ENSAYO “PERFIL CLINICO”

ENSAYO

“PERFIL CLINICO”

El primer capitulo, que lleva por titulo, “Perfil Clinico” del libro Signos y Sintomas Cardinales de la Enfermedad por Horacio Jinich, nos da una detallada introducción sobre cómo debe de pretender ser el buen médico mencionando aspectos de su templanza y formas de ver la vida. El texto engloba bastante bien lo tradicional con lo moderno creando una idea que llega ser más que una introducción un mensaje motivacional e inspirador. 

Bastará con leer las dos primeras líneas para despertar la curiosidad de saber a que se refieren exactamente las siguientes palabras: “El buen clínico, como todo buen médico, no es un médico erudito, sino un médico sabio”. ¿Qué nos querrá decir? Sencillo, hay que darse cuenta que desde que entramos a esta carrera nos vemos enredados en una serie de problemáticas y pues claro no es nada fácil, desde las horas y horas que invertimos quemándonos las pestañas leyendo, interminables noches de desvelo, y sacrificando todo aquel tiempo que pudiéramos invertir en amigos, novia(o), familia con tal de poder estar preparado para el examen de la materia más pesada tiene solo una finalidad prepararnos para el mañana. Estar preparado, es estar consciente que somos demasiado ignorantes y a pesar de ello no aflojar la cuerda y estar a la vanguardia siempre. No para andar fanfarroneando, ni para sentirse más que los demás, esto no es una competencia contra los demás, es exclusivamente contra uno mismo.

En este hermoso arte, que es largo y arduo el recorrido, recordando una vez más no es una competencia de velocidad, es de resistencia, donde tu único rival eres tú. Tal como lo mencionan los párrafos uno de los valores más importantes para  el médico es la humildad, dice mi madre siempre que la humildad es lo único que me llevará lejos. El error fatal de muchos clínicos es olvidarse de esta pieza importante, dónde con la acción de sentirse unos eruditos se les olvida y caen en un mar donde el hay mas ego que inteligencia. Es triste de ver estos comportamientos, porque tu lo vez y observas y piensas que son buenos elementos que lástima o que desperdicio que no sean bien educados para comportarse como debiesen, cómo se aspira que el médico sea.

En resumen alguien que aspira ser buen galeno deberá desde el principio de sus camino por este arte, saber la diferencia entre un buen médico y un médico del montón, ya he escuchado en ocasiones repetidas por parte de ciertos personajes, que no mencionare, frases  cómo “Ya somos muchos médicos cómo para traer más y todavía que sean malos”.

El texto señala ciertos principios del médico que recordando un poco la historia son aspectos que cada cultura a añadido con el paso del tiempo La cultura china por ejemplo, puesto que se basaban sobre la virtud, transmitían lo positivo y hacían enfásis en “la absoluta sinceridad del médico”. Además eran muy humanitaristas y siempre ayudaban a las personas necesitadas de sus servicios siendo generoso con quienes no puedan remunerarlo, estas acciones lo catalogaban como un buen médico, por otra parte un mal médico era ambicioso, usa remedios malhechos y descuida en general el malestar de sus pacientes. Otra cultura como la hindú y budista, tienen hasta un listado especifico de cómo debe de manifestarse el buen médico con aspectos como mantenerse limpio, vestir bien, de un comportamiento grato y obligado a decir siempre la verdad. Todo esto con el fin de tener médicos de calidad preocupados por la vida y bienestar de sus paciente, dejandolos por encima de todo, ni siquiera sus propias necesidades eran tan importantes como su propio paciente. Trasladandonos en la historia a la época griega además de todas las características redactaras  anteriormente, los griegos consideraban la medicina un arte. ¿Un arte? ¿Cómo podría ser un arte? No se basa en instrumentos de los médicos, sino en los dones humanos de los médicos. Palpar, mirar, esuchar y acompañar son algunos de los elementos que hacen de la medicina un arte. Tal cómo lo menciona Jinich: “El buen clínico sabe hacer uso de su vista, oído, olfato, y de sus manos para observar, palpar, oler, percutir y auscultar el enfermo.”

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