EQUINOCCION DE PRIMAVERA Y VERANO

1. EQUINOCCION DE PRIMAVERA Y VERANO

1.1 FECHA EN LA QUE OCURREN EL EQUINOCCIO DE PRIMAVERA Y VERANO.

Se denomina equinoccio al momento del año en el que el sol está situado en el plano del ecuador terrestre. Ocurren dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año, época en que los dos polos terrestres se encuentran a una misma distancia del sol, así la luz se proyecta por igual en ambos hemisferios.

EQUINOCCIO DE MARZO.

EQUINOCCIO DE SEPTIEMBRE

Día: 21 de marzo

Día: 21 de septiembre

Lugar: Hemisferio norte

Lugar: Hemisferio norte

Suceso: paso del invierno a la primavera

Suceso: paso del verano al otoño

1.2 ¿PORQUE SUCEDEN ESTOS FENOMENOS EN LA MISMA FECHA?

El calendario solar maya era preciso que el que hoy utilizamos. Muchos edificios fueron construidos con el propósito de escenificar fenómenos celestes en la tierra, como el castillo de Chichén Itzá.

Entre los mayas, la cronología se determinaba mediante un complejo sistema calendárico. El año comenzaba cuando el sol cruzaba el cenit el 16 de julio y tenía 365 días; 364 de ellos estaban agrupados en 28 semanas de 13 días cada una, y el año nuevo comenzaba el día 365. Además, 360 días del año se repartían en 18 meses de 20 días cada uno. Las semanas y los meses transcurrían de forma secuencial e independiente entre sí. Sin embargo comenzaban siempre el mismo día, esto es, una vez cada 260 días, cifra múltiplo tanto de 13 (para la semana) como de 20 (para el mes). El calendario maya, aunque muy complejo, era el más exacto de los conocidos.

En las fechas en las que se proyectan estos fenómenos, el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugares de la tierra.

1.3 SIGNIFICADO DE LOS EQUINOCCIOS PARA LA CIVILIZACIÓN MAYA

El equinoccio es de gran significado para muchas culturas ya que marca el comienzo de la primavera en el hemisferio norte, y el otoño en el hemisferio sur. Solo en esta fecha al amanecer el sol sale por el ecuador del planeta, marcando de forma exacta el punto cardinal este, y en su ocaso el oeste.

Los equinoccios también fueron aprovechados por los mayas pues no solo marcaban el inicio de la primavera sino también el ciclo de preparación de la tierra y estar listo cuando Chaac, el dios de la lluvia, regalara las primeras gotas de agua que, al humedecer la tierra, la dejaban lista para germinar las semillas de maíz que las manos del hombre dejaran caer y en septiembre, al registrarse el siguiente equinoccio, recoger las cosechas.

1.4 TEORIAS HACERCA DE LA CONSTRUCCION DE LA PIRAMIDE DE KUKULCAN

Los antiguos mayas, observadores por naturaleza, no solo dedicaron su atención a los astros, sino que se percataron del cambio de las estaciones y se dieron cuenta de la correspondencia de momentos importantes del ciclo agrícola con la posición del sol y los fenómenos celestes. Comprendieron que era necesario registrar y calcular tales fenómenos para establecer el ritmo cronológico. Esto determinaba la necesidad de inventar signos para representar los cuerpos celestes, los periodos del tiempo y su conteo.

Generalmente las construcciones de los mayas se orientaban los puntos cardinales y la trayectoria de los astros, pues el sol, la luna y las estrellas formaban parte de su concepción cosmológica. De entre los testimonios arqueológicos destacan Dzilchaltun, Uxmal, Chichén Itzá y Tulúm, todos son una muestra de su gran ingenio para diseñar y construir edificios en coordinación exacta con el fenómeno natural que quería resaltar, como el caso de los equinoccios.

Todos los 21 de marzo y los 21 de septiembre puede observarse en la pirámide de kukulcan (o templo de kukulcan) ubicada Chichén Itzá (México), el increíble fenómeno único del mundo: “el ocaso simbólico de Kukulcan.”

La pirámide de Kukulcan ubicada Chichén Itzá es sin lugar a duda, una obra magnífica de la construcción maya-tolteca. La pirámide se clasifica como un sepulcro por el enorme número de tumbas que se encuentran en el lugar. Este inigualable monumento, sostenido por una base cuadrada de 55.5 m. de sitio, se edificó especialmente para Kukulcán. Es una colosal construcción con nueve cuerpos que se escalonan y cuatro frentes decorados con representaciones de animales, entre ellos tigres y serpientes. Por lo que se comprueba la teoría de algunos estudiosos que afirman que la pirámide de Kukulcán ubicada en Chichén Itzá fue construida con el único fin de adorar al Sol.

Construido hacia el 800 de nuestra era, es un asombroso calendario solar que marca los días del año así como los equinoccios de primavera y de otoño. Es un templo de forma piramidal de 28 metros de altura con 91 escalones en cada una de sus cuatro caras. Los escalones son un registro en piedra del año solar.

Gracias a la orientación del Castillo, durante los equinoccios de primavera y otoño, al ponerse el sol se dibuja en uno de los muros laterales el cuerpo de una serpiente deslizándose por él, gracias a un juego de luz y sombra.

1.5 ¿CÓMO SE LLEVA A CABO EL EQUINOCCIO?

Los equinoccios ocurren cuando el sol está en el primer punto de Aries o en el primer punto de libra. El primero es el punto del ecuador celeste donde el sol en su movimiento anular aparente por la eclíptica pasa de sur a norte respecto al plano ecuatorial y su declinación pasa de negativa a positiva. En el primer punto de libra sucede lo contrario: el sol aparenta pasar de norte a sur del ecuador celeste, su declinación pasa de positiva a negativa.

Los equinoccios realmente son un momento particular en el calendario, un instante de tiempo que ocurre a una hora determinada; en vez de todo un día (aunque acostumbramos llamar equinoccio o día equinoccial a la jornada en que ocurre este instante).

En los equinoccios el sol sale exactamente por el este y se pone exactamente por el oeste, siendo la duración del día igual a la de la noche. En el movimiento diurno media circunferencia ocurre por arriba del horizonte (día) y la otra media por debajo (noche).desde el ecuador latitud 0°, el sol sigue aparentemente una trayectoria vertical, desde que nace por el este hasta que se pone por el oeste, alcanzando al mediodía el cenit del observador (amarillo).

Por el contrario, desde los polos, bien sea el norte o sur (azul), el Sol no se levanta sobre el horizonte, sino que describe un circulo rasante. Prescindiendo de la refracción, se verá sólo medio disco solar durante todo el día; ni amanece, ni culmina, ni se pone.

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