CRISIS SOCIAL Y FAMILIAR POR PERDIDA DE VALORES

CRISIS FAMILIAR Y SOCIAL POR PERDIDA DE VALORES.

El vacio de valores en las personas es indiscutiblemente la causa principal de desestabilización en la familia y la sociedad. La familia como núcleo de la misma sociedad requiere de cimientos sólidos para la estabilidad y el progreso de cada uno de sus miembros. “Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo que tener un piano no lo vuelve pianista”^[1] ; aclarando que sin duda la mayor responsabilidad para la formación y educación de los hijos recae sobre sus padres.

Es un aprender mutuo y permanente y de allí depende que los niños se sientan seguros, queridos y alcancen confianza y seguridad en sí mismos. Esta formación y la alimentación de valores, en la actualidad se está viendo atacada por un sin número de situaciones que obstaculizan el crecimiento moral en el individuo y logran una notable repercusión negativa en su conducta, podemos hablar inicialmente de lo que representa la falta de interés y compromiso por quienes tenemos el desafió de educar y formar hijos dentro de los muros del hogar, esto por situaciones externas que a la larga serían excusas para afrontar tan determinante papel como es el de criar a nuestros hijos, como si fuera poco lo antes mencionado, sumariamos otro factor importantísimo: la desintegración familiar y los conflictos dentro del hogar, este sería un punto preponderante en el desequilibrio y sin duda en el bloqueo de los valores dentro de los niños en formación y crecimiento, adicional a esto podemos señalar como otro ingrediente negativo la situación económica precaria mal manejada en el hogar, como determinante en la integridad moral de los individuos una vez que los menores se ven forzados en la mayoría de los casos a salir desde temprana edad a enfrentar el mundo en las calles dejando a un lado su formación de valores en la familia y dejándose criar por lo que a partir de ese momento representa su vida fuera de su casa.

Hablar de la falta de interés de los padres hacia la formación de sus hijos, tiene que ver con la calidad de acompañamiento en el crecimiento del menor; existen situaciones en cada persona que determinan este factor, se puede mencionar, el poco tiempo de los padres por cuestiones laborales, una vez que cada día es más difícil para la familia que uno solo de los padres trabaje, obligando con ello a delegar la crianza de los hijos a persona ajenas a sus hogares o por los abuelos que sin duda no cuentan ni con el mismo carácter ni con la misma fuerza y disposición que sus propios padres. Lo anterior se funda toda vez que presenciamos conductas y comportamientos riesgosos en niños y adolescentes, y la reacción inmediata es preguntar: ¿y los padres dónde están?, ¿quién los atiende? A veces detectamos la presencia de adultos a la deriva, que aparentan estar alertas y vigilantes a los movimientos y actitudes de sus hijos, no obstante en realidad su interés está más centrado en otras cosas, conectados con el universo, pero lejos de la inmediatez de observar, recomendar y corregir la secuencia de actos peligrosos contra la integridad física, psíquica y moral del niño.

En otro aspecto se encuentran las relaciones matrimoniales con hijos que se desintegran por causa de los conflictos, llevando en muchos casos al divorcio, y obligando a los menores de edad a situaciones difíciles de afrontar, y muchas veces perdiendo el rumbo en su formación, por ende, la desaparición de valores determinantes para hacerlos hombres y mujeres de bien en la sociedad.

Los bajos recursos económicos mal manejados en las familias para criar a sus hijos es un factor consecuente en la a actualidad, que afecta negativamente la formación de los menores, aclarando o haciendo relevancia al hecho que si los padres en esta situación carecen a su vez de una formación amplia de valores y principios es muy difícil traspasar o trasladar lo que no se tiene a sus hijos, dejando que sea la calle o las influencias externas las que determinen esta valiosa formación, y es esa misma sociedad quien sentirá a posterior la falencia tan impresionante en estos individuos para enfrentar las avatares de la vida viéndose compelidos a actuar de manera dudosa y negativa ante cualquier buen principio, es decir, actuando en la delincuencia o recibiendo los golpes que trae la vida por actuar desmedidamente sin control moral.

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