Clonación Humana Redacción
FuegoArdiente6619 de Mayo de 2014
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Clonación Humana: ¿Jugar a ser Dios?
Años de nula investigación acerca de la clonación. Años desperdiciados, o años detrás de una mentira. Años en la oscuridad.
Años en una luz desapercibida, una tenue luz, poco nítida ante los ojos promedio.
Ideas en su contra los detienen. Ideas de personas, organizaciones. De intereses. De principios.
Quizás la razón sea nuestra limitada percepción sobre temas de constante conflicto, de polémica.
Una tecnología así debe tener luz y oscuridad. Partes y contra partes. Héroes y Villanos.
Es un cuchillo de doble filo. Es una rueda que en cualquier momento puede detenerse, tomar otro curso, dar la vuelta y avanzar como nunca lo hizo, como nunca fue planeado.
Desde las primeras investigaciones, con la famosa Oveja “Dolly”, cultos, religiones, individuos e incluso naciones se oponían a la implementación y seguimiento de la investigación.
El problema era claro: todo lo que ellos creyeron, lo que hicieron creer, estaba pendiendo de un frágil y largo hilo que forjaron durante siglos. Su realidad se venía afectada. Ese no era el plan.
Los acusaban de ser los villanos. A ellos. A los científicos.
Anti-cristo, Anti-Buda, Anti-Alá. De no ser lo que ellos quieren. De no ser parte de su sistemas. Parte de su juego.
En parte tienen razón. Las oscuras cosas que se pueden crear con ese potencial. El interponerse fue, o pudo ser una decisión excelente en la época. Tan solo imaginen: Ejércitos potencialmente infinitos. Sólo eso, hay aún más razones pero. Guerras interminables. Sangre derramada.
Quizás sea una exageración así que vayamos a algo más simple. La clonación debe tener alto costo, por lo tanto solo personas con el suficiente poder y riqueza tendrían acceso a él. Solo personas con el suficiente poder y riqueza tendrían acceso a él. Personas con el suficiente poder y riqueza. Poder y riqueza. Tiranos, inhumanos. ¿Un Rothschild sin límite de duración?
Claro, todo tiene una luz (o casi todo). No solo debemos ver las cosas en su electrón. Enfermedades genéticas incurables. Enfermedades que quizás no se desarrollen en el individuo a clonar, podrían tener una “cura”.
Además de fines humanos, los animales se verían beneficiados por esta tecnología. Podríamos volver a verlos. Cadenas y cadenas de código genético enterrado bajo nuestros pies. Podrían volver a ser parte de nosotros, parte de lo que les fue arrebatado, parte de su Tierra.
Sin embargo existe un gran impedimento. Un Henry Frick de una Carnegie Steel Company. Una industria tan capaz de derrocar a cualquier gobierno que la enfrente.
La industria farmacéutica.
Capaz de “matar” a millones de personas por intereses de por medio.
Curas sin ver la luz. Vacunas sin poder ser inyectadas. Dinero pasado de “manos en manos”. De bancos en bancos. De cheques en cheques. De firmas en firmas. De plumas en plumas.
Tratos. Contratos. Conspiraciones.
Cosas que jamás entenderemos, que jamás sabremos.
Somos una molécula de arroz en un país. Una bestia dormida. Nunca unida pero siempre vencida. Con poca información y siempre observada. Siempre controlada.
Una tecnología que no es lo que aparenta. La punta del iceberg. Sólo superficial. Con una sociedad de doble moral, con reglas ya hechas. Ya implantadas.
Sólo nos queda vivir. Vivir de las decisiones de la élite. Y algún día levantarnos en contra de las mismas.
Vivir en sociedad, en armonía.
Tan solo nos queda eso, vivir. O como en realidad es: Sobrevivir.
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