El consumo de las familias

MACROECONOMÍA

EL CONSUMO DE LAS FAMILIAS

El consumo de las familias de todos los flujos que componen la demanda agregada, es el de mayor importancia. Este flujo de gasto se subdivide en por lo menos tres categorías, definidas a partir de la duración de los bienes y servicios consumidos: los no durables, los semidurables y los duraderos. Los alimentos, la vestimenta y los artículos electrodomésticos son, respectivamente, ejemplos de estas tres categorías.

Totalizadas las sumas de los gastos de las familias con estas tres categorías de bienes y servicios de consumo, responden a un conjunto d factores determinantes. Los de mayor importancia son los siguientes:

INGRESO Y RIQUEZA

• Nivel de ingreso disponible, transitorio y permanente.

• Nivel de riqueza de las familias

ESTRUCTURA DE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO Y LA RIQUEZA

• Grados de concentración de los consumidores en cuanto a las condiciones futuras de abastecimiento.

• Participación de los diferentes estratos socioeconómicos en el ingreso agregado.

ESPECTATIVAS Y CULTURA DOMINANTES

• Expectativas de los consumidores en cuanto a las condiciones futuras de abastecimiento.

• Expectativas de los consumidores en cuanto a la evolución del nivel general de precios.

• Rasgos culturales predominantes: características del proceso de emulación social.

CANTIDADES Y CRÉDITO

• Disponibilidad y costos de crédito al consumidor.

• Patrones y niveles de las cantidades de los consumidores e invitación a su actualización y renovación.

INGRESO Y RIQUEZA.

De todos los factores mencionados, el nivel de ingreso disponible es lo q las comprobaciones empíricas consideran más importante. El consumo de las familias se da como una sunción del ingreso disponible, a medida que el ingreso disponible se eleva, los gastos en consumo también tienden a aumentar y a la inversa. El ahorro de las familias también es una función directa del ingreso disponible.

En consecuencia, además del ingreso normal disponible, las diferentes formas de riqueza, humana y material, financiera y real, de las que son dotadas las familias, también afectan sus gastos en consumo y sus niveles de ahorro. El patrimonio de las personas expresado como capital humano y de otras formas de riqueza, afecta los patrones normales del consumo.

Esta hipótesis se esclarece cuando se comparan las propensiones a consumir y a ahorrar en dos personas diferentes, ambas con el mismo ingreso normal, digamos de $15000 anules. Si las cantidades de riqueza material de una de ellas fuera $500000, mientras que la otra alcanza $100000, es bastante probable que las primera tendrá una propensión a consumir supuestamente mayos, especialmente si la riqueza mayor estuviera correlacionada con mayores cantidades de capital humano acumulado.

ESTRUCTURA DE LA DISTRIBUCION DEL INGRESO Y LA RIQUEZA

Para la economía en conjunto, otro factor de gran importancia en la determinación de la relación entre los gastos de consumo, el ingreso disponible agregado y la riqueza acumulada, es la estructura de la distribución del ingreso y de la riqueza.

ESPECTATIVAS Y CULTURA DOMINANTES

Otros factores dominantes en los gastos de consumo de las unidades familiares son las expectativas en cuanto a la regularidad de abastecimiento y a la evolución de índice general de precios, así como los elementos institucionales y culturales, muchos de los cuales se definen en el campo de la psicología social.

Por lo general, las expectativas de alza de precios ejercen gran presión en el sentido de elevar la propensión a consumir, en especial cuando la tasa nominal esperada de corrección de activos financieros ahorrados es inferior a las alzas de los activos reales.

Por otra parte, las expectativas en cuanto a la regularización del abastecimiento pueden afectar los gastos en consumo en relación con los patrones definidos para diferentes niveles de ingreso y de riqueza.

CANTIDADES Y CREDITO

Los patrones y niveles de las cantidades en posesión de los consumidores so otro factor que puede afectar los gastos en relación con el ingreso disponible. En las economías de alto ingreso, donde prácticamente todas las familias disponen de una o más unidades de bienes de consumo de uso duradero existentes en el mercado, la renovación de esas cantidades sólo se registran como derivada de la obsolescencia técnica o funcional de los productos adquiridos en el pasado. Los nuevos modelos, las mejoras de desarrollo, los nuevos patrones funcionales y de calidad y de los esfuerzos promocionales incitan a los consumidores a la modernización de sus hábitos y a actualizarse. Esta situación es muy diferente de la que se observa en las economías de bajo ingreso, donde, en comparación, es inferior la disponibilidad per cápita de prácticamente todos los bienes de consumo de uso duradero. En este caso, los mercados aún no han desarrollado: los consumidores están ávidos de cambios cualitativos en sus patrones materiales de vida, por lo que su tendencia a adquirir diferentes categorías de bienes y servicios de consumo suele ser muy considerable.

LA PROPENSION A CONSUMIR Y A AHORRAR

La propensión marginal a consumir.

La macroeconomía moderna concede una gran importancia a la respuesta del consumo a las variaciones de la renta. Este concepto se denomina propensión marginal a consumir o PMC.

La propensión marginal a consumir es la cantidad adicional que consumen los individuos cuando reciben un dólar adicional a la renta.

En economía, la palabra marginal significa incremento. Por ejemplo el coste marginal es el coste adicional de producir una unidad adicional. En macroeconomía, propensión a consumir se refiere al nivel deseado de consumo. Por tanto, PMC es el consumo adicional derivado de un dólar adicional a la renta disponible.

La pendiente de la función de consumo es igual a la propensión marginal a consumir. La pendiente de la función de consumo, que mide la variación que experimenta el consumo por cada variación de renta disponible

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