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Campus Ecológico Iturbide-UANL


Enviado por   •  12 de Agosto de 2014  •  Tesis  •  1.365 Palabras (6 Páginas)  •  305 Visitas

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INTRODUCCION

La Orogenia Laramide fue un proceso de formación de montañas (orogénesis) que se produjo en el oeste de Norteamérica y que comenzó en el Cretácico superior hace unos 70 a 80 millones de años atrás y terminó hace 20 a 55 millones de años. La causa y duración exacta de la orogénesis son objeto de controversia. La Orogenia se produjo en una serie de impulsos, alternadas con fases de inactividad. La principal consecuencia fue la formación de las Montañas Rocosas, pero pruebas de esta orogénesis se puede encontrar desde Alaska hasta el norte de México, siendo la montaña más oriental la representada por Black Hills de Dakota del Sur. El fenómeno es denominado así por las Montañas Laramie del este de Wyoming.

En México formó la Sierra Madre Oriental (40 a 20 millones de años atrás), alcanzó hasta la parte suroeste de la Sierra Gorda y cubrió las rocas sedimentarias con materiales volcánicos, en general de color claro (riolitas, tobas y algunas otras rocas volcánicas ácidas). Más tarde, desde fines del Terciario y hasta hace unos cuantos milenios, las zonas sur y sureste de la entidad se han visto sujetas a la aparición de varios volcanes que han cubierto amplias zonas con lavas y rocas volcánicas (también llamadas ígneas extrusivas) de varios tipos, entre las que destacan los basaltos (ricos en minerales de hierro y magnesio, de color negro, gris oscuro o rojo oscuro, que forman muchos cerros, mesetas y lomas) y las tobas, producto de la emisión de ceniza (pequeñas partículas de roca) a la atmósfera, que se han depositado y consolidado formando profundas capas de color amarillento o crema en las llanuras y laderas suaves.

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Estrato

En Geología se llama estrato a cada una de las capas en que se presentan divididos los sedimentos, las rocas sedimentarias, las rocas piroclásticas y las rocas metamórficas cuando esas capas se deben al proceso de sedimentación. La rama de la geología que estudia los estratos recibe el nombre de estratigrafía.

Hay que tener en cuenta que otros fenómenos geológicos distintos pueden dar origen a capas, que entonces no se llamarán estratos. Es el caso, por ejemplo, de las lajas que se forman durante el metamorfismo cuando grandes presiones afectan a las rocas, originando cortes perpendiculares a la fuerza de compresión. Por último, las intrusiones ígneas pueden formar diques o capas interestratificadas que aparecen como si fuera un estrato más, aunque debe de tenerse en cuenta que los diques pueden tener una forma lenticular cuando forman un manto o sill que, cuando llegan a ser bastante abombados suelen llamarse lacolitos.

Estratificación

Los estratos se forman típicamente como capas horizontales de potencia (espesor) uniforme, limitadas por superficies de estratificación, que son interfases más o menos nítidas respecto el estrato más joven (situado encima) y el más viejo (debajo). En la descripción de los estratos se usa el término «base» o «muro» para referirse a la parte más antigua (geométricamente la inferior, si no median alteraciones tectónicas de la posición) y «techo» para la más reciente. Los estratos son las unidades básicas de estudio de la estratigrafía.

Estratificación cruzada en areniscas, en el cañón del Antílope, Arizona, Estados Unidos.

Los estratos horizontales y uniformes pueden evolucionar, en presencia de fuerzas tectónicas, sufriendo cambios de posición (basculamiento, que puede llevar incluso a su inversión) y de forma (plegamiento). Además algunos estratos aparecen desde su mismo origen inclinados entre sí y de espesor desigual, como ocurre en la estratificación cruzada. La génesis de la estratificación cruzada es bastante simple en los procesos de relleno por sedimentos arrastrados por los ríos (arenas, arcillas) cuando llegan al piedemonte de una cordillera y forman conos de deyección, terrazas y otras formas menores del relieve. Estos sedimentos se disponen de acuerdo con la gravedad y el que se crucen entre sí obedece a un cambio en el curso del río que se desvía con cada crecida importante, que muchas veces son esporádicas como es típico en los climas áridos, por el simple hecho de que la crecida anterior produjo una acumulación que las aguas del río tienen que rodear por su mayor altura, depositándose ahora con buzamiento (es decir, una inclinación), sentido y espesor diferentes. Con el paso del tiempo, esas arenas o arcillas pueden consolidarse y formar rocas sedimentarias (arenisca, por ejemplo, como es el caso de la imagen del Cañón del Antílope) pero que han conservado la disposición original de las arenas que formaron dichas rocas. También puede verse una discontinuidad estratigráfica en el centro de la imagen.

En suma, estas superficies de estratificación reflejan heterogeneidades del proceso de sedimentación, con cambios bruscos en la naturaleza del sedimento o interrupciones más o menos prolongadas del proceso de depósito.

Diaclasas

Los estratos pueden ser más o menos plásticos o rígidos y ello tiene unas consecuencias obvias sobre su resistencia a la deformación. Cuando son muy rígidos (arenisca o rocas calizas, por ejemplo), los movimientos internos de la litosfera pueden quebrar o partir esos estratos y se forman las diaclasas, que siempre son perpendiculares a la superficie de los estratos, y fallas, cuando existe un desplazamiento notorio en sentido

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