL RAMÍREZ CASTAÑEDA"

DESARROLLO FÍSICO Y SALUD

“ALIMENTOS PARA EL BUEN DESARROLLO Y CRECIMIENTO DE LOS NIÑOS EN EDAD PREESCOLAR”

M. C. ADRIÁN MÉNDEZ FLORES

DANIELA ALEJANDRA RODRÍGUEZ DE LUNA

PRIMERO DE LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PREESCOLAR

NIEVES ZAC. 25 DE NOVIEMBRE DE 2013

Introducción

El correcto crecimiento de los niños está muy relacionado con su alimentación, y en la edad preescolar es muy importante comer nutritivamente para lograr un sano desarrollo. Esto con el fin de prevenir deficiencias en el crecimiento y desarrollo de los niños, es importante prestar atención a lo que ellos comen y propiciar que su dieta sea rica en macronutrientes y micronutrientes para fortalecer su sistema músculo-esquelético, es decir, para que crezcan sanos y fuertes.

Objetivo de la Nutrición

La obtención de los alimentos debe tener como objetivo fundamental mantener el organismo en un estado de salud óptimo.

Además:

• Debe asegurar la perpetuidad de la especie sin degeneraciones de ningún tipo.

• Permitir el rendimiento básico de todas las nobles actividades que se pueden esperar del ser humano.

• En el niño debe posibilitar el desarrollo normal y armonioso de cuerpo construyendo un terreno sólido y resistente frente a todas las enfermedades.

• Aporte adecuado de nutrientes

El aporte adecuado de nutrientes al niño es un factor decisivo para conseguir un estado de salud adecuado y un desarrollo en peso y estatura óptimo. Así, el aporte correcto de nutrientes debe cubrir en el niño las necesidades de su organismo en calorías, principios inmediatos, sales, coenzimas y otros factores biogenéticos.

El exceso de alimentación puede llegar a producir un aumento en la masa corporal pero no en la talla, mientras que el déficit de nutrientes cualitativo o cuantitativo, produce una pérdida de peso y, si se prolonga en el tiempo, también determinaría una disminución en la talla.

¿Quiénes tienen la responsabilidad?

Los padres: La planificación de la alimentación en la infancia no debe ser estática o inflexible, sino creativa y dinámica, pues precisamente las distintas etapas en el crecimiento y desarrollo del niño son las que marcan la pauta a determinar la mejor alimentación en cada momento.

La influencia del adulto en la alimentación del niño es decisiva, por lo que la dieta constituye una de las muchas responsabilidades que los padres tienen hacia sus hijos, sobre todo en los primeros años de la vida.

La sociedad: Nuestra sociedad avanzada comprende que muchos de los problemas de salud a los que nos enfrentamos en la edad adulta son consecuencia, al menos en parte, de una desconexión entre dieta y adaptación de nuestro organismo a la misma.

La Ciencia: La ciencia de la nutrición se ha ocupado tradicionalmente del estudio y prevención de las deficiencias nutricionales específicas, pero en el momento actual el reto es la prevención desde la infancia de enfermedades comunes y potencialmente letales durante la vida adulta, tales como la aterosclerosis, hipertensión, obesidad, diabetes y cáncer.

La alimentación del niño

La alimentación del niño significa más para su crecimiento y desarrollo que la simple actitud de suministrarle los elementos nutritivos que cubran sus necesidades y su crecimiento vegetativo.

Los padres deben ser conscientes de que cuando alimentan a sus hijos no sólo se les proporcionan determinados nutrientes, sino también pautas de comportamiento alimentario. El niño cuando come, se comunica, experimenta, aprende, juega y obtiene placer y seguridad.

Así pues, hay que saber elegir la alimentación que más le conviene y conocer la composición nutritiva de cuanto se le ofrece a la hora de comer. Durante el período preescolar, la comida desempeña un papel muy importante en al menos tres áreas de su desarrollo:

Físicamente: Contribuye al dominio motor y a la coordinación del cuerpo, los ojos, las manos y la boca en las complejas operaciones necesarias para tragar, y supone un buen ejercicio del uso seguro de los músculos de la boca y de la garganta, imprescindibles para las funciones de alimentarse y hablar.

Mentalmente: La alimentación constituye un importante proceso de aprendizaje, pues los hábitos adquiridos en la niñez influyen decisivamente en la configuración de futuras dietas. Además, una alimentación sana facilita el desarrollo mental a través de la percepción sensorial, lo cual aumenta su capacidad de memoria.

Emocionalmente: La comida es un momento privilegiado para el niño que obtiene seguridad y aprende a amar y a ser amado.

Durante la infancia tiene lugar un proceso decisivo para un aporte dietético variado y adecuado de los alimentos, y que no es más que la maduración del gusto alimentario, que depende fundamentalmente del aprendizaje. En la formación del gusto alimentario intervienen factores genéticos, culturales y sociales, así como el aprendizaje condicionado.

Durante la edad preescolar se produce una maduración del autocontrol de la ingesta alimentaria, así como una disminución de las necesidades de energía por kg. de peso, con relación a períodos anteriores, que condicionan actitudes que son interpretadas como de disminución del apetito, y que pueden conducir a problemas madre/padre-hijo.

Alimentación y desarrollo corporal

El calcio, el hierro, las proteínas y las vitaminas son nutrientes específicos que ayudan en el crecimiento corporal. Por tanto, todos los alimentos que contienen estos nutrientes ayudan en el desarrollo. En sí, más que los alimentos, son los nutrientes los que desempeñan este rol. Sin embargo, se sabe bien que la clave de un correcto desarrollo del organismo, tanto físico como mental, es una alimentación variada y equilibrada y, sobre todo, en cantidades suficientes, no de más.

¿Qué nutrientes son los más importantes para el desarrollo de los niños?

Macronutrientes para los niños. En el crecimiento de los niños los tres principios inmediatos conocidos como macronutrientes no deben faltar nunca.

1. Proteínas: son elementos imprescindibles para la formación de músculos y huesos. Las proteínas son necesarias para fortalecer el sistema inmunitario y aumentar las defensas. Las carnes, los pescados, los huevos y los lácteos son alimentos con un alto valor proteico.

2. Hidratos de carbono: son necesarios para proporcionar energía y combustible. Debemos escoger hidratos de carbono complejos como cereales, frutas, pastas, pan…

3. Lípidos: las grasas son necesarias para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Los lípidos o grasas más saludables son las grasas insaturadas y ricas en omega 3, que están presentes en los pescados azules y en el aceite de oliva.

Micronutrientes para los niños. Están compuestos por vitaminas y minerales. En este apartado es especialmente importante el calcio, que está presente en los lácteos y en menor cantidad en vegetales verdes y pescados o frutos secos. Los alimentos más ricos en hierro son las carnes, los vegetales, las legumbres y las frutas.

Alimentos para crecer

La clave del crecimiento está en los músculos y en los huesos. Por esta razón, para incentivar su crecimiento, es fundamental una dieta rica en calcio, fósforo y magnesio. Las proteínas y los hidratos de carbono, como nutrientes más complejos, son también de vital importancia para asegurar el crecimiento del organismo.

La infancia es una de las etapas en las que se experimenta el crecimiento, de ahí que las necesidades de nutrientes son fundamentales para los niños.

No obstante, los alimentos para crecer deben tenerse en cuenta durante toda la vida, ya que el cuerpo humano no deja nunca de cambiar.

Productos lácteos

Continúan siendo el alimento básico de la ración del niño de 1 a 3 años.

La leche debe estar presente a razón de 500 ml por día (leche entera o semidesnatada o de crecimiento). Añadir de 25 a 30 g de queso fermentado permite satisfacer las necesidades de calcio en esta edad.

Si la leche es rechazada por el niño puede ser reemplazada por derivados lácteos. Las equivalencias son: 250 ml de leche = 2 yogures = 3 petit-suisses.

Carnes, pescados, huevos y legumbres

Los embutidos no pueden ser aconsejados al niño, a causa de su riqueza en materia grasa (sólo el jamón sin corteza ni grasa puede utilizarse una o dos veces por semana). Las carnes magras comprenden el conejo, las aves (sin piel) y la ternera. Es preferible la carne entera cocida y picada tras la cocción.

Los pescados magros (blancos) son: lenguado, gallo, pescadilla, merluza, etc. Los pescados frescos deben ser consumidos obligatoriamente el día de su compra. Los pescados congelados ofrecen más facilidades de empleo y son más económicos; deben descongelarse

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