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Caso: El Primer Encuentro De Servicios De Emmy Y Maddy


Enviado por   •  24 de Enero de 2016  •  Ensayos  •  4.731 Palabras (19 Páginas)  •  606 Visitas

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Caso 1 : El Primer Encuentro De Servicios De Emmy Y Maddy *

Día 16 de agosto de 1995, Nuestro día empezó a las 5:20 A,M, Se decía que el huracán "Félix" azotaría la costa de Carolina por la tarde y yo, como casi todas las demás personas del sudeste de Carolina del Norte, había pasado gran parte del día anterior preparando la casa para la tormenta que se avecinaba. No obstante, mi esposa y yo teníamos una preocupación  más que el resto de la gente, Mi esposa tenía un embarazo de seis meses, de gemelas, y la perspectiva de pasar mucho tiempo en camino, en el auto; para tratar de alejamos del peligro, no nos resultaba demasiado atractiva, Habíamos decidido esperar a que pasara la cita que mi esposa tenía con su Médico, a las 9:00 A.M,; para tomar la decisión  de salir de casa o quedamos en ella y aguantar la tormenta, Jamás llegamos a la cita con el médico, A las 5:20 A.M, ella me despertó con voz asustada, Se le había roto la fuente y las gemelas, que deberían haber nacido el 16 de noviembre, aparentemente habían decidido que nacerían 13 semanas antes. Como éramos padres primerizos, sabíamos que nuestro siguiente movimiento debía ser acudir al hospital; sin embargo, no estábamos seguros de cuál sería la manera más conveniente de traspol1arnos, dadas nuestras circunstancias particulares. Los médicos nos habían informado que los embarazos múltiples eran de gran riesgo y que se debían tomar todas las precauciones posibles. De inmediato, llamamos al hospital para preguntar qué debíamos hacer. Nos sugirieron que mi esposa se diera una ducha, se rasurara las piernas y empacara lo esencial, y que no había problema con que fuéramos en nuestro coche al hospital. Demasiado tensos para correr riesgos, pasamos por alto el consejo de la ducha, reunimos algunas cosas rápidamente y, de inmediato, nos  dirigimos al hospital en nuestro auto.

        

EL DEPARTAMENTO DE URGENCIAS

En cuanto llegamos al hospital, nos dirigimos a la entrada de urgencias y yo salí rápidamente del coche en busca de una silla de ruedas. No tardé en encontrarme ante un guardia de seguridad, que hasta ese momento había estado hablando de cosas intrascendentes con otro señor. Me dijo que no podía dejar el auto donde estaba. Le contesté que necesitaba una silla de ruedas y que quitaría el auto de ahí tan pronto como pudiera llevar  a mi esposa al interior, El guardia de   seguridad apuntó su dedo índice hacia las sillas de ruedas, Eché mano de la primera silla que encontré y volví a salir por las puertas corredizas para ayudar a mi esposa. En este momento, el guardia de segundad me informó que había tomado una silla de ruedas de tamaño juvenil. Volví a entrar y cogí una mucho más grande. Regresé al auto, ayudé a mi esposa a sentarse y volví a entrar. El guardia de seguridad, sin interrumpir la otra conversación, me dijo que dejara a mi esposa con la enfermera de turno en el departamento de urgencias, para que yo pudiera retirar mi vehículo. Me despedí de mi esposa y salía mover el auto. Cuando regresé, el guardia de seguridad me informó que había llevado a mí esposa a la sala de maternidad. En su camino al tercer piso.

El encuentro de mi esposa con la enfermera de turno fue, al parecer, breve y amable. La enfermera había llamado a un asistente para que la llevara a la sala de maternidad. En su camino al tercer piso, el asistente le preguntó a mi esposa si estaba emocionada porque pronto tendría a su bebé. Ella contestó que estaba muerta de miedo porque sólo llevaba seis meses de embarazo. El asistente respondió que era "prácticamente Imposible que un bebé [el de mi esposa] nacido con tanta anticipación pudiera sobrevivir".

LA SALA DE MATERNIDAD

En cuanto salí del elevador, en el tercer piso, me dirigí al puesto de las enfermeras para preguntar dónde estaba mi esposa. Me saludaron sonrientes y me llevaron         al cuarto de mi esposa. Por el camino me encontré con otra enfermera que venía saliendo del cuarto de mi esposa. Esta enfermera me jaló a un lado y me comentó lo que había hecho el asistente. Además, me dijo que lo que el hombre había dicho no sólo era inconveniente sino que, sobre todo, era incorrecto. También me comentó que mi esposa estaba sumamente alterada y que teníamos que unimos para conseguir que se calmara. Incluso, esta enfermera nos contó también que, un par de alias antes, ella misma había tenido un hijo prematuro, más o menos con el mismo tiempo de gestación.

A estas alturas, eran entre las 6:00 y las 6:30 A.M., el médico residente de guardia entró al cuarto y se presentó como el Dr. Baker. Mi esposa me miró asombrada y desconcertada. La clínica a la que acude mi esposa como paciente tiene cinco médicos, que se rotan para cumplir con sus obligaciones. El Dr. Baker es uno de los cinco. Sin embargo, el Dr. Baker era entre, 30 y 40 años más viejo que el residente que se acababa de presentar con el mismo nombre, y no como el ayudante del Dr. Baker. Notando su equivocación, abochornado, Se volvió a presentar y nos informó que el Dr. Baker era el médico de turno para recibir llamadas, que ya se habían puesto en contacto con él y que le habían informado del estado de mi esposa.

El residente salió del cuarto y pronto volvió a entrar con un carrito de ultrasonido para comprobar la posición de las bebés. En esta ocasión, iba acompañado de otra persona que, según supuse era el residente en jefe que estaba de guardia. Durante los siguientes 30 minutos, más o menos, observé al residente joven luchar por saber cómo usar el equipo de ultrasonido. Constantemente nos informaba de sus avances, con declaraciones que empezaban diciendo "Creo que...". Durante todo este tiempo, mi esposa manifestó varias veces su preocupación por la condición de las bebés y porque el Dr. Baker no aparecía. Los residentes nos aseguraron que el doctor estaba in formado de lo que estaba ocurriendo y nos dijeron que alterándonos no ayudaríamos, a las bebés en absoluto. Unos 30 minutos después, le dije a los dos residentes que a pesar de que nos aconsejaban que guardáramos la calma, ninguno de los dos estaba inspirándonos confianza alguna. En este punto, el residente en jefe se hizo cargo del ultrasonido.

El Dr. Baker llegó al hospital en algún momento entre las 7:00 y las 7:30 A.M, Pidió disculpas por no haber llegado antes y dijo que había estado ayudando a su esposa a prepararse para el huracán que estaba por llegar. En algún punto de este mismo lapso de tiempo, hubo cambio de tumo de las enfermeras y también d_1 Dr. Baker. Ahora, otras enfermeras entraban al cuarto y el Dr. Johnson cubriría al Dr. Baker. Cerca de las 8:00 A.M., el Dr. Baker me había llevado a un lado y me informó que había hablado con el Dr. Johnson y que habían decidido que si el trabajo de parto de mi esposa disminuía, entonces tendría que permanecer en el hospital entre siete y diez días, acostada boca arriba sobre la cama, para después proseguir con el parto de las bebés. Me explicaron que con cada día que pasara las bebés se podrían desarrollar un poco más. Sus pulmones eran lo que más les preocupaba.

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