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Distractores De La Mente


Enviado por   •  6 de Febrero de 2013  •  1.620 Palabras (7 Páginas)  •  851 Visitas

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INTRODUCCION

Buena parte del rendimiento escolar o laboral depende de la concentración. La falta de atención en los estudios o en el trabajo desemboca en un rendimiento deficiente que puede corregirse con un aprendizaje adecuado. En este campo concreto los psicopedagogos aseguran que lo ideal es que desde pequeños los niños se acostumbren a estar concentrados en una tarea durante unos minutos, para que al llegar a la universidad sean capaces de leer y estudiar varias horas seguidas. Para ello, es muy importante ayudarles a crear un ambiente adecuado en el colegio y en casa, así como que padres y profesores les sirvan de modelos y les enseñen las técnicas más adecuadas de concentración.

Conseguir concentrarse en una tarea o mantener el mismo grado de atención durante varias horas es un reto y la clave está en evitar las circunstancias que someten a la persona a interferencias, ya que, a la hora de hablar de pérdida de concentración, se pueden distinguir diversos elementos que la favorecen. El potencial, la calidad y el equilibrio bioenergético personal son factores determinantes del nivel de concentración que puede alcanzar una persona.

DESARROLLO

Cuando tenemos un problema, el organismo destina automáticamente parte de nuestra bioenergía a su resolución, por lo que desciende nuestro nivel de concentración mental en las actividades que estamos realizando, tanto si son psíquicas como físicas. Por tanto, a más problemas, más dispersión bioenergética y menor capacidad de concentración", advierte Benavent Oltra.

Las circunstancias personales influyen de manera importante en la falta de concentración. Cuando la persona tiene un problema, resulta difícil mantener la atención en los estudios o en el trabajo y la tendencia es pasar la mayor parte del tiempo dándole vueltas a ese problema. Cuando estamos preocupados, podemos conseguir un estado de atención o de vigilia, es decir, estar conscientes de lo que estamos haciendo. Sin embargo, lo que parece más difícil es centrar toda nuestra energía en una determinada actividad, estar concentrados en ella y desarrollarla adecuadamente.

Según Nieves Pérez, del Gabinete de Psicología Psike, lo que ocurre es que la persona se concentra, pero en su problema, que ocupa toda o la mayor parte de la atención, por lo que reconoce que "para poder centrarse en una actividad se necesita un nivel de activación y cierta motivación". Precisamente, la falta de motivación es otro factor que influye negativamente a la hora de conseguir un grado de concentración adecuado. Esto es lo que ocurre cuando la tarea que se desempeña no es del gusto de quien la realiza o bien es monótona y repetitiva. "En la medida en que estemos menos motivados, nuestro grado de concentración será menor", constata Gutiérrez Crespo, quien asegura que cuando una tarea "no da juego a la creatividad de la persona, a que pueda aportar sus propios elementos personales, el grado de concentración también baja.

La distracción es parte relevante de los medios de comunicación. Muchos programas de televisión son pura distracción y evasión, así como las películas, revistas y programas de radio. Pero la distracción ha sido utilizada por muchos persuasores para aderezar sus mensajes, esperando que ésta hiciese más digeribles las comunicaciones persuasivas, quizá poco atractivas en sí mismas.

Toda comunicación de masas está rodeada de factores que distraen a la audiencia en mayor o menor grado : el ambiente del hogar, los ruidos, las distracciones mentales, actividades que tiene lugar al mismo tiempo que la exposición a los medios, etc. la distracción inducida conscientemente, que sirve para realizar mensajes en clave persuasiva.

Distracción es un término usado para describir una desviación de la atención por parte de un sujeto cuando éste debe atender a algo específico. La distracción puede ser un fenómeno absolutamente mecánico, y puede ser causado por una inhabilidad de prestar atención, una falta de interés en el objeto de la atención, un mayor interés o atracción hacia algo diferente al objeto de la atención o bien por trastornos de la atención. De hecho, los índices más sensibles al deterioro de la función ejecutiva son el índice de la capacidad de distracción y el índice de proceso que identifican la memoria de trabajo y la velocidad de trabajo en tareas sencillas.

Las distracciones provienen de fuentes externas, como los reconocidos por los estímulos y sentidos físicos, o por fuentes internas, como el pensamiento, emoción, fantasías o urgencias físicas.

Los pequeños y recurrentes lapsus de atención aumentan el riesgo de que nuestros pensamientos se vean atrapados por componentes ambientales no deseables. Aparecen de forma habitual en sujetos sanos, pero aumenta en diversas patologías, y en especial en los pacientes que padecen un síndrome frontal o una

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