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Adenocarcinoma de vesícula viliar


Enviado por   •  29 de Marzo de 2020  •  Documentos de Investigación  •  1.448 Palabras (6 Páginas)  •  135 Visitas

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ADENOCARCINOMA DE VESÍCULA VILIAR.

La vesícula es un órgano pequeño, con forma de pera, ubicado en la zona derecha del abdomen, justo debajo del hígado. La vesícula almacena la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado. El cáncer de vesícula es poco frecuente. Cuando el cáncer de vesícula se descubre en su etapa inicial, la probabilidad de cura es muy alta. Pero el cáncer de vesícula se descubre, en muchos casos, en su etapa avanzada, cuando el pronóstico es con frecuencia muy desalentador.

El adenocarcinoma de vesícula biliar (AVB) es uno de los tumores digestivos de peor pronóstico debido a su comportamiento biológico sumamente agresivo. En general se diagnostica en fases avanzadas de la enfermedad, con una supervivencia global a los 5 años < 5%.

Existe un retardo en el diagnóstico y la propia agresividad del tumor hacen que la resecabilidad con intención curativa sea en muchas ocasiones imposible, debido al estadio localmente avanzado del tumor; aun así, se puede recurrir a técnicas de resección hepática más o menos amplias, pero de efectividad cuestionable.

Es un cáncer difícil de diagnosticar de forma preoperatoria. En la mayoría de las ocasiones se detecta en el informe de anatomía patológica una vez resecada la vesícula biliar por una colelitiasis. Si se diagnostica antes de la intervención, la mayoría de casos es irresecable y únicamente susceptible de tratamiento paliativo. Es un cáncer poco frecuente, con una incidencia de 2-3 casos por 100.000 habitantes/año según las diferentes series. Posee una alta malignidad debido a que infiltra precoz-mente los tejidos vecinos (la vesícula carece de submucosa y en el contacto con el hígado no tiene serosa). Es un tumor bastante raro y representa el 3-4% de los carcinomas del tubo digestivo; la enfermedad constituye el 85-90% de todos los tumores primarios de la vesícula biliar. Es evidente que para alcanzar la curación es necesario diagnosticarlo en etapas tempranas de la enfermedad. Como la mayoría es detectada en piezas de colecistectomía, es muy importante que el patólogo busque meticulosamente la presencia de cáncer en las piezas operatorias.

 

Etimología del adenocarcinoma de vesícula viliar.

La etiología se desconoce, aunque hay algunos factores de riesgo, como la colelitiasis que acompaña al AVB en la mayoría de los casos, ser mujer, la edad > 50 años, la vesícula en porcelana, factores genéticos, pólipos vesiculares, productos químicos de la industria del caucho y los quistes del colédoco . En cuanto a la colelitiasis, se ha observado que tiene una fuerte correlación con el AVB. En un estudio, Dhiel mostró que los pacientes con litiasis biliar tenían un riesgo relativo (RR) de AVB de 2,4 si la litiasis tenía entre 2 y 2,9 cm, y un RR = 10,1 si el tamaño del cálculo era > 3 cm.

La litiasis desencadenaría una respuesta inflamatoria continua, con la liberación de factores de crecimiento que actuarían como promotores tumorales. Estos factores ejercerían su efecto sobre un epitelio dañado previamente por agentes, desconocidos en la actualidad, que producen alteraciones en genes como el p53 , el K-ras y otros. Favorece la hipótesis de la litiasis e inflamación como causantes de AVB la observación de que en vesículas resecadas con estas alteraciones, el 83, el 13,5 y el 3,5% de los casos presentan displasia, hiperplasia atípica y carcinoma in situ, respectivamente, lesiones consideradas precursoras del cáncer invasivo .

Síntomas del adenocarcinoma de vesícula viliar.

  • Dolor abdominal, especialmente en la parte superior derecha del abdomen
  • Hinchazón abdominal
  • Fiebre
  • Adelgazamiento sin proponértelo
  • Náuseas
  • Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia).

Causas del adenocarcinoma de vesícula viliar.

Las causas del cáncer de vesícula no están claras.

Los médicos saben que el cáncer de vesícula se forma cuando las células sanas de la vesícula manifiestan cambios (mutaciones) en su ADN. Estas mutaciones causan que las células crezcan sin control y que continúen viviendo cuando otras células, por lo general, morirían. La acumulación de células crea un tumor que puede crecer más allá de la vesícula y extenderse a otras partes del cuerpo. El cáncer de vesícula comienza, en muchos casos, en las células glandulares que recubren su superficie interna. El cáncer de vesícula que se origina en este tipo de células se conoce como «adenocarcinoma». Este término se refiere a la manera en la que las células cancerosas aparecen cuando son examinadas con un microscopio.

Factores de riesgo para el desarrollo del adenocarcinoma de vesícula biliar.

Los factores que pueden aumentar el riesgo de cáncer de vesícula comprenden:

  • Sexo. El cáncer de vesícula es más frecuente en mujeres.
  • Edad. El riesgo de padecer cáncer de vesícula aumenta a medida que aumenta la edad.
  • Antecedentes de cálculos biliares. El cáncer de vesícula es más frecuente en personas que han tenido cálculos biliares en el pasado. Aun así, el cáncer de vesícula es poco frecuente en estos casos.
  • Otros trastornos y enfermedades de vesícula. Otros trastornos vesiculares que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de vesícula comprenden los pólipos en la vesícula y las infecciones de vesícula crónicas.

Diagnóstico del adenocarcinoma de vesícula viliar.

Una de las técnicas más utilizadas es el mapeo . Esta técnica se basa en la coexistencia de lesiones preneoplásicas (hiperplasia, displasia) con el carcinoma in situ e invasor. El hallazgo de cualquiera de ellas lleva al corte seriado múltiple de la pieza operatoria.

Al descubrirse después de una colecistectomía, la enfermedad suele curarse sin tratamiento adicional. En los casos en que únicamente invade la mucosa y la muscular, sin alcanzar la serosa (estadios T1a y T1b), la curación se obtiene con la colecistectomía, sin necesidad de reintervenir. En los casos que alcanzan (T2) y sobrepasan la se-rosa (T3), se debería ampliar la colecistectomía con la resección parcial de los segmentos IV y V hepáticos, junto con una linfadenectomía de los ganglios celíacos, periportales, peripancreáticos, lumboaórticos y mesentéricos (N1 y N2). En los casos sintomáticos, la enfermedad suele ser incurable, ya que no es posible resecar el tumor únicamente con medios quirúrgicos (estadio T4) .

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