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APENDICITIS


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  2.628 Palabras (11 Páginas)  •  155 Visitas

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¿Qué es la apendicitis?

La apendicitis es la inflamación del apéndice intestinal, y afecta a la mucosa, tejido linfoide y capa muscular. El apéndice se encuentra en el inicio del intestino grueso, en la zona inferior derecha del abdomen. Tiene forma de lombriz de color rosado cuando no está inflamado.

En su interior hay muchos folículos linfoides del sistema inmunológico (parecidos a los que hay en las amígdalas de la faringe). Este órgano no tiene ninguna función conocida en el ser humano, es un vestigio de la evolución como pueden ser los músculos que mueven las orejas o el hueso cóccix.

La apendicitis puede aparecer a cualquier edad, pero hay un pico de incidencia entre los 10 y los 30 años sin que se conozca la razón. También se ha detectado que es más frecuente en los varones, aunque no se han encontrado causas hormonales.

El problema de la apendicitis no es la inflamación del apéndice en sí, sino que si dejamos evolucionar el cuadro, el apéndice puede llegar a necrosarse y pudrirse literalmente en el interior del abdomen. Esto provocaría una situación de urgencia, la peritonitis, con gran riesgo para la vida del paciente.

Por todo ello es necesario realizar un diagnóstico y tratamiento precoz que impida la progresión de la apendicitis. El único tratamiento efectivo es la extirpación quirúrgica, lo que convierte a la apendicitis en la causa más frecuente de operación quirúrgica abdominal.

Causas de la apendicitis

La apendicitis se produce como consecuencia de la obstrucción de su luz, es decir, del conducto interno del apéndice. Esta obstrucción sucede por diferentes motivos:

• Hiperplasia de folículos linfoides: es la causa de apendicitis más frecuente. Los folículos linfoides apendiculares funcionan igual que las amígdalas faríngeas, de modo que si se infectan por un microbio se inflaman, crecen y obstruyen la luz. Quizá en las edades jóvenes de la vida nuestro organismo es más propenso a ello, y eso justifique que la mayoría de los casos de apendicitis sucedan entre los 10 y los 30 años.

• Apendicolito o fecalito: es la segunda causa más frecuente. A través del intestino grueso pasa toda la masa fecal hacia el ano. En ocasiones un pequeño excremento puede ocluir la luz apendicular.

• Cuerpos extraños: del mismo modo que un fecalito, un cuerpo extraño que hayamos ingerido podría obstruir la luz apendicular, siempre que tuviese el tamaño adecuado.

• Microorganismo y parásitos: ya sea porque obstruyen directamente la luz o porque inflaman los folículos linfoides. El microorganismo que más se relaciona con la apendicitis es la Yersinia.

• Tumores: muy raro que den la cara provocando una apendicitis; pueden ser del propio apéndice o del colon.

Síntomas de la apendicitis

se han descrito clásicamente en un orden conocido como la patocronia de Murphy. A pesar de ello, este orden sólo se respeta en el 50% de los pacientes, lo que hace que el diagnóstico de la apendicitis no resulte sencillo.

1. El dolor comienza en el epigastrio (en la zona alta del abdomen) o en la región periumbilical (en el centro del abdomen en la zona del ombligo). Es un dolor sordo y continuo (dolor tipo cólico).

2. Náuseas y vómitos.

3. El dolor se irradia hacia el flanco derecho del abdomen y termina por localizarse en la fosa ilíaca derecha (zona inferior derecha del abdomen) de forma continua.

Si alguno de estos síntomas aparece antes que otro, el diagnóstico puede confundirse. Por ejemplo, si aparecen antes las náuseas y los vómitos es fácil confundirlo con una gastroenteritis.

La anorexia (falta de ganas de comer) y la febrícula (menos de 38ºC) están presentes en casi todas las apendicitis. Ahora bien, si aparece fiebre debemos pensar que el apéndice se ha perforado y supone una urgencia mayor.

Varias enfermedades ocasionan dolor en el cuadrante inferior derecho del abdomen simulando los síntomas de apendicitis aguda: enfermedad de Crohn, diverticulitis de Meckel (es una inflamación de una bolsa o divertículo que el 2% de la población tiene de forma congénita en el intestino delgado), ileocolitis por bacterias como la Yersinia, colitis amebiana, colitis tuberculosa, linfoma, cáncer de colon perforado o alteraciones ginecológicas.

Es importante destacar que ciertas alteraciones ginecológicas como: el embarazo ectópico, la torsión de un quiste ovárico y el proceso de la ovulación del ciclo menstrual (que es lo más común), pueden ocasionar dolor sin fiebre, y se confunden con la apendicitis. En el embarazo, la apendicitis es difícil de diagnosticar porque el apéndice se desplaza hacia el cuadrante superior derecho del abdomen.

Esta clásica presentación de los síntomas detallada anteriormente, no ocurre en niños menores de tres años y lactantes, lo cual dificulta el diagnóstico. Esto puede suceder, en parte, debido a que la apendicitis aguda transcurre muy rápidamente, y también a consecuencia de la escasa información que ofrece el paciente.

En los ancianos, la apendicitis aguda es también un proceso grave, con riesgo elevado de muerte. Los síntomas de apendicitis, no son muy claros y retrasan el diagnóstico. Aparece un discreto dolor en la fosa ilíaca derecha, sin fiebre ni vómitos, y es muy común la presencia del abdomen hinchado causado por la paralización de los movimientos peristálticos del intestino debida a la apendicitis, lo que se conoce como íleo paralítico.

Etapas de la apendicitis

Una vez obstruida la luz del apéndice, comienza el proceso inflamatorio, agravado por la infección bacteriana (bacterias que se encuentran normalmente en el intestino grueso); esto aumenta la presión dentro del apéndice debilitando su pared, y provocando su ruptura y la perforación apendicular.

Lo más frecuente es que el propio organismo intente delimitar la inflamación. El tejido que rodea el apéndice se adhiere, antes de que se produzca la perforación, formando una masa inflamatoria denominada plastrón apendicular. Esto evita que las heces se esparzan por la cavidad abdominal y provoquen una peritonitis generalizada. El resultado es un absceso localizado generalmente en la fosa iliaca derecha aunque, en ocasiones, se acentúa en la parte inferior de la pelvis.

Menos del 30% de los casos curan solos, quedando un tejido de cicatrización. Generalmente esto ocurre en los casos de apendicitis subaguda.

Actualmente es raro que se produzca una peritonitis

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