Eutanasia

LA EUTANASIA, UNA FORMA DE MORIR CON DIGNIDAD

Podemos decir que la eutanasia puede ser una forma de morir con dignidad pero esto depende de los valores, creencias y costumbres, de las personas implicadas que inciden en la toma de esta decisión. Cuando se encuentra en un estado vegetal o una enfermedad irreversible y estando abocado a una próxima muerte, la eutanasia es una posible salida para dejar tanto sufrimiento. La discusión sobre la eutanasia continuara en las diferentes sociedades; los juicios de valor forman parte activa en esta decisión, lo cierto es que todo ser humano tiene derecho a morir dignamente, considerándose que su vida carece de la calidad mínima necesaria de cada persona. El término “eutanasia” sólo significa “buena muerte” y, en este sentido etimológico, vendría a resumir el ideal de la muerte digna. La eutanasia activa o directa consiste en provocar o adelantar la muerte de personas en casos de enfermedades incurables y, a veces, progresivas y degenerativas. Por ello se recurre a sustancias especiales mortíferas o a sobredosis de morfina. Entre estas enfermedades están el cáncer o los tetrapléjicos severos, pero también otras como la migraña, la obesidad o la depresión crónica entre muchas otras enfermedades.

En el caso de la eutanasia activa se requiere la intervención de alguien que proporcione el medio, que participe activamente de esa muerte. “La eutanasia pone en valor la vida. Uno decide valientemente cuándo debe irse. En una entrevista echa al Medico Quintana de la Universidad Nacional de Colombia, él dice que ¡una vez el paciente está seguro, se estudia su historia médica y se trata de que la familia haga un proceso de aceptación que se toma, en promedio, dos semanas. Luego se fija una cita en la casa del paciente, el mejor lugar para morir”. Decidir cuándo va a llegar el final da muchas opciones. Yo siempre invito a mis pacientes a que usen sus últimos días para reconciliarse con la humanidad. Es una oportunidad que no tiene toda la gente que muere. Cuando llega el día, todo está preparado. Aunque siempre dejo la puerta abierta para un cambio de opinión, sin dolor, sin sufrimiento. El procedimiento médico es sencillo. Primero se aplica un medicamento que da sueño. Luego se aplica tres veces la dosis normal de anestesia general, para que el sistema neurológico quede bloqueado y finalmente se inyecta el cloruro de potasio que hace que el corazón se relaje y deje de latir.

La gente se imagina que para hacer la eutanasia hay que ser insensible y no es así, porque se trata de ver morir a un ser humano que hasta hace unos minutos te hablaba y que en un momento dado decide que se va, pide perdón y se despide. La familia queda con un dolor muy grande, por eso digo que yo he muerto unas 35 veces, porque cada vez que hago una eutanasia me duele como si fuera la mía propia”. Todo esto demuestra que para un medico tampoco es nada fácil aplicar la eutanasia como piensan que es solo poner un inyección y ya, a un doctor le duele quitar una vida es como quitarse su propia vida, así sea con el consentimiento de el paciente o de sus familiares.

Si la vida es un derecho, preservarla es una obligación y así ha sido considerado ancestralmente, desde el planteamiento moral, la vida es un don de Dios del que no podemos disponer, como tampoco podemos hacerlo desde un planteamiento agnóstico. Muchos dicen que la eutanasia termina siendo un negocio llamado “ El turismo fúnebre”, también toman la eutanasia como el fracaso de la sociedad ya que un enfermo cuando pide su muerte esta pidiendo mas atención, mas cariño y al acceder a la aplicación de la eutanasia se le esta dando la razón de que su vida no va mas, que merece morir, que es un estorbo para la familia, pero esto no es así, acceder a la aplicación de la eutanasia le estamos evitando el dolor, a que deje esa vida de sufrimientos producidos por una enfermedad y que descansé en paz, se lo merecen después de tanto dolor que han vivido, también se dice que la eutanasia nunca puede ser digna, una muerte provocada, ni puede ser digno provocarla; la muerte digna es aquella en la que se trata al paciente como persona, al margen de sus condiciones vitales, rodeado del cariño de los demás y poniendo a su disposición los cuidados paliativos pertinentes. La eutanasia nunca puede ser considerado un acto médico, porque no persigue ni la curación ni la reducción del dolor; es un acto anti-médico: persigue la muerte. En conclusión cada persona tiene su opinión respecto a si esta a favor o en contra de la aplicación de la eutanasia, lo que verdaderamente sabemos es que esta en la posición del enfermo y de la familia no es nada fácil como para andar criticando alguna decisión tomada, primero toca analizar la situación y luego si dar nuestro punto de vista respecto a que se puede hacer en esos casos.

En la religión la eutanasia nunca va ser aceptada por la iglesia porque para ellos es pecado quitarle la vida a una persona o quitarse la vida uno mismo, no tiene perdón de Dios, ya que Dios es dueño y señor de todo lo existente y solo él puede decidir cuando quitarnos la vida. La religión cristiana aunque proclama y lucha por la vida, dado el origen de ella por la creación de Dios, no ignora ni es ajena a la realidad de la muerte, sin embargo dada a su naturaleza y cometido universal, tiene un mensaje de fe, esperanza y fortaleza para luchar contra la muerte, pero por ello la iglesia nunca va aceptar estar a favor de quitarle la vida a una persona enferma o ya desahuciada, porque es como estar a favor de la muerte. Pero también la Iglesia trabaja a favor de la muerte buena y digna: “Un ser humano que pide ser eliminado lo que, en realidad esta pidiendo casi siempre es ser ayudado a vivir su muerte”. A lo largo de la historia la Iglesia Católica a hecho evidente la defensa por la vida, cuidando que las personas tengan una vida digna, es por eso que la Iglesia rechaza la eutanasia resumiéndola en un Decálogo, donde establece que es ilícito matar a un paciente, aunque éste lo pida ya que no tiene la facultad de decidir o provocar la muerte de las personas y mucho menos se puede dejar a un lado los cuidados vitales de la persona, los médicos no pueden dejar de prestar sus servicios, tratamientos posibles y disponibles, por ello se deben suministrar narcóticos y analgésicos que alivien el dolor. Las personas minusválidas o con malformaciones tienen los mismos derechos que las personas sanas: “la eutanasia es un crimen contra la vida humana y la ley divina”. La Iglesia católica ve en el reconocimiento de la eutanasia, un debilitamiento espiritual y moral con respecto a la dignidad de la persona moribunda, y un desinterés frente a las verdaderas necesidades del paciente,

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