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Exploración del recién nacido

beris2419 de Enero de 2012

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CUARTO SEMESTRE

INDICE.

1.-Participación de enfermería en la exploración del recién nacido.

2.-Atención de enfermería al paciente con problemas respiratorios.

3.-Dosificación de medicamentos.

4.-Terapia de hidratación oral.

5.-Mezcla de soluciones parenterales.

6.-Control de líquidos.

7.-Manejo del paciente con problemas cardiovasculares.

8.-Manejo de paciente con trauma ortopédico.

9.-Obtención de muestras de laboratorio.

10.-Intervenciones de enfermería al paciente con plaquetopenia.

11.-Precauciones universales.

12.-Intervenciones de enfermería en el manejo de sondas y drenes.

13.-Intervenciones e enfermería al paciente con problemas endocrinos.

14.-Atención del paciente intoxicado.

15.-Intervenciones de enfermería a la paciente con problemas ginecológicos.

16.-Intervenciones de enfermería en LUI.

Exploración del recién nacido

Exploración sistemática del recién nacido

Durante las primeras veinticuatro horas de vida es fundamental realizar una exploración física y neurológica del niño.

Exploración física

Si el bebé está tranquilo, se empezará por la auscultación cardiopulmonar, seguida de la palpación de los pulsos femorales y del abdomen. La exploración de las caderas y de la faringe suelen hacerle llorar, por lo que es preferible dejarlas para el final.

La exploración física completa abarca cada uno de los siguientes aspectos:

• Piel. Normalmente, presenta las siguientes características:

• La mayor parte suele estar cubierta por “vernix caseosa”, una especie de crema untuosa y blancuzca que servía para protegerle del líquido amniótico.

• A veces, en los hombros y el dorso aparece un vello fino y escaso denominado “lanugo”, que desaparece en un par de semanas.

• El color es rosado y, en ocasiones, rojizo, lo que constituye el eritema fisiológico del recién nacido. La cianosis (coloración azulada de la piel) y la palidez son siempre síntomas de alarma, al igual que la ictericia precoz o prolongada (no debe confundirse con la ictericia fisiológica, que afecta al 50% de los neonatos y les confiere una coloración anaranjada).

• Es frecuente la presencia de “nevus vasculares” planos (antojos) en la frente, párpados y alas nasales, que desaparecen a lo largo de los primeros meses.

• Las glándulas sebáceas producen una secreción amarillo-blanquecina que, al no evacuarse, da lugar, sobre todo en las alas de la nariz, a unas minúsculas vesículas o quistes puntiformes denominados “millium”.

• Cabeza. La forma del cráneo depende del moldeamiento sufrido a lo largo del parto y, a menudo, se nota cómo los huesos se montan uno sobre otro.

Al nacer, la fontanela anterior (las fontanelas son las partes más blandas del cráneo, en donde coinciden tres o cuatro huesos) mide 1 cm. y luego se amplía para irse cerrando. La mayoría de los niños tiene la fontanela cerrada a los nueve meses.

El cuello del bebé es corto, y el cabello, que normalmente está bien desarrollado, es sedoso y de un color más oscuro que el que tendrá más adelante.

• Cara. En la cara del recién nacido, de aspecto redondeado, se aprecian los siguientes rasgos:

• Los ojos son claros y van oscureciendo a medida que pasan los días. Las pestañas son cortas. Los párpados suelen estar edematosos y su apertura espontánea puede, en ocasiones, dejar ver pequeñas hemorragias subconjuntivales (causadas por la presión del parto) que pronto desaparecen, o una secreción amarillenta.

• La nariz puede aparecer deformada por compresión. En la exploración, se comprueba con una sonda la permeabilidad de los orificios nasales.

• Los pabellones auriculares suelen estar bien configurados. Su mayor o menor consistencia está relacionada con la edad gestacional.

• La boca está adaptada a la succión. Los labios presentan los callos de succión, que permiten una adaptación perfecta al pecho materno y su mejor vaciado en la cavidad oral.

• La lengua parece grande y debajo de ella puede aparecer un frenillo corto.

• En el paladar es fácil observar unos quistes puntiformes, por retención de moco, llamados “perlas de Epstein”.

• Las encías carecen de dientes (salvo en uno de cada 3.000 niños).

• Tórax. Tiene forma de campana y las costillas adoptan una posición horizontal. Su exploración proporciona la siguiente información:

• Clavículas. Deben ser palpadas para detectar posibles fracturas producidas durante el parto. En el caso de que existan, la curación suele ser rápida y no dejar secuelas.

• Esternón. Muchos niños tienen un pequeño bulto a la altura de la punta del esternón: se trata del apéndice xifoides, que desaparece espontáneamente.

• Hipertrofia mamaria. Se trata de una inflamación a nivel del tejido mamario de origen hormonal que desaparece por sí sola y no necesita tratamiento.

• Aparato respiratorio. La auscultación muestra la normalidad del murmullo vesicular. La frecuencia respiratoria es de 40-50 r/m, su ritmo, irregular y con frecuentes interrupciones de cinco a ocho segundos.

• Aparato circulatorio. El corazón suele latir a 90-180 l/m. Es muy frecuente oír soplos sistólicos, los cuales desaparecen en pocos días.

• Abdomen. Suele ser prominente. Al palpar la cavidad abdominal se advierte la situación del hígado, el bazo y los riñones.

A primera vista destaca el cordón umbilical que, una vez seccionado en el parto, se seca y cae al cabo de una o dos semanas, quedando en su base una herida que cicatriza y deja el ombligo. En ocasiones, aparece una hernia umbilical que desaparece sola, al fortalecerse los músculos del abdomen.

Las asas intestinales están ocupadas por el meconio, que empieza a evacuarse durante las primeras cuarenta y ocho horas gracias a la acción laxante del calostro y constituye la primera deposición del bebé. El pediatra debe anotar el momento en que se produce esta evacuación, tras haber verificado que el ano es permeable.

• Genitales

• Genitales femeninos. Los labios mayores cubren a los menores y al clítoris. A veces se produce una hemorragia de origen uterino, debida al paso placentario de las hormonas maternas, que tiene tan poca importancia como la secreción vaginal blanquecina y mucosa que presentan casi todas las recién nacidas en sus primeros días.

• Genitales masculinos. Los testículos se desarrollan dentro del abdomen y al final del embarazo se desplazan a la bolsa escrotal pasando por un orificio a la altura de la ingle. No es extraña la presencia de hidrocele (líquido en la bolsa escrotal) o de fimosis.

• Extremidades. Un cuidadoso reconocimiento de los miembros valorará la postura, el tamaño, la forma, los contornos y las proporciones, y descartará cualquier posible traumatismo o malformación.

La cadera se explora con detalle para detectar precozmente una luxación congénita o preluxación, que, en caso de existir, debe ser sometida al correspondiente tratamiento ortopédico.

Exploración neurológica

Comienza prestando atención a la forma y al tamaño del cráneo. Un aumento o abombamiento de las fontanelas y la abertura espontánea de las suturas indicarían un incremento de la presión intracraneal y, obviamente, una patología.

Es muy importante valorar el tono muscular y el nivel de reacción del recién nacido ante los distintos estímulos.

• Tono muscular. Debe explorarse, mediante determinadas maniobras, en sus dos vertientes: activa y pasiva.

• El tono muscular activo es el responsable de la actitud general y de la motilidad espontánea del neonato. El niño suele estar boca arriba, con las extremidades flexionadas y realizando con ellas movimientos continuos y espontáneos. La cabeza, que permanece apoyada sobre el occipital, puede girar de un lado a otro.

• El tono muscular pasivo se explora para demostrar la extensibilidad y resistencia al desplazamiento y balanceo de los miembros, así como la amplitud de giro de las articulaciones.

• Reflejos. Los reflejos son movimientos automáticos que se desencadenan por un estímulo. A medida que madura su sistema nervioso, el bebé va adquiriendo el control voluntario de sus músculos y pierde u olvida los reflejos. Entre los que se observan en esta primera exploración destacan los siguientes:

• Reflejo de los puntos cardinales. Movimientos que realiza la boca del niño en todas direcciones, cuando es estimulada suavemente alrededor con el dedo.

• Reflejo de succión. Se explora introduciendo un chupete o tetina en la boca.

• Reflejo o sinergia de moro. Se sujeta al bebé por los brazos, tirando un poco de ellos hacia arriba y elevándole levemente la cabeza. A continuación se le suelta súbitamente. La respuesta que se observa es la siguiente: el bebé abre los brazos y las manos y los cierra, al tiempo que empieza a llorar.

• Sinergia tónico-flexora de la mano. Se le estimula la palma de la mano con un dedo. El niño flexiona los dedos y lo agarra con gran fuerza.

• Sinergia de extensión cruzada de los miembros inferiores. Se estimula la planta de uno de los pies. La extremidad contralateral, que permanece libre, responde en tres tiempos: flexión, extensión y aducción.

• Reflejo rotuliano. Al dar un golpecito en algunos tendones musculares, se contraen de forma brusca los músculos correspondientes.

• Reflejo

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