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Data De La Muerte


Enviado por   •  3 de Enero de 2014  •  5.028 Palabras (21 Páginas)  •  586 Visitas

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Introducción

La presente práctica está basada en el estudio de las técnicas y metodologías empleadas para el establecimiento de la fecha del fallecimiento en cadáveres recientes, esto es, los métodos utilizados para con los cadáveres recientes con el propósito de conocer el tiempo y/o el momento en el que se produce la defunción.

Para ello es necesario, tener en cuenta una serie de conceptos previos a la redacción y/o comprensión de la práctica, así pues: el concepto de “cadáveres recientes”, es algo confuso, puesto que nos es imposible determinar a partir de qué hora, minuto o segundo pasa de ser un cadáver reciente a convertirse en un cadáver no reciente; por ello, nosotros abogamos por entender como cadáver reciente, aquel en el cual no se ha iniciado de forma muy evidente la putrefacción .

Asimismo, también puede ser necesario hacer un pequeño repaso a las variaciones que se han ido dando a lo largo de la historia sobre el concepto “muerte”, así para:

GALENO, la muerte era “la postración total de la naturaleza y la extinción del calor natural”

LACASAGNE, en 1902, definió la muerte como “el cese de las funciones nerviosa, circulatoria, respiratoria y termorreguladora”

THOINOT, en 1928, afirmaba que “la vida termina con la extinción de las funciones respiratoria y circulatoria”

BONNET, en 1967, definió la muerte como “el cese definitivo e irreversible de las funciones vitales autónomas, cerebrales, cardiorrespiratorias y de oxigenación viscerotisular con pérdida de la relación sujeto-mundo circundante y de su condición de ente humano de existencia visible”

JOSÉ A. PATITÓ, define la muerte como “el cese definitivo o irreversible de las funciones vitales, respiratoria, cardiovascular y nerviosa”

MACHADO CURBELO, entiende la muerte como “la pérdida irreversible de la capacidad y del contenido de la conciencia”

Tras todas estas aportaciones acerca del concepto “muerte”, es necesario aclarar que la muerte desde un punto de vista médico, no es instantánea, ya que los tejidos que componen el cuerpo humano no mueren al mismo tiempo, sino después de un proceso dependiente de la viabilidad textural y de una mayor o menor resistencia a la agonía (resultante de una anoxia progresiva e irreversible sobre las diversas estructuras orgánicas, que producen un deterioro gravativo de todas las funciones vitales) por parte del sujeto. Por lo que el concepto de “data de la muerte” puede entenderse como el tiempo transcurrido desde la muerte del sujeto.

Conociendo y asimilando todo lo anterior, es necesario recurrir a los denominados como “signos de muerte” (comprobación de determinadas condiciones o estados capaces de demostrar la muerte), con el fin de continuar con la práctica; así pues, es posible admitir, que existen dos grandes grupos de signos de muerte, a saber:

Signos debidos al cese de de las funciones vitales, también conocidos como los signos negativos de la vida. Determinan la defunción de una persona, desde una perspectiva cardiorrespiratoria o neurológica, por el criterio de irreversibilidad.

Signos debidos a fenómenos cadavéricos, también conocidos como los signos positivos de la muerte . Implican cambios bioquímicos y estructurales en los tejidos, lo que implica un notable grado de certeza. Este grupo lo componen:

Fenómenos cadavéricos por cambios químicos hísticos

Fenómenos cadavéricos abióticos

Fenómenos cadavéricos originados por la putrefacción

2. Data de la muerte

Con anterioridad hemos dicho que la determinación de la data de la muerte, es decir, del tiempo transcurrido desde que falleció el sujeto, es uno de los problemas más complicados y difíciles de resolver en el ámbito de la medicina.

Por ello es necesario, actuar de acuerdo a una metodología correcta, en la cual se contemplan los siguientes hechos preliminares:

La muerte no es siempre coetánea a las lesiones, es decir, no siempre las lesiones causantes de la muerte, y esta misma, son simultáneas, en el espacio y el tiempo.

Existen una pluralidad de factores, tanto extrínsecos como intrínsecos que puede modificar alguno de los parámetro usados para establecer la data de la muerte, lo que complica sobremanera este proceso; por ello, no hay ningún dato, que de forma individual nos permita la resolución satisfactoria del problema.

Es un error considerar que la persona en el momento de su muerte tienen unas cifras normales, de acuerdo con los métodos que se utilizan para averiguar la data; aún así, es sumamente importante recoger todos los datos posibles, ya que será la convergencia entre estos lo que nos permitirá sacar una conclusión aproximada acerca de la data de la muerte.

A mayor precocidad en la recogida de datos por parte de los responsables, mejores resultados se obtendrán; por ello, se habla de la posibilidad de adiestrar a los miembros de la policía judicial, en la toma de algunos parámetros (temperatura) o en la observación de algunos fenómenos cadavéricos clásicos.

Seguidamente, y a consecuencia de la ingente abundancia de signos existentes para el diagnóstico de la muerte, se hace necesario sistematizarlos; por ello, para establecer la data de la muerte en cadáveres recientes, podemos encontrarnos con hasta 4 signos, a saber:

2.1. Signos paramédicos

Son aquellos no relacionados ni con la biología ni con la medicina, pero que en ocasiones pueden suponer una ayuda en el establecimiento de la hora de la muerte. Por ello, es necesario en ocasiones demostrar, por parte del sujeto encargado del levantamiento del cadáver, un cierto nivel en la capacidad de observación, ingenio y sagacidad, mediante la cual será posible recoger una serie de datos que pueden resolver el problema de la data mejor que cualquier técnica de laboratorio.

Por ello, muchas veces son de sumo interés para la resolución del problema, cualquier tipo de testimonio, como los documentos expedidos por máquinas automáticas (en los que se consta la fecha y la hora),…

En multitud de ocasiones, estos signos paramédicos constituyen las pruebas de mayor jerarquía en la resolución de la data de la muerte, por ello, en determinadas circunstancias habrá que someterlos a la mayor crítica, con el fin de cerciorarse de su autenticidad.

2.2. Signos de vida residual

En el individuo que ha fallecido quedan signos de vida que se van extinguiendo progresivamente y que pueden

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