¿Cómo Propiciar Una Educación Inclusiva A Partir De La Atención A La Diversidad?

La inclusión educativa de los alumnos con necesidades educativas especiales, les ofrece igualdad de oportunidades para acceder a los beneficios de la educación. Todos los alumnos tienen derecho a que se les ofrezca posibilidades educativas, que favorezca el contacto y la socialización con sus compañeros, y que les permitan en el futuro integrarse y participar mejor en la sociedad. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos…” (Art. 1); “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación se dirigirá al pleno desarrollo de la personalidad humana y a fortalecer el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundaméntales. Esta declaración afirma que todas las personas tienen derecho a una educación en igualdad de oportunidades y condiciones, así como también el Programa de Acción Mundial para Personas con Discapacidad (1982) y las Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad (1993) instan a los Estados a garantizar que la educación de las personas con discapacidad formen parte integrante del sistema educativo general. Es decir, que la educación inclusiva se concibe como un derecho humano con un sentido tanto educativo como social al tiempo que rechaza que los sistemas educativos tengan derecho sólo a cierto tipo de niños. La inclusión de la educación especial en las escuelas públicas regulares es un gran beneficio para todas aquellas familias que tengan al hijo o hija con alguna deficiencia. Y será un reto para cualquier docente que tenga que enfrentarse a situaciones con niños especiales. Todas estas leyes muestran un panorama muy alentador pero poco realista, es decir, que no generan un modelo verdaderamente funcional para ser aplicado en la realidad, sólo basta con ponerse en los zapatos del docente, que cabe destacar no tiene las competencias suficientes para atender a niños con diversidad funcional para preguntarse: ¿Cómo trabajará dicha docente en su aula inclusiva encargándose de 20 niños, si también debe atender las necesidades de otros tres niños con diversidad funcional (Autismo, Down, etc.)?, sabiendo que por ejemplo los niños Down son dependientes de sus docentes y que los Autistas no se les debe sacar de su rutina, además el ruido y el desorden los atormentan, pudiendo estos entrar en crisis fácilmente. Estas inquietudes surgen principalmente por la diferencia de preparación académica entre una docente regular y una docente especialista.

Otra razón importante por la cuál es prácticamente utópica la asimilación de esas layes es la del cumplimiento del programa educativo (CNB), dicho programa exige que los alumnos de cierto grado cumplan con las competencias mínimas para poder pasar al grado inmediato superior, sin embargo ¿cómo cumplir con esas exigencias?, cuando en la inclusión no se deben hacer adaptaciones curriculares y los alumnos con diversidad funcional no logran alcanzar las competencias del grado donde se encuentran. Sería imposible entonces que dichos alumnos cumplan con el programa y por lo mismo no pasen de grado, volviendo nulo el sistema de inclusión. Aunque si se tomaran las medidas necesarias la inclusión podría funcionar, sin embargo es necesario realizar los primeros cambios en la base fundamental de la docencia, es decir, la formación del docente. Es primordial actualizar no sólo las carreras pertinentes a la docencia sino también realizar un cambio profundo en los pensum de estudio, otro paso importante sería la total concientización de los niños tanto de inicial como de primaria, básico y diversificado. En la misma línea también es fundamental la incorporación de los especialistas suficientes y necesarios para satisfacer las necesidades de todo el estudiantado, otro punto no menos importante es la eliminación de todas las barreras arquitectónicas

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