El progreso reseña

El Progreso

La palabra progreso según la Real Academia Española (RAE) significa: (Del lat. progressus).

1. m. Acción de ir hacia adelante.

2. m. Avance, adelanto, perfeccionamiento.

Desde este punto de vista, occidental y moderno, toda acción, descubrimiento, avance en cualquier ámbito sea moral, social, económico o cultural se asocia a la idea de progreso.

Lamentablemente este concepto ha ido dejando afuera todo lo concerniente a lo relacionado con el entorno humano y se ha solidificado dentro del ámbito económico y científico, por consiguiente en el imaginario social contemporáneo la palabra progreso esta inevitablemente ligada a la economía

El progreso es mucho más que una ideología; se trata de algo normal, institucionalizado, la estructura de la acción extraparlamentaria de la permanente transformación social según la cual se realiza —paradójicamente— el cambio de las relaciones hasta ese momento vigentes incluso en el caso límite, si es necesario, con el poder de orden del Estado frente a las resistencias que pretenden conservar lo existente.

Mientras que el progreso visto desde la mirada oriental, no solo se torna económico sino también se tiene en cuenta la parte humana, como en otras civilizaciones más antiguas que han desarrollado, sin duda, los ideales de perfeccionamiento moral, espiritual y material y la búsqueda, en mayor o menor grado, de la virtud y la salvación del alma.

Al analizar la palabra progreso no la podemos aislar del contexto que la rodea, es por eso que debemos adentrarnos al tema globalización, sociedad y tecnología.

La globalización tuvo una gran influencia para que este fenómeno sucediera, de la mano del liberalismo económico y del enriquecimiento desmedido de algunos sectores sociales que fueron tomados como bandera x estos y a su vez se escondió el empobrecimiento y la exclusión que generó este progreso económico.

Con esto no queremos decir que la globalización en toda su extensión haya sido mala o buena, sino que tiene aristas positivas como puede ser el englobamiento de singularidades o países y la consecuente comunidad que esto crea, además la circulación de información que es de fácil y rápido acceso, por otro lado, algunas de las facetas negativas crean un ideal de vida occidental y de consumo entre los países de otras latitudes lo cual va en detrimento de las raíces culturales.

Las mayores inversiones y, por ende el beneficio, dependen de las empresas de los países más poderosos, lo que no ayuda al crecimiento de los países en vías de desarrollo, solo busca la rentabilidad.

Con respecto a la sociedad el progreso facilita nuestra vida cotidiana, en lo que respecta a los avances tecnológicos y de la ciencias que es la parte que nos toca individualmente, por ejemplo Smartphone, tablets, avances tales como tomógrafos, ecógrafos o cualquier otro que usemos en nuestra cotidianeidad, pero detrás de estos también se desarrollan armas de destrucción masiva que son utilizadas contra la sociedad y comercializadas por grandes empresas y gobiernos con pingues ganancias que no hacen más que seguir en la incursión de una carrera armamentista que no tiene fin.

Si vemos a la tecnología como el instrumento que nos facilita una técnica, fabricar objetos y modificar el medio, podríamos decir que va de la mano del progreso pero también por lo general significa que las tareas se terminan más rápido y más eficientemente, pero también en ciertas esferas como la empresarial podríamos tomar de ejemplos las fábricas, se van automatizando mediante robots que realizan las actividades que antes realizaban los operarios y esto va en detrimento de los puestos de trabajo y obligan a los operarios a cambiar de profesión, a especializarse o a perder su fuente laboral.

La tecnología hace que se puedan realizar operaciones de alta precisión pero el abuso genera problemas de salud como puede ser la obesidad que se adquiere mediante el sedentarismo, problemas oculares y hasta problemas de tendinitis en las manos, por el uso excesivo de computadoras, celulares, etc.

La tecnología, la ciencia y el progreso conviven dentro de la sociedad y deberían retroalimentarse dialécticamente y no de manera competitiva, ni de alcance solamente material ya que este no es un indicador de bienestar mental, la depresión se está convirtiendo en una pandemia cobra cerca de 1 millón de vidas al año (OMS) la finalidad del bienestar se ha degradado al concentrarse exclusivamente en las comodidades materiales.

El progreso económico no ha aportado su lado moral, pero ha incrementado el individualismo y hace que hayamos perdido parte de la solidaridad social que nos hace carentes de empatía, compasión, etc.

En educación el progreso está emparentado con la calidad educativa, que no pasa por la cuota que se paga sino por el compromiso de todos sus actores sociales (estudiantes, docentes, directivos y Estado). Se requiere del Estado la asignación de recursos pero además que vele por su correcta utilización y a que la educación persiga el perfeccionamiento del ser humano, al despliegue de sus potencialidades. La escuela debe formar ciudadanos libres, críticos, reflexivos, solidarios e innovadores.

En este sentido el progreso, es una cuestión educacional, donde la inclusión de la tecnología y la ciencia ofrece un desafío y una oportunidad. El desafío requiere inventar modos de mediación de las tecnologías en el aula, que logren intervenir las relaciones que los niños y jóvenes han construido espontáneamente con ellas potenciando su utilización en beneficio del aprendizaje, el conocimiento, el análisis de la información y el acceso a nuevas formas de organizar el pensamiento. La oportunidad supone que tanto la tecnología como la ciencia aniden en la escuela, es decir, formen parte de su cotidianeidad, favorezcan puentes de comunicación y mediante diferentes herramientas didácticas consigan transportar

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