DESARROLLO AFECTIVO Y SOCIALIZACION DE LOS NIÑOS
naye_flex27 de Octubre de 2013
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DESARROLLO AFECTIVO Y SOCIALIZACION DE LOS NIÑOS
La pareja madre-lactante
Se dan aquí dos clases distintas de identificación: la d ela madre con su hijo y el estado de identificación de èste con la madre. La madre aporta a la situación una aptitud desarrollada, mientras que el niño se encuentra en ese estado porque es asì como comienzan las cosas. El bebe significa también otras cosas para la fantasia inconsciente de la madre, pero tal vez el rasgo predominante sea la disposición y la capacidad de la madre para despojarse de todos sus intereses personales y concentrarlos en el bebè; denominado “preocupación materna primaria”.
Hay dos clases de trastornos maternos que pueden afectar esta situación. Tenemos a la madre cuyos intereses personales son demasiado compulsivos como para abandonarlos, lo cual impide sumergirse en ese extraordinario estado que casi parece una enfermedad, aunque constituya un signo de salud. En el otro, tenemos a la madre que tiende a estar permanentemente preocupada por algo, y el niño se convierte entonces en su preocupación patológica. La madre patológicamente preocupada no sólo sigue estando identificada con su hijo durante un tiempo demasiado prolongado, sino que, pasa muy bruscamente de la preocupación por el bebé a su preocupación previa.
Los niños que atendemos, en la medida en que necesitan recurrir a la terapia, están atravesando fases en las que retroceden y vuelven a experimentar las relaciones tempranas que no fueron satisfactorias en su historia pasada. A algunas mujeres no sòlo les resulta difícil desarrollar esa preocupación materna primaria, sino que también la vuelta a una actitud normal frente a la vida y al self puede provocar una enfermedad clínica.
La identificación del niño con la madre
El niño inicia un proceso de desarrollo que es personal y real. Si la actitud materna no es lo bastante buena, el niño se convierte en un conjunto de relaciones frente a los choques, y el verdadero self del niño no llega a formarse. El yo de este niño es a la vez débil y fuerte, depende de la capacidad de la madre para proporcionar apoyo al yo del niño. El yo de la madre està sintonizado con el del niño y ella puede darle apoyo si logra orientarse hacia su hijo. El yo reforzado y, fuerte del niño puede, desde muy temprano, organizar defensas y desarrollar patrones que son personales y que ostentan visiblemente las huellas de las tendencias hereditarias. Los niños que reciben una atención adecuada son los que con mayor rapidez se afirman como personas, cada una de las cuales es distinta de todas las demás existentes en la actualidad o en el pasado, mientras que los bebès que reciben un apoyo yoico inadecuado o patológico tienden a parecerse en cuanto a los patrones de conducta (inquietos, suspicaces, apàticos, inhibidos, sometidos). Pero al considerar el crecimiento temprano , debemos pensar que el niño aùn no tiene problemas en este sentido, pues en esta etapa la psiquis apenas si està comenzando a elaborarse en torno del funcionamiento corporal.
La función materna
Agrupar en tres categorías la función de una madre suficientemente buena en las primeras etapas de la vida de su hijo:
1. Sostenimiento
2. Manipulación
3. Mostración de objetos
1 - La forma en que la madre toma en sus brazos al bebè està muy relacionada con su capacidad para identificarse. El hecho de sostenerlo de manera apropiada constituye un factor básico del cuidado. Cualquier falla provoca una intensa en el niño.
2 - La manipulación contribuye a que se desarrolle en el niño una asociación psicosomática que le permite percibir lo “real” como contrario a lo “irreal”. La manipulación deficiente milita contra el desarrollo del tono muscular y contra lo que llamamos “coordinación”.
3 - La mostración de objetos o realización promueve en el bebè la
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