Farmacocinetica
irvinedmar20 de Febrero de 2013
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Farmacodinámica
Carmine Pascuzzo Lima
Desde las primeras observaciones tendientes a cuantificar la respuesta farmacológica se puso de
manifiesto que existía una dependencia evidente con respecto a la dosis del fármaco, lo cual era
conceptualmente satisfactorio. No obstante, también se observó que al alcanzarse una magnitud
determinada, el efecto no podía ser aumentado por administración de dosis mayores del fármaco.
Este último aspecto llevó de una manera natural a la suposición de que dentro del organismo debían
existir entidades físicas (“sitios”) con las cuales el fármaco era capaz de interaccionar, logrando así un
efecto directamente proporcional al número de tales interacciones (o de “sitios” que estuvieran
ocupados por el fármaco). Al implicar
su existencia física, se supuso de
manera natural que tales “sitios”
debían existir en una cantidad finita, lo
que implicaba que a cierta dosis del
fármaco podría lograrse la ocupación
de la totalidad de los mismos y esto, a
su vez, prevendría la generación de
ulteriores aumentos del efecto.
De esta manera, se derivó el concepto
de Sustancias Receptivas específicas,
es decir, que se derivó el concepto de
Receptor (figura adjunta), que podría ser definido como el componente de una célula u organismo con
el cual interactúa (o se presume que lo hace) el fármaco (en este caso también llamado ligando),
iniciando la serie de fenómenos bioquímicos que llevan a la consecución final del efecto.
En general, los fármacos no son capaces de crear funciones en el organismo, sino que modulan las ya
existentes.
CUANTIFICACIÓN DE LA INTERACCIÓN DROGA-RECEPTOR
La mayor parte de las relaciones entre las dosis y los efectos de los fármacos puede explicarse de
manera sencilla, asumiendo que las acciones son directamente proporcionales a la fracción de
ocupación de los “Sitios Receptivos” o Receptores. Esta interacción puede ser representada de la
siguiente manera:
[R] + [X] [RX]
en la cual [R] es la concentración de receptores libres, [X] es la del fármaco libre en la vecindad de los
receptores y [RX] la del complejo fármaco-receptor. Diversas transformaciones matemáticas generan la
siguiente ecuación, útil para determinar el grado de unión de una droga a un receptor:
Bmax x F
B =
KD + F
en la cual B es la unión de la droga, Bmax es la capacidad máxima de unión del receptor (el número de
sitios disponibles para la unión con el fármaco), la Kd (constante de disociación) es un parámetro que
mide de manera inversa la afinidad de la interacción (y es igual a la dosis de droga necesaria para
ocupar el 50% de los sitios de unión) y F es la concentración de droga libre (para efectos prácticos, se
puede considerar igual a la concentración total de droga administrada, porque, en general, la fracción
unida es siempre mucho más baja que la libre). La afinidad de la interacción determina básicamente
cuál será la ocupancia de un
receptor dado en relación
con la concentración de la
droga a la que se ve
expuesto.
Puesto que la mayor parte de
las acciones de un fármaco
se pueden explicar como la
consecuencia de su unión a
un receptor o, al menos, a una sustancia que funcione como tal, se puede expresar la consecución del
efecto farmacológico por medio de la siguiente ecuación:
Emax x Dosis
E =
DE50 + Dosis
en donde Emax se refiere al efecto máximo que puede ser obtenido y DE50 a la dosis que es requerida
para lograr la mitad de dicho efecto.
La forma gráfica de esta ecuación se conoce como curva gradual (ya que mide el grado del efecto en
un individuo) y se muestra en la figura anexa.
CARACTERÍSTICAS DE UNA CURVA DOSIS-RESPUESTA (CURVA GRADUAL)
Potencia: Se refiere al patrón de dependencia del efecto farmacológico con respecto a la concentración
de la droga, en otras palabras, se refiere a la localización de una curva dosis-respuesta a lo largo del eje
X, de Concentración (implica la
posible determinación de la dosis
necesaria de un fármaco para alcanzar
un efecto dado). En la figura, los
fármacos B y C tienen la misma
potencia para su respectivo efecto
máximo (alcanzan dicho efecto a la
misma dosis). Cuando el mecanismo
de acción de un fármaco determinado se relaciona con su unión a receptores específicos, la potencia
representa de alguna manera la AFINIDAD de tal fármaco por esos receptores. Si comparamos la
potencia de dos fármacos, se usa la POTENCIA RELATIVA, la cual no es más que el cociente entre la
potencia de un fármaco respecto a la de otro tomado como patrón. La importancia clínica de la potencia
es limitada, pues tanto da que se administren dosis diferentes de dos drogas si al final se obtiene la
misma meta clínica; una excepción a este caso sería cuando la potencia sea tan baja que se requiera la
administración de formas fa rmacéuticas excesivamente voluminosas. Otro caso en el que la potencia
puede ser clínicamente importante es cuando los efectos terapéuticos y tóxicos de una droga siguen
diferentes patrones de dependencia de la dosis.
Eficacia: También llamada Eficacia máxima. Se refiere al mayor efecto que puede alcanzar un
fármaco. En la figura, los fármacos B y D tienen la misma eficacia, puesto que alcanzan igual efecto
máximo. En el contexto de la respuesta celular máxima que puede lograrse, se le conoce también
como ACTIVIDAD INTRÍNSECA, o la capacidad del fármaco para modificar al receptor farmacológico e
iniciar una acción celular (alfa, á ), pudiendo tomar valores entre 0 y 1. En el contexto de fármacos cuya
acción esté mediada por receptores, la eficacia generalmente implica que la droga tiene la capacidad de
activar a los mismos.
Si un fármaco induce una respuesta celular máxima, será un fármaco agonista (á = 1); si el fármaco se
une al receptor sin inducir ninguna respuesta celular, se trata de un antagonista (á = 0). Los fármacos
que inducen una respuesta celular sub-máxima, se conocen como agonistas parciales o antagonistas
parciales (0 < á < 1).
La Pendiente es una característica de importancia menos clínica que de investigación, puesto que
informa sobre la forma de interacción de una droga con su receptor. Sin embargo tiene cierta utilidad
en la determinación del rango de dosis en el que un fármaco puede ser administrado.
Variabilidad Biológica: se refiere al hecho de que no todos los individuos reaccionan del mismo modo
ante la misma droga, luego, una curva dosis-respuesta de un individuo sólo puede aplicarse al mismo.
Respecto a este parámetro, cabe destacar estos términos:
· Hipo e Hiperrreactividad (no confundir con Hipersensibilidad o “alergia” a la droga), que se
refieren a la dificultad o facilidad (mayor o menor dosis requerida) para lograr el efecto deseado.
· Tolerancia: Requerimiento ulterior de mayores dosis para lograr un efecto que antes se lograba con
dosis menores.
· Idiosincracia: efectos inusuales de la droga, dados en un pequeño porcentaje de la población.
Aparte del complemento genético del individuo y de las características específicas de la enfermedad
que pueda presentar, existen numerosas fuentes potenciales de variabilidad biológica, incluyendo
aspectos “demográficos” (como edad, seco y raza), patológicos (enfermedades previas), conductuales
(como la dieta y el patrón de sueño), ambientales (clima, contaminación, etc.), socio-psicológicos
(como el tipo de familia, la relación médico-paciente y las creencias religiosas)
Hasta ahora, todos los ejemplos mostrados en las figuras representan patrones “clásicos” de la relación
entre la dosis y la respuesta, esto es un perfil sigmoideo en el cual a dosis bajas se logra un efecto
insignificante, que luego aumenta a dosis mayores y se acerca a una meseta que representa el efecto
máximo. Sin embargo, debe destacarse que existen otros patrones posibles, como por ejemplo, el de
todo o nada, en otras palabras, un efecto discreto que se logra en su totalidad cuando se supera cierto
umbral de dosificación. Adicionalmente, puede haber casos en los cuales la curva dosis respuesta
presenta forma de “J” o “U” (invertidas o no), en otras palabras, el efecto producido mostraría un
patrón bifásico. El fenómeno por el cual aparece una relación dosis-respuesta caracterizada por
estimulación a bajas dosis y por inhibición a altas dosis (o viceversa) se suele denominar Hormesis y
puede representar una sobrecompensación ante una disrupción en la homeostasis o la presencia de un
mecanismo de acción farmacológica particularmente complejo.
RECEPTORES DE RESERVA
Ya se ha indicado que una droga dada puede generar una respuesta celular y que esta respuesta depende
de la concentración de tal droga; también se indicó que en el contexto de fármacos cuya acción esté
mediada por receptores, la eficacia implica que la droga
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