ATENCIÓN DE ENFERMERÍA AL PACIENTE CON QUEMADURAS
darlinneDocumentos de Investigación15 de Febrero de 2016
2.230 Palabras (9 Páginas)371 Visitas
ATENCIÓN DE ENFERMERÍA AL PACIENTE CON QUEMADURAS
Introducción:
No cabe duda que las quemaduras constituyen una de las lesiones traumáticas más graves que puede sufrir un sujeto debido a la pérdida de piel quemada, a las alteraciones fisiopatológicas que ocurren en su organismo, el dolor, la complejidad del tratamiento, el tiempo tan prolongado de curación, las secuelas funcionales y estéticas, etc. además de su repercusión en múltiples ámbitos de la vida, tanto físicas y psíquicas de los propios pacientes como del medio social, familiar, laboral, sanitario, etc. Las quemaduras representan uno de los accidentes más frecuentes, graves e incapacitantes que existen. Por ello y por la importancia de una primera atención adecuada se hace necesaria la elaboración de un protocolo inexistente en nuestra unidad. Se realizará una valoración inicial, del paciente y de la quemadura. Ésta nos permite establecer la ubicación del paciente dentro del circuito asistencial existente en la unidad según su gravedad. Incluye también unas pautas de actuación en el manejo del paciente quemado: las medidas de estabilización del paciente crítico o inestable y la actitud a seguir en el paciente estable.
Definición:
Las quemaduras son el resultado de un traumatismo físico o químico que induce la desnaturalización de las proteínas tisulares, produciendo desde una leve afectación del tegumento superficial hasta la destrucción total de los tejidos implicados. Producen tres efectos: pérdida de líquidos, pérdida de calor, lo que puede causar hipotermia y pérdida de la acción barrera frente a los microorganismos, aumentando la susceptibilidad de infección.
INTERVENCIONES DE ENFERMERÍA EN SALAS DE URGENCIAS Y EN UCI.
La atención de quemadura se categoriza de manera característica en tres fases de atención: fase de urgencia/reanimación; fase aguda/intermedia y fase de rehabilitación. Aunque existen prioridades en cada una de estas fases, éstas se superponen; la valoración y el control de problemas y complicaciones específicos a estas fases, sino que tienen lugar a todo lo largo de la atención de la quemadura.
FASE DE URGENCIA/REANIMACIÓN
La valoración primaria comienza siguiendo la secuencia ABC, la cual se convierte en un examen prioritario y primario, donde se valoran las vías respiratorias (A), intercambio gaseoso o respiración (B), y el estado de circulación (C), así como la movilización de la columna, vigilancia cardíaca y el estado neurológico del paciente.
El pulso apical y la presión arterial se vigilan de forma constante. En pacientes con quemaduras se puede hallar taquicardia y una ligera hipotensión, por lo cual es importante una vigilancia estricta.
Las prioridades iniciales en el servicio de urgencias son la vía aérea, la respiración y la circulación. Para la lesión pulmonar leve se administra oxígeno al 100% humectado y se recomienda toser a fin de remover secreciones por aspiración en un paciente que estuvo expuesto por cierto tiempo al humo o sustancias tóxicas. En situaciones más graves es necesario administrar broncodilatadores o mucolíticos para remover las mismas.
Después de establecer la función respiratoria y circulatoria se evalúa al paciente en búsqueda de lesiones medulares o cervicales y/o craneales por traumatismos o lesión eléctrica. Una vez se estabiliza la condición del paciente, la atención se dirige a la propia herida, se retiran joyas, y toda la ropa. Para quemaduras químicas lo pertinente es lavar a chorro las áreas expuestas. Se verifica si las sustancias químicas tuvieron contacto con los ojos a fin de retirarlas.
Es importante una descripción válida del escenario de la quemadura proporcionada por el paciente, testigos y/o paramédicos. Esta información debe incluir:
• Hora cero: hora aproximada en la que se produce la lesión, es crucial para iniciar la reposición del volumen.
• Agente de la lesión y tiempo de contacto: necesario para el tratamiento inicial y orientativo de la profundidad de la lesión.
• Recinto cerrado o abierto: permite sospechar daños en las vías aéreas y riesgo de lesiones inhalatorias.
• Mecanismo del accidente: permite sospechar lesiones asociadas; por ejemplo caída desde una altura, accidente de tráfico, explosión, etc.
Debe insertarse un catéter IV de gran calibre (16 o 18) en área no quemada (si no se introdujo en un principio). La mayoría de los pacientes tienen un catéter venoso central para grandes cantidades de líquido.
Si la quemadura es mayor a 20 – 25% se introduce sonda nasogástrica a aspiración baja. Los pacientes grandemente quemados casi siempre presentan náuseas como resultado de íleo paralítico tras el estrés que se produce en el organismo.
El médico explora la condición general del paciente, valora la quemadura, determina las prioridades de atención y dirige un plan individualizado. Para el caso del personal de urgencias:
- Se recomienda usar guantes estériles y mascarillas Retirar la ropa o prendas quemadas no adheridas al paciente y anillos.
- Colocar al paciente en sábanas estériles y abrigarlo para evitar hipotermia.
Para realizar la valoración de la quemadura es necesario:
- Determinar la extensión: (% de superficie corporal quemada).
- Determinar el grado de profundidad: se utiliza la clasificación de las quemaduras, primer grado, segundo grado superficial y profundo y tercer grado.
- Localización: las quemaduras conllevan mayor gravedad en zonas de riesgo, como son: cara, cuello, manos, pies, genitales, zona perianal, y todas las zonas deflexión. Además las quemaduras que afecten a manos, pies, genitales, y zona perianal, tienen mayor riesgo de infectarse debido a la colonización bacteriana existente en la zona.
- Criterios de gravedad de las quemaduras: (Quemadura Menor, Quemadura Moderada y Quemadura Mayor).
Al principio se toman fotografías de las áreas quemadas y de modo periódico durante todo el tratamiento, de este modo se documenta la lesión para fines legales y de seguros.
Por debajo y encima del paciente se colocan sábanas limpias para proteger la herida de contaminación, mantener la temperatura del cuerpo y reducir el dolor causado por corrientes de aire circulando por terminaciones nerviosas expuestas. Del paciente se registra peso corporal, estatura, hematocrito, gases arteriales, etc.
Tratamiento médico:
Una vez explorado y analizado por el médico la quemadura del paciente, éste determina la conducta a seguir con el fin de evitar el choque, para ello dirige el:
- Manejo de pérdida de líquidos: después del manejo de las dificultades respiratorias, la necesidad más urgente es prevenir el choque irreversible con reposición de líquidos. El volumen y la tasa de administración de líquido IV se determina por la respuesta del paciente y se guían por la fórmula de reanimación.
- Requerimientos de líquidos: el médico calcula los requerimientos proyectados para 24 horas con base a la extensión de la lesión de la quemadura. Se puede usar alguna combinación de las categorías de líquidos (coloides, cristaloides). Se han desarrollado fórmulas para calcular el volumen de solución isotónica que debe administrarse en las primeras 24 horas. Fórmula: 2 a 4 mL/Kg/aTSC., donde la mitad de lo calculado debe pasarse en las primeras 8 horas y el resto a las 16 horas.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA
La valoración de enfermaría en la fase de urgencia/reanimación se enfoca en las primeras prioridades por cualquier traumatismo al paciente; la herida es de consideración secundaria. El manejo aséptico de las heridas y líneas invasivas debe continuar.
El enfermero (a) vigila con frecuencia los signos vitales. Evalúa el estado respiratorio y los pulsos apical, carotídeo y femoral. Está indicada la vigilancia cardíaca en caso de antecedentes del paciente.
Cuando todas las extremidades están quemadas puede ser difícil la toma de la presión arterial. Si se incrementa el edema es difícil auscultar la presión arterial y algunas veces el útil en dispositivo Doppler
...