El Orden Constitucional

Al igual que nuestra legislación, en la argentina, según el texto leído, la constitución es la base sobre la cual se asienta el orden legal del país, fundamento de los derechos y las garantías que asisten a todo ciudadano, en cuanto, a diferencia de la Argentina en nuestro país, las leyes dictadas por el Congreso de la República de Guatemala, son de observancia obligatoria para todos los habitantes de la República de Guatemala.

La independencia Judicial, tiene como fundamento la soberanía nacional que descansa en los tres poderes del Estado, el Organismo Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en concordancia con el sistema de pesos y contrapesos, siendo la debilidad principal, a criterio personal, que en nuestro país los jueces –ejes fundamentales del sistema de justicia- no cuentan con estabilidad laboral como en otros países, y su remoción, es hasta cierto punto una sencilla forma de aplacar la independencia por parte de poderes paralelos que se relacionan directamente con la Corte Suprema de Justicia, ya que la elección de los magistrados es una actividad eminentemente política, por lo que podría establecerse que tristemente la independencia judicial es una ficción legal en nuestro país. Defensa en juicio, la jurisprudencia, es fuente importante de derecho en nuestro país y por lo tanto, puede tenerse como medio de prueba suficiente para asentar base respecto a una decisión judicial, la garantía del debido proceso es el elemento suficiente para evitar una tardada y viciada actividad jurisdiccional.

La valoración de la prueba es un derecho inherente a los litigantes y asegurado por nuestra constitución y determinada su forma en la norma adjetiva penal, evitando de esta forma una sentencia arbitraria, entendiéndose ésta como excederse en el límite de las posibilidades interpretativas que el ordenamiento deja al arbitrio del juez, asegurando de esta forma una sentencia justa, siendo esta ley del caso particular que resuelve, resultando el derecho una realidad tridimensional donde se conjugan norma, conducta y valor, la arbitrariedad constituye una especie de puente que permite convertir una cuestión originariamente perteneciente a un asunto a razón de observancia general, el absurdo en la apreciación de la prueba puede ser material, cuando, se tiene por tal a una constancia inexistente, que demuestra algo distinto a lo afirmado en la sentencia, sentando así una conclusión en contradicción con las constancias de la causa, es decir, aplicando reglas procesales como la sana crítica razonada en el argumento determinando la convicción lógica y legal a manera de conllevar la misma en un parámetro congruente y, sin embargo, fallar en sentido totalmente contrario atentando contra lo ya considerado por el juzgador en su razonamiento, demostrando así la arbitrariedad del juzgador en la valoración de la prueba como lo es también omitir en la valoración

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