ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Conocimiento Humano


Enviado por   •  28 de Agosto de 2013  •  2.286 Palabras (10 Páginas)  •  299 Visitas

Página 1 de 10

Contenido

Sección 1: Los distintos tipos de filosofía 01

Sección 2: El origen de las ideas 09

Sección 3: La asociación de ideas 13

Sección 4: Dudas escépticas acerca de las operaciones del entendimiento 14

Parte 2………………………………………………………………………………..18

Sección 5: Solución escéptica de estas dudas 23

Parte 2………………………………………………………………………………..27

Sección 6: La probabilidad 33

Sección 7: La idea de conexión necesaria 35

Parte 2………………………………………………………………………………..42

Sección 8: Libertad y necesidad 47

Parte 2………………………………………………………………………………..56

Sección 9: La razón de los animales 61 3

Sección 10: Los milagros 64

Parte 2………………………………………………………………………………..68

Sección 11: Una providencia particular y un estado futuro 78

Sección 12: La filosofía escéptica 87

Parte 2………………………………………………………………………………..90

Parte 3………………………………………………………………………………..93Primera investigación David Hume 2: El origen de las ideas

9

Sección 2: El origen de las ideas

Todos admitirán libremente que las percepciones de la mente cuando un hombre

•siente el dolor de un calor excesivo o el placer de una calidez moderada son

considerablemente diferentes de lo que siente cuando más tarde •se acuerda de la

sensación, o cuando antes •la anticipa en su imaginación. La memoria y la imaginación

pueden imitar o copiar las percepciones de los sentidos, pero no pueden crear una

percepción que tenga tanta fuerza y vivacidad como aquella que están copiando. Incluso

cuando operan con el máximo vigor, lo más que diremos es que representan su objeto tan

vivazmente que casi podríamos decir que lo podemos sentir o ver. Exceptuando los casos

en los que la mente está alterada por la locura o una enfermedad, la memoria y la

imaginación jamás pueden crear percepciones de forma tan vivaz tal que dichas

percepciones sean indistinguibles de aquellas que estamos viendo o sintiendo. El

pensamiento más vivaz sigue siendo más apagado que la más burda sensación.

Una distinción similar corre a lo largo de las otras percepciones de la mente. Un

verdadero ataque de •enojo es muy diferente del mero pensamiento sobre la misma

emoción. Si se me dice que alguien está •enamorado, comprendo el significado de esto y

me formo una concepción correcta del estado en el que esa persona se encuentra; ¡pero

jamás confundiría esa concepción con el torbellino de estar de hecho enamorado! Cuando

recordamos nuestras sensaciones y sentimientos pasados, nuestro pensamiento es un

espejo fidedigno que copia sus objetos fielmente; pero esto lo hace en colores que son

más débiles y más deslavados que aquellos con los que se vestían nuestras percepciones

originales. Para poder distinguir entre las unos y las otras no se necesita ni pensamiento

muy cuidadoso ni habilidad filosófica.

Así es que podemos dividir las percepciones de la mente en dos clases, con base en

los distintos grados de su fuerza y vivacidad. Las menos fuertes y vivaces son

comúnmente llamados ‘pensamientos’ o ‘ideas’. Las otras no tienen un nombre

específico en nuestra lengua o en la mayoría de las otras, presumiblemente porque no se

necesita de un término general para ellas salvo cuando se está haciendo filosofía.

Permitámonos, pues, la libertad de llamarlas ‘impresiones’, utilizando esa palabra en un

sentido ligeramente inusual. Con el término ‘impresión’, pues, me refiero a todas

nuestras percepciones más vivaces cuando oímos o vemos o sentimos o amamos u

odiamos o deseamos. Éstas deben ser distinguidas de las ideas, que son las percepciones

más débiles o menos intensas de las que tenemos conciencia una vez que reflexionamos

sobre [= ‘dirigimos la mirada hacia nuestro interior sobre’] nuestras impresiones.

A primera vista puede parecer que el pensamiento humano es totalmente ilimitado: no

sólo escapa a todo poder humano y a toda autoridad ·como cuando un hombre pobre

piensa en convertirse en rey de la noche a la mañana, o cuando un ciudadano ordinario

piensa en que es un rey·, sino que además no está confinado dentro de los límites de la

naturaleza y la realidad. Le es tan fácil a la imaginación formar monstruos y unir figuras

y apariencias incongruentes como le es concebir a los objetos más familiares y naturales.

Y mientras que •el cuerpo debe arrastrarse laboriosamente sobre la superficie de un solo

planeta, •el pensamiento nos puede transportar instantáneamente a las regiones más

lejanas del universo –e incluso más allá. Lo que nunca ha sido visto u oído puede no Primera investigación David Hume 2: El origen de las ideas

10

obstante ser concebido; nada está más allá del poder del pensamiento salvo lo que

implica una absoluta contradicción.

Pero aunque nuestro pensamiento parece ser tan libre, cuando observamos más

atentamente encontraremos que en realidad está confinado dentro de límites bastante

estrechos, y que toda la potencia creativa de la mente consiste meramente en su habilidad

de combinar, trasponer, agrandar o encoger los materiales que le son provistos por los

sentidos y la experiencia. Cuando pensamos en una montaña dorada, lo único que

hacemos es combinar dos ideas consistentes –oro y montaña– con las que ya estamos

familiarizados. Podemos concebir un caballo virtuoso porque nuestros propios

sentimientos nos capacitan para la virtud, y podemos unirla con la figura de un caballo,

que es un animal que conocemos. En suma, todos los materiales del pensar son derivados

o bien de nuestros sentidos externos o bien de nuestros sentimientos internos: todo lo que

la mente y la voluntad hacen es mezclar y combinar dichos materiales. Puesto en

terminología filosófica: todas nuestras ideas o percepciones endebles son copias de

nuestras impresiones, o percepciones más vivaces.

He aquí dos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (15 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com