Desarrollo personal y para la convivencia
pachucaTrabajo6 de Julio de 2014
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Campo de formación: Desarrollo personal y para la convivencia
La finalidad de este campo de formación es que los estudiantes aprendan a actuar con
juicio crítico a favor de la democracia, la libertad, la paz, el respeto a las personas, a
la legalidad y a los derechos humanos. También implica manejar armónicamente las
relaciones personales y afectivas para desarrollar la identidad personal y, desde ésta,
construir identidad y conciencia social.
Asume la necesidad de reconocer que cada generación tiene derecho a construir
su propia plataforma de valores, y el sistema educativo la obligación de proporcionar
las habilidades sociales y el marco de reflexiones que contengan los principios esenciales
de una comunidad diversa, libre, democrática y justa, asumiendo que los valores
cambian, pero los principios esenciales para la convivencia son insoslayables.
Asimismo, acepta en las vivencias y el debate que se genera sobre ellas, su base
metodológica, para plantear el dilema ético retroalimentando la discusión con el estudio de
roles. Observa, en la estética, otro sustento de la ética, los ve como lenguajes que permiten
expresar la subjetividad que define la realidad en la que vive el ser humano y reconoce a la
expresión de la belleza y la sensibilidad como generadores de valores para la convivencia.
Las condiciones para establecer relaciones interpersonales armónicas y constructivas
serán, en todo caso, la autoestima, la autorregulación y la autonomía, migrando de una visión
heterónoma a la autonomía en la toma de decisiones del conocimiento y cuidado del cuerpo
que hacen otros, al cuidado del cuerpo por uno mismo. La autonomía implica el reconocimiento
de la responsabilidad individual frente al entorno social y natural; por ejemplo, al evitar
las adicciones cumplo mi responsabilidad con mi cuerpo al tiempo que cuido el entorno.
En este campo se integran, con la misma perspectiva formativa, los espacios curriculares
que atienden el desarrollo del juicio moral, el cuidado de la salud y la integración
de la corporeidad. En conjunto, estos espacios favorecen el trabajo colaborativo como
sustento de la confianza comunitaria para el siglo XXI.
El lenguaje estético que contienen las diversas expresiones artísticas contribuye
no sólo a crear públicos formados que disfrutan las artes, sino constituyen espacios de
detección de talentos que pueden favorecerse con apoyo especializado.
La integración de la corporeidad y el reconocimiento del movimiento inteligente superan
la visión tradicional del deporte, y lo orientan hacia una nueva pedagogía que asume el
desarrollo de la autonomía. Del mismo modo que con las artes, el talento deportivo puede
detectarse a temprana edad y recibir el apoyo especializado correspondiente.
Este campo de formación integra nueve espacios curriculares que contribuyen al
desarrollo personal de los estudiantes, además de brindarles elementos para construir
relaciones armónicas.
Su estudio inicia en preescolar con los campos formativos Desarrollo personal y
social, y Expresión y apreciación artísticas.
A continuación se describen las ocho competencias cívicas y éticas.
Competencias Cívicas y Éticas
Conocimiento y cuidado de sí mismo. Esta competencia es un punto de referencia para todas las demás;
consiste en la identificación de características físicas, emocionales y cognitivas que hacen a cada persona
singular e irrepetible, reconociéndose con dignidad y valor, aptitudes y potencialidades para establecer
relaciones afectivas para cuidar su salud, su integridad personal y el medio natural, así como para trazarse
un proyecto de vida orientado hacia su realización personal. Se desarrolla a la par que el reconocimiento
y la valoración de los otros, implicando el ejercicio de un pensamiento crítico y autónomo sobre su persona,
puesto que un sujeto que reconoce los valores, la dignidad y los derechos propios, puede asumir
compromisos con los demás.
Autorregulación y ejercicio responsable de la libertad. En el ejercicio de la libertad se expresa la capacidad
de las
personas para discernir los intereses y motivaciones personales con respecto de los demás, así como el análisis
de conflictos entre valores; consiste en la facultad de los sujetos de ejercer su libertad al tomar decisiones y
regular su comportamiento de manera responsable y autónoma con base en el conocimiento
de sí mismos,
trazándose metas y esforzándose por alcanzarlas. Aprender a autorregularse implica reconocer que todas las
personas pueden responder ante situaciones que despiertan sentimientos y emociones, pero también que poseen
la facultad de regular su manifestación para no dañar la propia dignidad o la de otras personas.
Respeto y valoración de la diversidad. Se refiere a las facultades para reconocer la igualdad de las personas
en dignidad y derechos, así como a respetar y valorar sus diferencias en su forma de ser, actuar,
pensar, sentir, creer, vivir y convivir. La diversidad es una condición inherente a cualquier forma de vida y
se expresa en aspectos como edad, sexo, religión, fisonomía, costumbres, tradiciones, formas de pensar,
gustos, lengua y valores personales y culturales.
También implica tener la posibilidad de colocarse en el lugar de los demás, de poner en segundo plano
los intereses propios frente a los de personas en desventaja o de aplazarlos para el beneficio colectivo.
Abarca la habilidad para dialogar con la disposición de trascender el propio punto de vista para conocer
y valorar los de otras personas y culturas. A su vez implica equidad, lo cual demanda el desarrollo de la
capacidad de empatía y solidaridad para comprender las circunstancias de otros, así como poder cuestionar
y rechazar cualquier forma de discriminación, valorar y asumir comportamientos de respeto a la
naturaleza y sus recursos.
Sentido de pertenencia a la comunidad, la nación y la humanidad. Esta competencia consiste en la posibilidad
de que los alumnos se identifiquen y enorgullezcan de los vínculos de pertenencia a los diferentes
grupos de los que forman parte, en los que se adquieren referencias y modelos que repercuten en la significación
de sus características personales y en la construcción de su identidad personal. El sentido de
pertenencia se desarrolla desde los entornos social, cultural y ambiental inmediato en que las personas
desarrollan lazos afectivos, se saben valoradas y comparten un conjunto de tradiciones, un pasado común,
pautas de comportamiento, costumbres, valores y símbolos patrios que contribuyen al desarrollo de compromisos
en proyectos comunes.
Mediante el ejercicio de esta competencia se busca que los alumnos se reconozcan como integrantes
responsables y activos de diversos grupos sociales generando disposiciones para participar constructivamente
en el mejoramiento del ambiente social y natural, interesarse en la situación económica del país,
cuestionar la indiferencia ante situaciones de injusticia y solidarizarse con las personas o grupos de diferentes
latitudes y contextos, desde la familia, los grupos de amigos y la localidad, hasta ámbitos más extensos,
como la entidad, la nación y la humanidad, de manera que se sientan involucrados, responsables
y preparados para incidir en los acontecimientos de su entorno próximo y ante el impacto de los procesos
de globalización económica, política y social, y sensibles con lo que les ocurre a otros seres humanos sin
importar sus nacionalidades.
Manejo y resolución de conflictos. Esta competencia se refiere a la facultad para resolver conflictos cotidianos
sin usar la violencia, privilegiando el diálogo, la cooperación, la negociación y la mediación en un
marco de respeto a la legalidad. El conflicto se refiere a las situaciones en que se presentan diferencias de
necesidades, intereses y valores entre dos o más perspectivas, y que afectan la relación entre individuos
o grupos. El desarrollo de esta competencia involucra la disposición para vislumbrar soluciones pacíficas
y respetuosas de los derechos humanos, de abrirse a la comprensión del otro para evitar desenlaces
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socialmente indeseables y aprovechar el potencial que contiene la divergencia de opiniones e intereses,
privilegiando la pluralidad y las libertades de los individuos. Su ejercicio implica que los alumnos reconozcan
los conflictos como componentes de la convivencia humana, y que su manejo y resolución demanda
de la escucha activa, el diálogo, la empatía y el rechazo a todas las formas de violencia. Asimismo,
plantea que analicen los factores que generan los conflictos, entre los que se encuentran diferentes
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