El Océano Pacífico...un problema de fondo
Enviado por Aura Rodríguez • 25 de Octubre de 2022 • Ensayos • 1.174 Palabras (5 Páginas) • 30 Visitas
El Océano Pacífico…un problema de fondo
"Qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano" (Arthur Clarke)
El planeta tierra es visto desde el espacio y en el imaginario común, como un gran globo azul, el cual recorre la bóveda oscura del universo dejándose iluminar por el sol. El profundo azul se desprende de la vastedad de los océanos, mares y grandes lagos que componen el globo terráqueo.
Esta vastedad azul representa el 70% de agua y según el sitio web jumapam.gob.mx el 97.5% del agua en la tierra se encuentra en los océanos y mares de agua salada, únicamente el restante 2.5% es agua dulce. Del total de agua dulce en el mundo, 69% se encuentra en los polos y en las cumbres de las montañas más altas y se encuentra en un estado sólido.
El más grande de los cuerpos de agua lo llamamos Océano Pacífico o Gran Océano y es en efecto el más extenso, profundo y violento de los océanos del planeta. Su nombre se le atribuye a Fernando de Magallanes, quien encontró muy apacibles sus aguas. Su ubicación se encuentra en el espacio intermedio entre las costas América, Asia y Oceanía. Sus aguas forman parte del territorio de 53 países diferentes.
Pero el mayor de los Océanos, se encuentra actualmente bajo amenaza por las actividades antrópicas, que según los expertos representan un peligro que crece exponencialmente con la propia evolución humana.
La contaminación del Pacífico es un tema complejo de tratar, ya que por su extensión (15.000 kilómetros de Norte a Sur) cubre un área total de 155.557.000 kilómetros cuadrados, lo que implica que la contaminación ocurre de diversas formas, bien sea por los derrames petroleros, el tráfico marino de grandes embarcaciones, los vertederos de aguas servidas que modifican su composición y salinidad, o por el vertido de desechos sólidos (plástico, predominantemente).
En este sentido más preocupante son los desechos sólidos que se han ido acumulando a través de los años y que circulan sobre sus corrientes, (Las Coriolis) depositándose en tres grandes regiones del pacífico, formando lo que algunos expertos han bautizado como “la isla de basura” o el “séptimo continente”.
El séptimo continente debe su ubicación en el Pacífico Norte a los llamados puntos de corriente en vórtice, es decir, vientos que giran en direcciones opuestas creando remolinos y, por ende, atrayendo residuos procedentes de diferentes puntos del planeta.
Un monstruo compuesto de 80.000 toneladas de plástico que, más allá de una cuestión climatológica, responde a los hábitos y actividades humanas, son inherentes a las formas de consumo, pero también son el reflejo de su impacto negativo en la naturaleza. Según la organización Greenpeace “Los plásticos vertidos al mar se van degradando lentamente en microplásticos que ya han entrado en toda la cadena trófica marina formada por aves, peces, moluscos o plancton”, por esta razón el problema es más profundo de lo que se puede apreciar.
En numerosos reportes de páginas ecologistas en la web se consiguen fotografías del contenido estomacal de aves, peces y animales marinos compuesto por pequeños (y no tan pequeños) trozos de juguetes o artículos de plástico. Esta realidad parece lejana cuando se observa en redes sociales, pero en el caso de los países costeros como Venezuela, es habitual ver cómo año a año, toneladas y toneladas de basura son arrojadas a los cuerpos de agua sin generar ninguna acción para mitigar este daño.
La Isla de basura no es el único problema de fondo, en toda la plataforma continental del pacifico se extrae y transporta crudo y los accidentes, derrames y efectos nocivos de esta actividad se resumen en lo que señala Aponte et al (2022):
Cuando el petróleo se encuentra en el agua, este empieza a emulsificarse y diluirse, ingresa a las redes tróficas y puede iniciar procesos de bioacumulación (Shiu et al., 1990; Almeda et al., 2013). Otra parte de este petróleo es dirigido hacia la atmósfera en forma de gases (por medio de la evaporación y fotooxidación), mientras que fracciones remanentes pueden adherirse a compuestos orgánicos presentes en la columna de agua y se precipitan hacia el fondo del mar en forma de gránulos (Keramea et al., 2021) (p.4)
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