De la cabeza a la cola.

DE LA CABEZA A LA COLA.

"Si recoges un perro hambriento de la calle y lo haces próspero, no te morderá; esa es la principal diferencia entre un perro y un hombre".

-Mark Twain

A la hora de seleccionar un tema para este escrito vinieron a mi mente distintas problemáticas de índole ambiental y de dignidad animal, no es ningún secreto que nuestra sociedad no toma muy en cuenta los derechos de los animales, para ser honestos ni siquiera respetamos nuestros propios derechos. Pero mientras recolectaba información para el tema que había seleccionado (el cual solo se mencionara brevemente aquí) vi desde el balcón a un diminuto cachorro de perro criollo mordiendo la cola de otro congénere, un husky siberiano al menos 8 veces más grande que el cachorro. Esto me impulso a leer sobre el origen del perro buscando una explicación para las marcadas diferencias entre los miembros de la especie pero sobre todo porque deseaba saber que tan cercanos somos los seres humanos a ellos, hace cuanto nos acompañan y de quien fue la idea de compartir una relación tan estrecha y tan beneficiosa para nosotros, decidí entonces escribir mi ensayo sobre el mejor amigo del hombre. El perro.

El perro (canis lupus familiaris) es para muchos el vivo ejemplo de lealtad y amor incondicional, se pueden ver en todo el mundo (en los lugares del mundo habitado por humanos claro esta), cumpliendo una enorme cantidad de tareas y trabajos, pero por sobre  toda labor la más común es simplemente ser nuestros amigos, es un matrimonio de más de 15.000 años por lo que la historia del perro es paralela  a  la historia del hombre y se cuentan juntas.  Hoy los podemos encontrar en una gran variedad de configuraciones, desde el enorme gran danés al diminuto chihuahua, desde el veloz y ágil galgo hasta el pesado y parsimonioso mastín napolitano. Sorprende entonces que entre ellos compartan el 99,5 % de su código genético y posean características de tan extrema diferencia. Aún más increíble es que todos los caninos que conocemos hoy día desciendan del que alguna vez fue el mamífero más exitoso del planeta, el lobo gris (canis lupus). Si, el pinscher de tu tía es un feroz lobo bajo esa temblorosa fachada.  

Hasta el día de hoy, las distintas asociaciones caninas reconocen alrededor de 700 razas de perros y contando, la mayoría de ellas no existían hace 200 años, el perro paso de ser simplemente el perro a ser el pit bull o el dogo argentino, este exponencial aumento en su diversidad genera los siguiente sinterrogantes: ¿Cómo llegaron los lobos a convertirse en nuestros compañeros? ¿Cómo un animal puede ser tan distinto de sus congéneres sin dejar de pertenecer a la misma especie? ¿Qué tan cercanos son a sus ancestros? ¿Qué tanto influimos los seres humanos en esa variedad de razas caninas? ¿Y si esta gran variedad fue beneficiosa o negativa para los perros?

Bueno, para contestar esas preguntas hay que hacer un repaso de la historia de la familia canidae, su miembro más antiguo, el perro primigenio por llamarlo así era un pequeño carnívoro arbóreo más parecido a una comadreja que a un canino llamado Cynodictis el cual apareció entre 35 y 30 millones de años atrás, no se diferenciaba mucho del antepasado de los félidos y no fue hasta hace 10 millones de años que tomaron una forma más reconocible en especies como el tomarctus que habitaban América del norte. Pero el primer representante del genero canis al cual pertenecen los canidos modernos fue el canis divisi y este fue a su vez ancestro de varias especies incluyendo a los lobos modernos que aparecieron en europa hace 750.000 años. A partir de este punto la historia de los canidos empieza a desarrollarse muy a la par de la historia humana.

El homo sapiens sapiens u hombre moderno arribó al continente europeo hace unos 200.000 años provenientes de África. Europa ya estaba habitada por otras especies del género homo pero estas se habían separado y evolucionado paralelamente del hombre moderno, este prospero debido a su adaptabilidad ocupando y tal vez hasta absorbiendo a los otros grupos humanos residentes.

Desde entonces el lobo ha cambiado poco, ha sobrevivido a las glaciaciones y a la extinción de la mega fauna (tigres dientes de sable, mamuts, ciervos gigantes, osos de las cavernas entre otros) y proliferaron en Europa, Asia y Norteamérica ostentando el título del mamífero más versátil y adaptable, capaz de vivir en las congeladas estepas de Groenlandia, en los bosques templados de Francia, las eternas llanuras de Estados Unidos o los implacables desiertos de medio oriente. Al principio la relación entre lobos y humanos fue hostil, pues ocupaban los mismos territorios, cazaban las mismas presas y poseían básicamente la misma organización social. Los lobos por ejemplo se organizan de la siguiente manera, una pareja adulta dominante llamados lobos alfa son los que toman las decisiones sobre la caza, marcan el territorio y son los únicos de la manada que pueden procrear, los demás lobos de la manada ocupan distintos niveles en la jerarquía social pero todos son sumisos a la pareja alfa, suelen ser parientes cercanos de los líderes y participan en la crianza y cuidado de los lobeznos. Los lobos que no pertenecen a una manada tienen menos probabilidades de sobrevivir y de reproducirse, a menudo son matados por otras manadas de lobos cuando estos atraviesan un territorio ocupado.Los primeros humanos al igual que los lobos eran muy sociables, integraban grupos con una compleja organización social, usualmente eran familiares y trasmitían de generación en generación las técnicas de fabricación de herramientas, el lenguaje, el arte y posteriormente sus creencias religiosas, es decir, ya poseían una cultura primitiva la cual variaba de un clan a otro. A su vez eran nómadas, no habían aun domesticado ningún animal o aprendido a cultivar la tierra, desplegaban asentamientos temporales y luego migraban en busca de las presas.

Es probable que hombres y lobos se depredaran mutuamente cuando había oportunidad, pero por lo general trataban de evitarse y los grupos rara vez interactuaban por más de una estación ya que los humanos seguían las rutas migratorias de los renos y ciervos mientras que los lobos permanecían en territorios bastos pero muy bien delimitados. Algunos asumen que durante este periodo, hace unos 40.000 años empezó la transformación de lobo a perro, porque unos pocos lobos se separaban de su manada  y seguían los grupos humanos para alimentarse de las sobras que estos dejaban atrás. Al familiarizarse con los grupos humanos los lobos con una menor concentración de la hormona del estrés tal vez se aproximaban más a las personas y lentamente se integraban a la manada humana. Algunos científicos piensan que tal vez el ser humano tomo la iniciativa de capturar cachorros de lobo para emplearlos en la caza de grandes presas o para rastrearlas, pero por motivos que expondré más adelante esto es poco probable.  Si no fue en este momento que se produjo la inserción del lobo a la vida íntima de las comunidades nómadas, otra posibilidad sería cuando el ser humano abandono sus costumbres migratorias.

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