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Cómo Escuchamos


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  1.155 Palabras (5 Páginas)  •  336 Visitas

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El Proceso de la Audición

La audición es la percepción de las ondas sonoras que se desplazan por el espacio. Este proceso da inicio cuando un objeto o fuente sonora vibra, estas ondas se desplazan por el espacio hasta llegar a nuestro pabellón auricular u oreja, el cual es una estructura cartilaginosa, su función es recoger las ondas sonoras y conducirlas hacia el interior del oído, ya en el canal auditivo éstas viajan hasta chocar con el tímpano, una membrana elástica, semitransparente y un poco cónica. Los movimientos de la membrana timpánica se transmiten al oído medio por medio del movimiento de los huesos del oído medio, llamados martillo, yunque, lenticular y estribo (son estos los huesos más pequeños del cuerpo humano), hasta la cóclea o caracol en donde el movimiento es convertido en impulso nervioso que es conducido por el nervio auditivo hasta el cerebro en donde la señal es interpretada como una imagen sonora. el proceso termina con la interpretación y respuesta que el escucha da al mensaje recibido.

Los Planos de la audición

Todos escuchamos la música según nuestras personales condiciones. Pero para poder analizar más claramente el proceso auditivo completo lo dividiremos, por así decirlo, en sus partes constitutivas. En cierto sentido, todos escuchamos la música en tres planos distintos. A falta de mejor terminología, se podrán denominar: 1) el plano sensual, 2) el plano expresivo, 3) el plano puramente musical. La única ventaja que se saca de desintegrar mecánicamente en esos tres planos hipotéticos el proceso auditivo es una visión más clara del modo como escuchamos.

EL PLANO SENSUAL

El modo más sencillo de escuchar la música es escuchar por el puro placer que produce el sonido musical mismo. Ese es el plano sensual. Es el plano en que oímos la música sin pensar en ella ni examinarla en modo alguno. Uno enciende la radio mientras está haciendo cualquier cosa y, distraídamente, se baña en el sonido. El mero atractivo sonoro de la música engendra una especie de estado de ánimo tonto pero placentero.

El lector puede estar sentado en su cuarto leyendo. Imagine que suena una nota del piano. Esa sola nota es bastante para cambiar inmediatamente la atmósfera del cuarto, demostrando así que el sonido, elemento de la música, es un agente poderoso y misterioso del que sería tonto burlarse o hacer poco caso.

Lo sorprendente es que muchos que se consideran aficionados competentes abusan de ese plano de la audición musical. Van a los conciertos para perderse. Usan la música como un consuelo o una evasión. Entran en mundo ideal en el que uno no tiene que pensar en las realidades de la vida cotidiana. Por supuesto que tampoco piensan en la música. Ésta les permite que la abandonen, y ellos se largan a un lugar donde soñar, soñando a causa y a propósito de la música, pero sin escucharla nunca verdaderamente.

Sí, el atractivo del sonido es una fuerza poderosa y primitiva, pero no debemos permitirle que usurpe una porción exagerada de nuestro interés. El plano sensual es importante en música, muy importante, pero no constituye todo el asunto.

No hay necesidad de más digresiones acerca del plano sensual. Su atracción para todo ser humano normal es evidente por sí misma. Pero hay una cosa, que es agudizar nuestra sensibilidad para las distintas clases de materia sonora que usan diversos compositores. Porque no todos los compositores usan de una misma manera la materia

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