Desafio D Elas Ciencias Sociales
Onzalezanto29 de Noviembre de 2014
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Mi trabajo se basa en el libro de Rubén H. Pardo, 1-er ed., Epistemología de las ciencias sociales (perspectivas y problemáticas de las representaciones científicas de lo social), Buenos Aires, Editorial Biblos, 2012, (Editores responsables Héctor A. Palma/Rubén H. Pardo), (pág.126)
Voy a describir los conceptos básicos y el nacimiento de las ciencias sociales dentro de su desafío desde el naturalismo a la hermenéutica.
El nacimiento de las ciencias sociales.
Ciencias del espíritu, ciencias humanas o hasta incluso ciencias morales, son algunas de las manifestaciones polisémicas de un desafío quizá habría que decir de un malentendido que en su mismo origen nominal contiene el estigma esencial de la existencia de esas disciplinas que hoy en día también llamamos ciencias sociales. Desde bien dentro de lo que se conoció como proyecto filosófico de la modernidad tuvo lugar el nacimiento de un programa científico que completara, en el ámbito del conocimiento de la sociedad y del hombre, aquellos progresos y logros que las ciencias naturales habían alcanzado en el conocimiento del mundo natural. Precisamente en el modelo naturalista y esencialmente moderno de su matriz originaria reside el perfil siempre controvertido y el status científico nunca del todo claro de esos saberes nacidos con la misión de consumar el paradigma científico moderno: las ciencias sociales. (Pag.108)
Solo puede comprenderse el significado propedéutico de la creación de las ciencias sociales si somos conscientes de esta matriz esencialmente moderna de la idea de conocimiento científico desde la que fueron alumbradas y del consecuente modelo naturalista que llevan grabado en su origen. ¿Qué significa esto? Sencillamente que, en primer lugar, las ciencias sociales son tributarias, en su nacimiento, del sentido moderno de ciencia, signado por la centralidad normativa del concepto de método. Methodos palabra griega cuyo significado alude a un camino por medio del cual aproximarse a lo que debe conocerse en su sentido moderno sobre todo desde Descartes adquiere el sentido de un concepto unitario que, más allá de las peculiaridades del ámbito estudiado, implica la exclusión del error mediante verificación y comprobación. Así, la tendencia fundamental del pensamiento científico moderno es la de identificar el saber, el conocimiento propiamente dicho, la ciencia, con lo comprobante empíricamente, y por tanto, la verdad con la certeza. Sin embargo, como se planteara más adelante, quizá aquí tenga lugar el principal malentendido que hará del proyecto de las ciencias sociales un desafío continuo e inacabable, una suerte de repetición del destino de Sísifo, tal como refería Kant respecto del quehacer de la metafísica ya que tal vez estas disciplinas no puedan ocultar del todo ni desprenderse completamente de su otro origen, de su origen más remoto: el griego, arraigado no tanto en el concepto de episteme sino más bien en el de filosofía práctica, acuñado por Aristóteles. (Pag.104)
En segundo lugar, ´modelo naturalista´ significa, antes que nada, continuidad de las ciencias, posibilidad de traspaso automática de las normas de una las naturales a la otra las sociales, O, dicho en otros términos, creencia en la reducción de lo social a lo natural: el modo de acceso categorial y conceptual al mundo físico serviría también para explicar el sentido del mundo social; ambos se reducirían, por tanto, aun conjunto de hechos empíricos susceptibles de ser explicados mediante leyes.(Pag.104)
Este trabajo tiene como objetivo narrar ´el desafío de las ciencias sociales ‘esto es, relatar las paradojas, contradicciones y encrucijadas que de modo quizá ineludible minan el camino de las ciencias sociales, convirtiendo el programa moderno de un conjunto de disciplinas científicas que consumen el proyecto filosófico de la modernidad en un periplo cuya principal esencia termina siendo el pensarse constantemente así mismas.
El desafío consiste en la tarea, siempre inacabada y renovada, de pensar su propia identidad en tanto ciencias y en tanto saberes sociales. Ello, casi de manera inexorable, no puede dejar de realizarse sino a la luz o, para ser más precisos, a la sombra de su relación con que esta estigmática característica la de ocuparse no tanto del mundo social en tanto su objeto de estudio sino de la determinación de su propio que hacer se explica en el ya mentado doble origen de estas ciencias: el reciente o moderno, fundamentalmente naturalista , y el remoto o antiguo, más tributario del modo a partir del cual los griegos Aristóteles, por ejemplo pensaban la filosofía práctica. (Pag105)
2. La concepción naturalista-empirista
2.1 Los principios del naturalismo positivista en ciencias sociales
Ya se ha dicho que las ciencias sociales aparecen, desde su nacimiento mismo, como la continuación y consumación de un programa científico o para ser más amplios de un proyecto filosófico científico, que no es otro que el de la modernidad. Según este, debe procurarse trasladar ese progreso tan vertiginoso como impresionante que han experimentado las ciencias naturales desde la revolución científica de los siglos XVl y XVll al ámbito del conocimiento y control del mundo social. Vale decir, se trata de aplicar el modelo de las modernas ciencias naturales representadas paradigmáticamente por la ciencia físico matemática a esas nuevas disciplinas científicas que estaban siendo concebidas con la misión de hacer posible aquel mismo progreso, pero ahora en lo que concierne al conocimiento de la sociedad. ¿Y en qué consistía, básicamente, ese arquetipo de ciencia a partir del cual se construye la concepción naturalista de las ciencias sociales? Podemos sintetizarlo en los puntos que se verán a continuación. (Pag.107)
En primer lugar, puede afirmarse que una de las características principales y diferenciales de la ciencia moderna respecto de la anterior es la de su conciencia metodológica: el pensamiento moderno tiende de modo esencial a identificar el saber, el conocimiento propiamente dicho, la ciencia, con lo comprobable empíricamente y, por tanto, la verdad con la certeza. Esto es lo que posibilita, a partir del innegable avance de las ciencias naturaleza partir del siglo XVll, la reducción de la verdad a método. Así, un cuerpo de conocimientos, para que sea considerado científico, debe seguir necesariamente cierto procedimiento, ciertos pasos. Si una investigación cualquiera que esta sea omite o elude alguno de ellos los cuales son establecidos por la comunidad científica pierde inmediatamente su pretensión de cientificidad. En conclusión, la ciencia moderna es en su más pura esencia exigencia metodológica o dicho en otras palabras, el triunfo de la ciencia moderna como decía Nietzsche es el triunfo del método científico. (Pag.108)
Finalmente y sin la pretensión de agotar el significado del concepto moderno de ciencia, podría agregarse que el conocimiento científico, bajo el paradigma de la modernidad, es a la vez exigencia matemática, lo cual se manifiesta, sobre todo, en la inclinación casi inexorable a cuantificar todo cuanto se suponga que es objeto de ciencia, sean fenómenos naturales o sociales. Tanto es así que algunos llegan a creer que a mayor matematizarían o cuantificación de variables, más cientificidad.
Este es el ideal de ciencia que va a intentar implantarse a las aun balbuceantes y nuevas disciplinas científicas nacidas del ambicioso proyecto moderno de racionalización plena de la realidad. Si las recientemente creadas ciencias sociales modernas, como la sociología, la antropología, la psicología, o la historia por dar solo algunos ejemplos, lograran instituirse cabalmente como ciencias, en el sentido moderno de este término, deberán hacer esto mismo que han hecho las criteriosas ciencias naturales.
Esta primera y tradicional comprensión de las ciencias sociales aquí llamada concepción naturalista empirista se extiende incluso hasta nuestros días y sigue siendo, de algún modo, la visión dominante hasta estos albores del siglo XXI En ella podemos distinguir tres etapas o periodos todos desde ya comandados por la tradición de la filosofía anglosajona el positivismo fundado por Auguste Comte, el empirismo lógico, surgido del circulo de Viena, y lo que hoy en día se sigue denominando concepción estándar o consenso ortodoxo sobre las ciencias sociales . No será tema de este trabajo ya que nos exigiría extendernos demasiado explicitar las ideas de cada una de estas corrientes. Sin embargo, a los fines del desarrollo de nuestro tema, se será imprescindible referir las características o principios sobre los cuales se construye esta concepción naturalista-empirista, sea en su faceta positivista, en la vertiente del empirismo lógico o según los parámetros compartidos por la concepción estándar. (Pag.108)
1)Supuesto naturalista. Este supuesto, que da nombre a la concepción, consiste en homologar el mundo social al físico, entendiendo a ambos como estructuras invariantes en las que es posible encontrar regularidades empíricas. Esto significa que, sea lo que fuere lo social, en tanto objeto de ciencia debe ser considerado un conjunto de hechos empíricos a ser explicados. Esta reducción de lo social a lo natural, en la que se funda la visión naturalista de las ciencias sociales, limita y ubica todas las particularidades del mundo social nos referimos a sus características diferenciales respecto del mundo natural en un segundo plano. No importa que el científico social se escude en el carácter simbólico de aquello que estudia, ni siquiera que esgrima como
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