Escenas de transmisión

ESPECIALIZACIÓN DOCENTE EN  POLÍTICAS EDUCATIVAS[pic 1]

Módulo: Escuelas, familias, ciudadanía

Tutor: Pablo Sapir 

Cursante: Noelia Soledad Coronel

Tema: Escenas de transmisión.

ACTIVIDAD A. En no más de 800 palabras, narren una situación concreta que hayan vivido como docentes (y/o partícipes de la vida escolar) que constituya para ustedes un recorrido en el que se verifique un movimiento de transmisión lograda. Llamamos “transmisión lograda” a aquella en la que el deseo o la curiosidad de uno/a o más estudiantes se pone en movimiento para aprender y/o realizar algo propuesto por lxs docentes y, en la cual, aunque sea parcialmente, se alcanza este objetivo. Luego, en no más de 800 palabras deberán brindar las razones que justifiquen la condición de transmisión lograda de dicho recorrido a partir de citas, preguntas y cuestiones trabajadas en las clases 1 y 2.

Los Esper

Hacía tiempo que les pedía que comiencen a leer la novela “El hombre de los pies murciélagos” a los chicos de 3er año de la EPGCBII. Cuando preguntaba ¿en qué capítulo están de la novela? La respuesta eran risas, miradas esquivas, señales negativas con la cabeza, excusas como: no tengo el libro señora.  A todas estas señales respondía que: por favor, el texto está en la biblioteca y lo pueden llevar a domicilio.

Un día me enojé porque no leían y los increpé. Les di un ultimátum de que si no leían se llevaban la materia, fue entonces donde, los chicos, me miraron y me dijeron que no les gustaba leer, que era aburrido, que siempre los obligaban a leer novelas que son un bajón y nada divertidas, que siempre las mismas actividades, entre otras apreciaciones. Tenían razón y se los dije.

Analizando, luego, a solas, me di cuenta de que había perdido el rumbo de mis clases, con esas palabras me percaté de que debía hacer una revolución en la clase.    

En la semana próxima digitalice el texto, lo pedí prestado en varias bibliotecas para que los chicos tengan un libro cada dos por lo menos y me dispuse a hacer un cambio.

Ingresé al aula con los libros en la mano y los invité a salir al patio a leer, sin dudar aceptaron y salimos. Sentados en ronda; con un libro cada dos; comencé a leer; de los veinte, cinco prestaban atención o, mejor dicho, estaban callados, los demás estaban con el celular jugando. Pensé en dejar de leer y retarlos porque no paraban de hablar pero, decidí, contra todo enojo, seguir leyendo. A medida que la historia iba tomando forma, los estudiantes, se iban callando e iban buscando en el texto la página que estaba leyendo. Llegó un momento en que todos estaban callados, leyendo la novela, atrapados por la historia, riéndose, enojándose, entristeciéndose, mostrándole al compañero lo que había leído. Con esta actitud me di cuenta de que la que estaba fallando era yo y no ellos.

Se terminaba la hora de clase y no querían dejar leer, querían saber que pasaba con el protagonista, entonces me preguntaron si el libro estaba en internet y no, no está. Fue el momento indicado para preguntarles que, si querían, se los pasaba por wasap, ya que lo tenía digitalizado y tenía el archivo en mi celular. Sin pensar me pidieron mi número, organizaron un grupo de wasap llamado “Los Esper”, me integraron al mismo y allí compartí la novela. Al pasar los días el grupo se volvió un espacio de debate con temas de la novela, algunos a favor de ciertas actitudes y otros en contra, cada uno con su argumento. Sin que se los pidiera, sin retos, sin intimaciones, sin obligaciones, terminaron de leer la novela y fue allí donde me “impusieron” una actividad: hacer una representación de la novela frente a los chicos de la escuela para mostrar las caras que tiene el bullyng. Un grupo, comenzó a adaptar el texto para hacer los diálogos, otro, la organización de la escenografía. Pidieron ayuda a otras áreas, como ser: tecnología (para organizar los sonidos y la música), arte (para hacer la escenografía ambientada en los diferentes escenarios), lengua qom (para que les guía en las líneas en que el joven habla en qom), matemáticas e inglés (profesores que cedieron sus horas para la organización).

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