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CULTURA JAPON


Enviado por   •  24 de Abril de 2015  •  1.438 Palabras (6 Páginas)  •  159 Visitas

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El analizar el modelo de desarrollo de cualquier país, se hace necesario ir más allá del ámbito económico, pues aspectos como la ubicación geográfica, la evolución histórica y las condiciones geopolíticas del ambiente internacional, en un momento determinado, muestran cada vez más su relevancia al respecto.

Japón, actualmente la segunda potencia económica mundial, logró desarrollarse mediante un peculiar sistema productivo basado, por una parte, en la existencia de una burocracia de elite que identificó y seleccionó a determinadas industrias para promoverlas; y en un sistema político en el que la burocracia contaba con suficiente margen de acción para tomar la iniciativa y actuar con eficacia.

No obstante la validez de esas afirmaciones, es necesario analizar el determinismo que cada uno de los factores tuvo en el éxito económico del país. Existen al menos cinco elementos explicativos causales del amplio crecimiento económico de esa nación:

Economía y política de consenso

En primer lugar, en las primeras décadas del siglo XX, Japón había logrado importantes avances en términos económicos y esto lo llevó a ser considerado ya para los años cuarenta, un país desarrollado, aunque no al nivel de Estados Unidos o los países de Europa Occidental.

Sin embargo, sus ambiciones expansionistas motivaron su incursión en la Segunda Guerra Mundial, y al término de ésta, el país se encontró con una derrota humillante, con su infraestructura en ruinas, así como con cuantiosas pérdidas humanas y una población desmoralizada, que incluso se encontraba bajo amenaza de hambruna.

Ante esta situación, se diseñó y aplicó una estrategia tanto para la reconstrucción, como para recuperar el tradicional orgullo nipón.

El camino elegido, mediante un relativo consenso nacional, partió de la premisa de lograr un crecimiento económico rápido, más que equitativo, lo que determinó otorgarle una decidida preferencia a unas industrias, en detrimento de otras.

En el aspecto político, dicho consenso hizo posible que el Partido Liberal Democrático gobernara por varias décadas, asegurando así una larga estabilidad política que permitió dejar de lado discusiones sobre la orientación que las políticas económicas deberían seguir, las cuales podrían haber sido perjudiciales para la efectiva aplicación de la política industrial deseada.

De esta forma, la estructura gubernamental japonesa no tuvo necesidad de realizar coaliciones o tomar acciones espectaculares para recibir apoyo en sus políticas o bien justificarlas.

Crecimiento acelerado

La estabilidad político-social permitió el establecimiento de una política industrial orientada al rápido crecimiento. La idea principal de la política industrial era que las empresas tenían que alcanzar el nivel de otras empresas extranjeras y volverse competitivas al mismo tiempo que grandes exportadoras, mediante el aumento de su productividad.

El primer paso de la política industrial fue el desplazamiento de recursos (trabajo y capital) a las industrias que se buscaba promover, debido a que se consideraba que el mercado como tal no podría orientarlos en forma adecuada, o bien que lo haría con costos sumamente altos.

El segundo paso fue la estimulación de la inversión y de la producción por medio de la asignación selectiva de divisas y préstamos bancarios a las empresas a tasas de interés con niveles por debajo de los prevalecientes en el mercado.

En los años cincuenta y sesenta, el Estado vertió recursos hacia las industrias pesadas, con un alto valor añadido por trabajador, con menoscabo hacia las industrias tradicionales intensivas en trabajo, tales como la textil y de otros productos de baja tecnología.

También se fomentó el apoyo a industrias de alta tecnología, intensivas en empleo altamente especializado, con un mayor valor agregado, como aparatos electrónicos, semiconductores, fibra óptica, etcétera.

El MITI y el MOF

Un tercer elemento fue la participación destacada de los ministerios gubernamentales mediante funcionarios de elite, quienes fueron los encargados de aplicar la política industrial.

Dentro de los ministerios de la administración japonesa, quizá los más importantes y decisivos fueron el de Comercio Internacional e Industrias (MITI) y el de Finanzas (MOF), los cuales fungían como guías en las decisiones de las empresas.

Los funcionarios de ambos ministerios eran egresados de las más prestigiadas universidades, y junto con empresarios y académicos, se encargaron de discernir e identificar a las industrias que resultaran idóneas para recibir el apoyo gubernamental.

Una vez elegidas las industrias, se les otorgaba una protección generalizada en sus mercados domésticos, mediante el uso de altos aranceles y cuotas estrictas a las importaciones.

Asimismo, se alentó la oligopolización industrial mediante la fusión de industrias y una feroz competencia interna, lo cual permitía a las empresas sobrevivientes fijar el precio de sus mercancías en los mercados internos.

El MITI ejercía

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