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Deterioro Ambiental

KarlozH13 de Junio de 2013

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INTRODUCCIÓN

El deterioro ambiental constituye uno de los signos característicos del tránsito de la humanidad

hacia un nuevo milenio. La responsabilidad sobre su regeneración y conservación plantea a cada

individuo, en el plano en el que se desarrolle, nuevos retos que comprometen sus capacidades

moral e intelectual.

Una de las frases más frecuentemente pronunciadas en los distintos ámbitos escolares es, sin

duda alguna, la educación ambiental. La sociedad en general está convencida de que ésta es una

de las misiones que las instituciones educativas deben asumir de aquí en adelante.

Esencialmente, a los niveles educativos superiores se les atribuye la responsabilidad de desarrollar

las capacidades de los individuos para coadyuvar a mejorar la calidad de vida en el planeta.

En el presente trabajo trato de definir qué y cómo la educación superior tiene la posibilidad de

incidir en la formación de los individuos integrando la dimensión ambiental como una prioridad que

guíe su desempeño personal y profesional en cualquiera de sus campos de desarrollo.

En primer lugar definiré lo que algunos autores conceptualizan como educación y educación

ambiental, y cómo se inserta en éste concepto tan amplio, la formación ambiental entendida como

responsabilidad concreta de las instituciones educativas de nivel superior. Comentaré

posteriormente cual es la problemática institucional que observo con respecto a la integración de

conceptos, metodología y prácticas educativas para asumir este reto, para concluir con algunas

ideas generales de las acciones con las cuales se pudiera responder a la problemática

socioambiental.

¿Qué significa la Educación?

El planteamiento de esta cuestión podría parecer ocioso si reconocemos que existe un largo

camino de estudios e investigaciones a través del cual las respuestas y definiciones son infinitas.

No es la intensión en este trabajo agregar una más a la lista, sino más bien abrir un espacio de

reflexión para revisar y replantearnos el significado de la educación y descubrir que los conceptos

e ideas sobre la misma están sometidos a constantes cambios de acuerdo a las perspectivas que

marcan las distintas épocas.

La época contemporánea, que ya es reconocida como posmodernismo, define ciertas tendencias

que los educadores debemos reconocer para orientar nuestra función, tales como la importancia

del proceso educativo, el desarrollo del pensamiento, la creatividad, la participación activa en la

sociedad, la corresponsabilidad social y la formación integral del ser humano; reconocer que en

nuestros días más que en otros tiempos la educación debe tener un significado social, es decir,

proporcionar respuestas válidas a las necesidades de su sociedad, a través de "despertar en el ser

humano su capacidad creadora y generadora de un nuevo orden natural y social" (Esquivel:2000,

pág. 6).

La educación "es un concepto global e integral que busca conjugar en el ser humano todos los

elementos que conforman el ambiente natural, biológico, psíquico, moral, espiritual, sin

marginación" (Esquivel: 2000, pág. 6), ni jerarquización, agregaríamos a ésta idea. Sea cual fuere

nuestro concepto o definición, entendamos que a partir de ello y de nuestro propio convencimiento,

debemos actuar de manera congruente, si deseamos que los aprendizajes de los alumnos

trasciendan en el tiempo y el espacio para la transformación de la sociedad.

La Educación Ambiental.Por algún tiempo se consideró a la educación ambiental desde un enfoque eminentemente

naturalista o ecologista, aparentemente guiado por un profundo sentimiento de culpabilidad

humana por la grave explotación de los recursos que la naturaleza ha otorgado al hombre para su

supervivencia.

Por fortuna quienes se han dedicado al análisis de la situación de crisis que vivimos en el planeta

en todos los aspectos, han logrado a través de sus intervenciones desde distintos ámbitos,

propiciar en el resto de la sociedad la necesidad de reflexionar y llegar a la conclusión de que el

ser humano forma una parte determinante de esa totalidad llamada naturaleza y que por lo tanto, lo

que ocurra a éste se constituye asimismo un efecto positivo o negativo según lo que estamos

viviendo.

Lo anterior lo podemos encontrar expresado en el discurso político y académico, para generalizar.

Sin embargo en la práctica dichas reflexiones encuentran una proyección aún pobre. He

comentado en párrafos anteriores que la sociedad responsabiliza a la educación de la misión

regeneradora y conservadora del ambiente. Sin embargo, dado que la educación en la amplitud del

término corresponde a la sociedad en general, a través de las instituciones creadas por ella misma

(familia, iglesia, escuela, estado) el problema ambiental se convierte en un asunto de

corresponsabilidad.

La educación ambiental en el plano formal, que en esta ocasión es el que nos ocupa, es entendida

como "integrante del campo general de la educación..." la cual "es un punto de encuentro y de

confluencia de distintos saberes... que posibilita romper las rígidas fronteras de las asignaturas

tradicionales del curriculum, para que los estudiantes encuentren nuevos significados a su proceso

formativo" (Soriano:1999).

Lo anterior significa que ésta no debe ya traducirse en una programación de actividades

ambientales temporales o constituirse en una moda, sino más bien incorporarse como un eje

transversal del curriculum formal y no formal. Es decir, ya ningún ámbito de formación humana

debe ignorar esta propuesta fundamentada en la perpetuación de la vida.

Por ello, debemos comprender que los fines de la educación, particularmente con relación al

ambiente, están más bien relacionados al entendimiento de nuestro propio objetivo de vida, como

seres sociales en relación estrecha con la naturaleza, acompañado de un compromiso por

trascender con nuestras enseñanzas en la formación, aprendizajes y participación de otro ser

humano para la sociedad. El actuar de acuerdo a esta convicción es factor esencial para llegar a la

comprensión de una situación por parte de quienes deban establecer un compromiso más alto que

el del observador indiferente.

Si bien es cierto, la responsabilidad de la conservación ambiental le corresponde enteramente a la

misma sociedad; sin embargo la autora R. Soriano afirma que la solución no se encuentra sólo en

manos de algunas instituciones sino que más bien "implica el diseño de estrategias que incluyan a

todos, con una corresponsabilidad diferenciada y objetivos establecidos colectivamente"

(Soriano:1999, pág. 42) para lograr que el ambiente sea percibido de manera integrada y despertar

la conciencia hacia su problemática.

En lo que concierne a la educación formal se afirma que la integración de la perspectiva del

desarrollo sustentable permite comprender al ambiente como parte de una problemática compleja

que requiere para su análisis tanto de un enfoque holístico como de un acercamiento

epistemológico y metodológico que posibilite analizar la articulación de los diversos procesos

presentes en la problemática ambiental, lo cual nos exige una articulación de diferentes ciencias,

saberes y disciplinas (Leff:1986, cit. por Soriano).

Cabe hacer la aclaración de que existe asimismo una distinción entre los términos, en tanto que

como destacamos anteriormente el primero tiene una acepción más amplia mientras que el

segundo es definido como "una educación ambiental especializada en cuanto se dirige a un grupo

especializado de profesionales... altos funcionarios y, en general, los planificadores y gestores quetienen a su cargo la elaboración de grandes directrices políticas y la toma de decisiones"

(UNESCO.1978).

Para las instituciones de educación superior en nuestro país (Seminario Internacional sobre

Formación Ambiental, 1990), la formación ambiental "implica esencialmente el proceso formal de

capacitación académica y de formación psicosocial del personal universitario calificado proveniente

ya sea del campo de las ciencias sociales, las ciencias naturales e interdisciplinario, tanto en sus

áreas básicas como aplicadas para la detección y manejo profesional del medio ambiente"

(Einsenberg, et. al:1990, cit. por Soriano).

En conclusión podemos afirmar que la educación ambiental debe constituirse en un proyecto vital

sin temporalidad, en cuyo proceso se distinguen ciertamente niveles y ámbitos de participación que

de ninguna manera deben trabajar desarticuladamente y con objetivos diferenciados, ya que el

esfuerzo conjunto y ordenado propiciará una mejora en el ambiente, que coadyuve a la evolución

de la vida en el planeta.

Problemática.

El hablar de problemáticas ambientales es ya cotidiano en todos los contextos. El hablar del origen

de éstas ha sido llevado a un plano objetivo a partir de la explotación de recursos, la distribución de

la riqueza, la destrucción natural

...

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