Control De Administracion
Luiizs23 de Noviembre de 2014
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Los términos información, control y evaluación son los ejes sobre los que pivotean expresiones tan cotidianas como “control de gestión”, “evaluación de resultados”, “evaluación de gestión” información de control” o “información de gestión. También conceptos como eficiencia, eficacia, calidad y efectividad se hallan estrechamente relacionados con ellos. Resulta necesario, por lo tanto, tomarlos como punto de partida del análisis.
En primer lugar, la información, a estos efectos, puede ser considerada como la representación de la realidad mediante algún tipo de lenguaje. Convencionalmente, puede aceptarse que los datos son las representaciones más directas sobre los hechos, mientras que las informaciones propiamente dichas” son aquellas en las que los datos han sido interpretados o elaborados de alguna manera.
Esta definición, desde luego, incluye al receptor de la información: lo que para algunos son datos para otros son informaciones. Los registros contables, individualmente considerados, por ejemplo, son datos para un analista de sistemas que mantiene el software que soporta el sistema contable, pero informaciones para el contador que sabe interpretarlos, para quien son representaciones de cierta parte de la realidad, las transacciones contables.
Hecha esta distinción, a los efectos de este trabajo en lo sucesivo usaremos el término información” para referirnos tanto a los datos como a las informaciones elaboradas a partir de éstos y a la consecuente construcción de conocimiento.
El control, en segundo lugar, incluye algo más que las informaciones en que se basa; controlar significa verificar los hechos (mediante el registro de tales informaciones), de manera que sea posible compararlos con algún patrón técnico de referencia.
El tablero de un automóvil es un buen ejemplo de un sistema de control: proporciona datos e informaciones sobre un determinado conjunto de aspectos relativos al estado y funcionamiento de la máquina que fueron considerados relevantes por los diseñadores, tales como, por ejemplo, la velocidad, la temperatura del motor, la presión del aceite y la cantidad de combustible en el tanque. Lo que convierte al tablero en un “tablero de control” del vehículo es el hecho de que ese determinado conjunto de datos puede ser comparado con patrones de referencia.
Los patrones de referencia (que se hallan en el manual del auto y también en los conocimientos de los conductores) dicen que la temperatura del motor debe hallarse dentro de cierto rango; que la velocidad en la ciudad no debe superar cierto valor límite; que para llegar a determinado destino se requiere tanto combustible y cosas por el estilo. En algunos casos los patrones de referencia se hallan incorporados en el mismo tablero, como las luces rojas que se encienden cuando alguna variable se halla fuera de parámetros preestablecidos.
Los datos del tablero del auto, por lo tanto, son comparables con esos patrones de referencia. Si se inutilizara el tablero del auto, aun manteniendo intactas todas las funcionalidades de éste, podría decirse que el sistema se halla fuera de control: el conductor habría perdido la posibilidad de comparar el estado del auto con algún patrón de referencia y no podría, por ejemplo, tomar la decisión de iniciar un recorrido para el que no sabría si dispone de combustible. Si el conductor, por su parte, no fuera capaz de interpretar el tablero ni compararlo con patrones de referencia, lo que éste le mostraría serían simples datos para él: una luz roja, por ejemplo, sería sólo una luz roja, no un motor a punto de quedar inutilizado.
El control, en consecuencia, consiste en un nuevo tipo de información que resulta de la comparación entre patrones técnicos y datos de la realidad, de manera tal que estos datos puedan ser interpretados como estados particulares dentro del esquema en que se encuentra
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