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Ciencias Sociales


Enviado por   •  1 de Mayo de 2014  •  2.747 Palabras (11 Páginas)  •  232 Visitas

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En un sentido amplio, no propiamente científico-social, del concepto de comparación pueden derivarse dos acepciones: una general, que se refiere a la actividad mental lógica, presente en multitud de situaciones de la vida humana, que consiste en observar semejanzas y diferencias en dos o más objetos; y una acepción más reducida, que considera a la comparación como un procedimiento sistemático y ordenado para examinar relaciones, semejanzas y diferencias entre dos o más objetos o fenómenos, con la intención de extraer determinadas conclusiones. Es en esta última acepción donde el término comparación es sinónimo de método comparativo (MC), y su uso suele ir asociado al de método científico.

1. En Ciencias Sociales también se encuentran comúnmente dos acepciones en la utilización práctica del término comparación.

a) En la primera, se habla de comparación en sentido implícito, considerándose que, debido a la naturaleza de la realidad social, el acto de comparar es el modo de proceder propio e inherente a toda actividad científico-social y, por tanto, sería redundante hablar de ciencia social comparativa. Es la idea de clásicos como Durkheim, que sostiene en sus Règles de la méthode sociologique que "la sociologie comparée n'est pas une branche particulière de la sociologie; c'est la sociologie même, en tant qu'elle cesse d'être purement descriptive et aspire à rendre compte des faits". Autores interesados en dar cuenta de la complejidad de la realidad social desde Aristóteles hasta Marx o Weber pasando por Montesquieu, Tocqueville, Comte, o Spencer, se ocuparon de observar y recoger información en sociedades ajenas a la propia, y utilizaron esos datos para desarrollar sus teorías, recurriendo a comparaciones más o menos conscientes o explícitas (vid. Smelser, 1976). En ese sentido puede considerarse, por ejemplo, De la démocratie en Amérique, de Tocqueville, como un trabajo implícitamente comparativo. En esta concepción de la comparación, sin embargo, comparar no equivale necesariamente a usar un método comparativo explicito y concreto. Una de las formas más frecuentes en que se manifiesta la comparación en este sentido, suele ser la clasificación o tipología de diferentes sociedades, regímenes de gobierno, culturas, formas de producción, etc. (sobre los tipos vid. Von Beyme, 1992: 116).

b) la comparación en sentido explicito, también llamada análisis comparativo, se entiende como aquella que requiere un método o métodos propios, los de la ciencia social comparativa, que se diferenciaría, por tanto, de la ciencia social no comparativa en su orientación y sus procedimientos (vid. Ragin, 1987). Se podría decir que, en términos generales, este tipo de análisis consiste en la utilización sistemática de observaciones extraidas de dos o más entidades macrosociales (países, sociedades, sistemas políticos o subsistemas, organizaciones, culturas) o varios momentos en la historia de una sociedad, para examinar sus semejanzas y diferencias e indagar sobre las causas de estas (vid. Elder, 1976; Lijphart, 1971). Esta forma de análisis se ha utilizado en la sociología, la antropología, la economía, la historia, la psicología social y, en una medida muy importante, en la ciencia política, una de cuyas subdisciplinas más importantes, la política comparada (en su orígen comparative politics o comparative government), lleva en su nombre el método que utiliza (Blondel, 1985; Von Beyme, 1992). Se ha hablado así, segun los países, de comparativismo o análisis comparativo, cross-national o comparative research, comparatisme, vergleichende Forschung o Komparatistik, ricerca comparata, etc., para referirse a la vertiente inter-cultural o inter-nacional de estas disciplinas. Además de la utilización de uno o varios sistemas macrosociales o partes de ellos, el rasgo más importante que caracteriza este tipo de investigación, es el uso de conceptos comparativos que sean capaces de viajar (Sartori, 1970), es decir, que sean aplicables a más de un país o cultura, y permitan el uso de atributos de estas unidades macrosociales, después de haber sido convenientemente medidos, en los enunciados o proposiciones empíricas explicativas. Desde esta perspectiva, el estudio detallado de un caso crucial podría considerarse, para algunos, como análisis comparativo, o al menos tener implicaciones teóricas, siempre que utilice conceptos comparativos aplicables a otros casos (Eckstein, 1975). Por otra parte, sin embargo, no todo estudio que utilice datos provenientes de más de un país debe considerarse análisis comparativo. Es frecuente encontrar un falso comparativismo, que considera cualquier estudio de un país, por el hecho de ser distinto al del investigador, o cualquier exposición paralela y descriptiva de datos de varios países, como análisis comparativo. El campo del análisis comparativo debe, por tanto, delimitarse de manera más detallada atendiendo a los objetivos que se le atribuyen como propios.

2. Dos de los fines principales del análisis comparativo en Ciencias Sociales son, como han señalado Dogan y Pélassy (1990), a) evitar el etnocentrismo y b) descubrir regularidades o leyes en la realidad social. En el primer caso, se ha sostenido repetidamente la conveniencia de superar las anteojeras culturales de los investigadores y comprobar la generalidad o veracidad de sus observaciones o hallazgos científico-sociales obtenidos en un único país, acudiendo a datos de otros países (vid. Kohn, 1989). Reflejando la esencia de esta idea, se ha solido recordar frecuentemente la frase de R. Kipling "And what should they know of England who only England know?" (cit. en Collier, 1991). En cuanto a la busqueda de regularidades y la generación de leyes, sólo es posible por medio del estudio sistemático de las semejanzas y diferencias entre sistemas o países, y el intento de explicarlas, mediante el control de los multiples condiciones o factores presuntamente capaces de causar un efecto o fenómeno dado. Este análisis recurre, por un lado, al uso de hipótesis y teorías, y, por otro, a la selección sistemática de los casos que hayan de ser investigados. Así pues, comparar equivale, en gran medida, a controlar las posibles fuentes de variación de la ocurrencia de un fenómeno social (Sartori, 1970; Smelser, 1976; Lijphart, 1971).

Puede afirmarse entonces que, de forma esquemática, los objetivos del análisis comparativo, análogos a los del método científico en general, son 1) la investigación de semejanzas y diferencias (variación) entre casos, que da lugar a 2) la observación de regularidades, que deben ser explicadas mediante 3) el descubrimiento de covariación o la interpretación de la diversidad, que suele hacerse a través de 4) la comprobación de hipótesis explicativas, que llevan

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