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Educacion Ambiental


Enviado por   •  30 de Junio de 2013  •  1.677 Palabras (7 Páginas)  •  215 Visitas

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El creciente deterioro de la capa de ozono, el calentamiento global, las inundaciones, sequías prolongadas, deslaves y desastres ocasionados por fenómenos naturales, son noticias cada vez más frecuentes en los diversos medios de comunicación que alertan al mundo sobre posibles condiciones de inhabitabilidad del planeta tierra o de la no sobrevivencia de algunas especies existentes, entre ellas la especie humana.

Esto ha provocado un clima de preocupación entre algunos docentes de las Instituciones de nuestro país, quienes mostramos inclinación a la búsqueda de correctivos probables que permitan poner en práctica estrategias de formación desde el aula a aquellos estudiantes que están bajo nuestra formación.

La emergencia ambiental que vive Venezuela es básicamente focalizada en la escaza cultura ecológica de la población, ya sea por su modo de consumo o por el conocimiento precario que tiene sobre los modos de conservación de la naturaleza.

Problemas de basura o desechos sólidos y líquidos, así como tala, quema y explotación indebida de los recursos naturales son consecuencia de escazas políticas de educación ambiental y promoción de nuevas actitudes ante los retos que nos imponen los cambios climáticos para las próximas décadas.

La inclusión de la Educación Ambiental como parte de las políticas educativas ha avanzado bastante en los últimos años, aunque no lo suficiente. Muestra de estos avances lo constituye la directriz emanada de organismos como la UNESCO, el Proyecto de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Proyecto de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), así como otros nacionales e internacionales; referida al hecho de incluir la Educación Ambiental como eje transversal en los sistemas educativos, entendiéndose a ésta como el proceso de concientización del respeto, valor y cuidado de la vida, lo que incluye el entorno del ser humano, para evitar el deterioro del ecosistema y aminorar el impacto ambiental negativo.

En Venezuela, esta propuesta ha sido asumida en el diseño curricular vigente de educación básica para la segunda etapa. Sin embargo, al parecer la escuela ha tenido poco éxito al respecto, prueba de esto es la actitud que tiene el ciudadano común frente a su ambiente. Situación que quizás se debe a la poca vinculación entre las instituciones educativas y las comunidades, las cuales no participan mancomunadamente y con una visión integradora en la resolución de problemas ambientales.

Nuestra Carta Magna en el Título III Capítulo IX referente a los Derechos Ambientales, concretamente en el artículo 127: “Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado…”, da un vínculo de carácter Constitucional al derecho por la educación ambiental en la nación y la base moral y jurídica para que en nuestro país se impulse la acción legal para que se adecuen los pensum de estudios con el objetivo de preservar la naturaleza y los recursos de Venezuela.

Por su parte en el artículo 107 nuestra Constitución establece, sin distinción y/o restricción, la Educación Ambiental en todas las escalas del sistema educativo venezolano: “La educación ambiental es obligatoria en los niveles y modalidades del sistema educativo, así como también en la educación ciudadana no formal…”

De igual forma, este mandamiento normativo constitucional lo desarrolla la Ley Orgánica del Ambiente de la República Bolivariana de Venezuela que señala en el Título IV los lineamientos para la educación ambiental, específicamente en su artículo 35 N° 1° donde dispone taxativamente: “Incorporar una signatura en materia ambiental, con carácter obligatorio, como constitutivo del pensum en todos los niveles y modalidades del sistema educativo bolivariano, dentro del continuo proceso de desarrollo humano, con el propósito de formar ciudadanos y ciudadanas ambientalmente responsables, garantes del patrimonio natural y sociocultural en el marco del desarrollo sustentable.”

A este aforo normativo, se le suma la Ley Orgánica de Educación en su artículo 6º, Nº 2, literal c, que expresa: “El obligatorio cumplimiento de la educación en la doctrina de nuestro Libertador Simón Bolívar, el idioma castellano, la historia y la geografía de Venezuela; y el ambiente en las instituciones y centros educativos oficiales y privados, hasta la educación media general y media técnica. Así como la obligatoria inclusión, en todo el Sistema Educativo de la actividad física, artes, deportes, recreación, cultura, ambiente, agroecología, comunicación y salud”; artículo 14 ….” La educación ambiental, la enseñanza del idioma castellano, la historia y la geografía de Venezuela, así como los principios del ideario bolivariano son de obligatorio cumplimiento, en las instituciones y centros educativos oficiales y privados”; y en su artículo 15, literal 5º….”Impulsar la formación de una conciencia ecológica para preservar la biodiversidad y la sociodiversidad, las condiciones ambientales y el aprovechamiento racional de los recursos naturales”.

Sin embargo es necesario destacar, que la realidad educativa muestra aun en muchos casos que el estudiante se convierte en receptor y repetidor de las enseñanzas que se le imparten por lo cual si no se plantean situaciones de aprendizaje donde las estrategias sean más dinámicas y en relación directa con el ambiente en el que se desenvuelve, se pierde entonces la esencia de las mismas.

Cabe destacar que en la actualidad, la comunicación directa con el ambiente y sus bondades permite a los estudiantes desarrollar valores morales contextualizados en una realidad que se ha venido deteriorando por el desconocimiento de algunos docentes para implantar programas de concientización hacia la naturaleza, sus recursos y los beneficios que ella proporciona a los seres vivos. Esto, porque se ha automatizado el proceso de enseñanza perdiendo las bases humanísticas que los antepasados dejaron como legado para la formación del individuo.

Lo anteriormente expuesto permite determinar la importancia que representa crear en el estudiante un sentido de pertenencia para que desarrolle sus capacidades con extremo apego al ambiente donde cumpla sus labores educativas y de esta manera aprenda a valorar su entorno.

Un programa de educación ambiental implica la exposición general de intenciones, estrategias y acciones que una comunidad educativa desea emprender para desarrollar coherentemente la acción educativa ambiental. Un aspecto fundamental de un programa de educación ambiental es su dimensión estratégica, pues no sólo ha de manifestar las intenciones que lo mueven sino que ha de establecer de forma sistemática, las vías a través de las cuales pretende conseguir sus finalidades, la evaluación a través de un monitoreo seriamente planteado y donde se puedan observar las implicaciones para lo cual está diseñado.

Esta implicaciones requieren considerar no sólo la aplicabilidad de estrategias como un medio para el aprendizaje, sino también como un espacio de vida por lo que ha de salir al paso de las necesidades reales y los retos que esa comunidad educativa tiene planteados, tomando en cuenta el deterioro ambiental que está viviendo el planeta en la actualidad, donde la principal causa es la falta de concientización ambiental de los estudiantes en sus bases formativas iniciales.

Es por esta razón que los juicios disciplinarios y los problemas ambientales así como los contenidos de las diferentes áreas curriculares han de ser analizadas y formuladas teniendo como norte las finalidades educativas, especialmente de carácter procedimental y actitudinal, derivada de las grandes necesidades de cuidar y preservar el ambiente. Desde la transversalidad, la integración de la educación ambiental en el currículo requiere la elaboración de una perspectiva que considere lo ambiental como un principio didáctico, es decir, como una dimensión que debe estar siempre presente en la toma de decisiones respecto a cualquier elemento curricular y a la vez relacionarlo con todas las áreas de estudio.

Uno de los caminos más interesantes para redescubrir el potencial de los estudiantes y sus infinitas posibilidades no exploradas existentes en su propio ser, es buscando ver más allá de su actuación escolar; es decir, conociendo como es su vida en el hogar, sus costumbres, lo que aprenden de sus padres y familia, para poder mediar en su autovaloración definida por su autoestima.

La situación se presenta por falta de aplicación de estrategias que permitan desarrollar un aprendizaje significativo en lo que a educación ambiental se refiere, el contenido actitudinal y procedimental de la planificación no está enfocada a desarrollar una conciencia ambientalista donde se logre la participación activa de los estudiantes para lograr una aptitud asertiva hacia la naturaleza.

A partir de esta premisa y basado en los planteamientos ambientalistas, surge la necesidad de analizar la praxis de la función educativa que se realiza en las instituciones educativas, así como la planificación educativa relacionada con el área de educación ambiental, resaltando la importancia del rol del docente como orientador de aprendizajes significativos, ya que es responsabilidad del docente orientar el aprendizaje de los estudiantes recordando que son un modelo a seguir y que su actuación en el aula y fuera de ella es un patrón que el estudiante copia y multiplica a medida que crece y se desarrolla.

Por tanto es el docente el encargado de formara en el estudiante una concepción positiva de los aspectos relevantes del comportamiento social, dejando sentado un precedente de valores éticos que le permitan al estudiante adquirir sentimientos de solidaridad, armonía y paz basado en el conocimiento y manejo de los valores primordiales para convivir en un ambiente armónico elemental, dando la debida importancia a la naturaleza, sus bondades y la realidad del contexto donde se desarrolla el ser humano y el medio en que vive.

Se aprecia la necesidad de diseñar un programa de capacitación ambiental en las instituciones educativas, fundamentado en una conciencia ambientalista para optimizar la praxis educativa de los docentes con la finalidad de mejorar la formación en materia ambientalista entre los estudiantes.

Así también, es recomendable llevar una evaluación constante basada en correctivos, con la finalidad de buscar la estrategia más adecuada que permita desarrollar en el estudiante las habilidades y destrezas relacionadas con educación ambiental, basada en una formación ideológicamente ambientalista y conservacionista.

Es recomendable por otro lado, verificar el aspecto cognitivo de los estudiantes, para a través de este sondeo conocer lo que el niño y la niña maneja, y así enfrentarlo a nuevos conocimientos, preparándolo para la obtención de nuevos retos apegado a los valores éticos y morales hacia la naturaleza y sus recursos.

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