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Brotes Epidemiologicos

mdanielat7 de Mayo de 2014

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Brotes epidemiológicos por intoxicación con antinutrientes.

• Intoxicación por aflatoxinas en Gran Bretaña (1961)

• Intoxicación por metilparation en Colombia (1967)

• Intoxicación por aceite de colza desnaturalizado en España (1981)

• Intoxicación por azaspiracida en los Países Bajos (1995)

• Intoxicación por Escherichia coli en Alemania (2011)

1. Intoxicación por aflatoxinas en Gran Bretaña (1961)

Las aflatoxinas son micotoxinas producidas por mohos del género Aspergillus, especialmente por algunas cepas de Aspergillus flavus y por casi todas las de Aspergillus parasiticus. El interés en ellas se despertó con motivo de la aparición, en primavera y verano de 1961, de una epidemia entre la población de pavos de las granjas de Gran Bretaña, que ocasionó la muerte a más de 100.000 ejemplares. La investigación reveló que la causa era la harina de cacahuetes, contaminada con Aspergillus flavus, importada de Brasil.

Estos mohos pueden proliferar en muchos alimentos, causando problemas en cacahuetes, maíz, semillas de algodón, todo tipo de frutos secos, copra, y también en cereales. Los tres primeros productos son los más afectados, el primero de ellos especialmente en el periodo que va de la cosecha al pelado. Estos mohos están difundidos en todo el mundo, pero resultan especialmente insidiosos en climas tropicales, por la combinación de temperatura y humedad elevadas. Aspergillus flavus puede proliferar en alimentos con una actividad de agua superior a 0,85. A una temperatura por debajo de 12oC prácticamente no se producen aflatoxinas, estando la temperatura de producción máxima en torno a los 27oC.

En la humanos, las aflatoxinas son probablemente responsables de múltiples episodios de intoxicaciones masivas, con producción de hepatitis aguda, en distintas zonas de la India, Sudeste Asiático y Africa tropical y ecuatorial, y un factor de agravamiento de enfermedades producidas por la malnutrición, como el kwashiorkor (malnutrición proteica en niños) También son responsables muy probablemente, combinadas con otros factores, de la elevada tasa de cáncer hepático observado en algunas de esas zonas. Desde 1988, la OMS considera a la aflatoxina B1 como un carcinógeno para el hombre.

Las aflatoxinas resisten los tratamientos habituales de los alimentos. Solamente el tostado de los frutos secos las destruye en una pequeña parte. Para eliminarlas son necesarios tratamientos muy drásticos, con amoniaco o hipoclorito, no utilizables con alimentos para uspo humano, e incluso ni con materioales para piensos.

En el caso de determinados productos, como los cacahuetes, los frutos de cáscara, los frutos secos y el maíz, está demostrado que los métodos de selección u otros tratamientos físicos permiten reducir el contenido de aflatoxinas. Con el fin de minimizar las repercusiones en el comercio, conviene admitir contenidos de aflatoxinas más elevados en los productos en cuestión cuando no se destinen al consumo humano directo o a su utilización como ingredientes de productos alimenticios. Si éste fuese el caso, deberán etiquetarse de forma que se demuestre claramente su destino, incluida la indicación «producto destinado a ser sometido obligatoriamente a un tratamiento de selección u otros métodos físicos con objeto de reducir el nivel de contaminación de aflatoxinas».

El Comité Científico de la Alimentación Humana (CCAH) afirmó en su dictamen de 23 de septiembre de 1994 que las Aflatoxinas son cancerígenos genotóxicos. Con arreglo a este dictamen, se consideró conveniente limitar el contenido total de Aflatoxinas en los alimentos (la suma de las aflatoxinas B1,B2, G1 y G2), así como el contenido de aflatoxina B1 en particular, ya que la aflatoxina B1 es un componente mucho más tóxico que los demás. Por otro lado, debe estudiarse la posible reducción del actual contenido máximo para la aflatoxina M1 en los alimentos para lactantes y niños de corta edad, en función de la evolución de los procedimientos analíticos.

2. Intoxicación por metilparation en Colombia (1967)

Si bien el mundo no se había repuesto de los trágicos episodios de intoxicación masiva por consumo de pan hecho con harina contaminada con plaguicidas durante su transporte, ocurridos en 1967 en Doha (Qatar), Hofuf (Arabia Saudita) y México, En Chiquinquirá ocurrió un caso en el cual murieron aun mas individuos que en los anteriores incidentes. Todo empezó el 24 noviembre de 1967 cuando un camión salio de Bogotá con destino Chiquinquirá llevando 30 bultos de haría, 4 bultos de salvado, 29 cajas de folidol metil – paration y 2 cajas de antracol (propineb). Según declaraciones del conductor hechas después de ocurridos los hechos, debido al mal estado de la carretera un frasco de 1000 cc con Folidol 50% se rompió e impregno algunos bultos de harina. Todo el cargamento de harina y salvado fue entregado en la panadería Nutibara de Chiquinquirá, done se procedió a preparar pan para venderlo el día siguiente.

El sábado 25 de noviembre este pan fue vendido un almacén, a una tienda y varias personas particulares. Hacia las 8 de a mañana comenzaron a llegar al Hospital San Salvador las primeras personas intoxicadas; su número fue en aumento hasta llegar a 165 personas, de las cuales 63 fallecieron, siendo la mayoría de los afectados menores de 15 años (60,9%). El cuadro clínico fue muy variado; dolor abdominal, temblor, vértigo y astenia se presentó en más de 25% de los individuos; síntomas de intoxicación aguda como lagrimeo, visión borrosa y somnolencia en 2%; midriasis y edema pulmonar agudo en 5.9% sialorrea en 7.8% diarrea y cianosis en 9.8% y disnea, sudoración, parestesias, disestesias y miosis en 11.8% de los casos. Antes del mediodía ya habían fallecido 62 de los individuos intoxicados. La situación en el hospital fue caótica; no había suficientes médicos, enfermeras, camas ni alimentos para la atención de los pacientes que iban llegando, por lo cual fue necesario ubicar varios individuos en una misma cama y utilizar los corredores para albergar al resto. El tratamiento inicial fue lavado gástrico, seguido por el consumo de clara de huevo y leche, los cuales eran considerados como sustancias neutralizantes de los residuos tóxicos.

Las primeras sospechas indicaban que el agente causante de la tragedia era el arsénico presente en el agua del acueducto municipal, lo que conllevo a prohibir el consumo de agua y la necesidad de buscar tratamiento específico para este tipo de intoxicación. Como respuesta ante esta situación, el gobierno nacional envió una comisión investigadora, junto a 35 médicos y 83 enfermeras. La comisión estuvo conformada por el personal del Ministerio de Salud, el Hospital de Tunja y el instituto de Medicina Legal. Dicha comisión partió de Bogotá en helicóptero llevando 400 ampollas de BAL (dimercaprol) y llego a Chiquinquirá hacia las 2 de la tarde.

Inmediatamente llegaron los comisionados se revisaron las historias clínicas de los intoxicados y se empezó el análisis del contenido gástrico de un paciente hospitalizado, del pan ingerido del contenido gástrico de un individuo fallecido, una muestra de harina proveniente de un bulto contaminado, un pedazo de talego de la panadería Nutibara y una muestra de agua de la red de acueducto municipal, en búsqueda de plaguicidas organofosforados, principales sospechos desde el primer momento debido a la historia clínica y olor característico emanado de las muestras. Los resultados de los análisis de estas muestras solo se conocieron 5 días después.

Pese a que no se habían realizado los análisis químicos que plenamente identificaran al agente causal de la intoxicación, hacia las 2:30 de la tarde se inició el tratamiento con atropina de manera sistemática, permitiendo la pronta recuperación de la mayoría de los individuos que aun permanecían intoxicados; posteriormente, se inició el uso de pralidoxima (2-PAM), cuando pudo ser llevada desde ciudades como Medellín. Además de estos medicamentos presentes en el país, llego toxogonina proveniente de Panamá y Caracas, que al parecer n fue utilizada en el tratamiento de las víctimas.

Para evitar otros casos de intoxicación, se decidió quemar toda la harina y pan que se encontrara en la ciudad. Sin embargo, la población en general siguió sintiéndose amenazada y prefirió no consumir alimentos en todo el día.

Como consecuencia de la intoxicación, también se vivió una fuerte controversia entre los investigadores y médicos que atendieron la emergencia y un químico farmacéutico, quien sostenía que el BAL enviado a Chiquinquirá fue la causa e la muerte de muchos de os intoxicados. Sin entrar en detalles el desenlace de esta disputa es que al parecer nunca se usó el BAL debido a que su llegado fue posterior a muerte de 62 de los 63 intoxicados que fallecieron

3. Intoxicación por aceite de colza desnaturalizado en España (1981)

En mayo de 1981 se identifica en España el primer caso de una enfermedad sistémica de transmisión alimentaria desconocida hasta el momento. En las semanas sucesivas la incidencia de la patología va en aumento, hasta alcanzar su punto álgido un mes después. A partir de ese momento, la identificación de nuevos casos desciende de manera brusca, debido a la retirada del mercado del aceite de colza sospechoso, a la precaución de los propios consumidores (alarmados por la intoxicación masiva) y por la movilización de la industria aceitera. En especial la olivarera, que no quiso verse salpicada por la mala fama que empezaba a dársele al “aceite vegetal” en general.

Los

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