Habrá Vida Fuera De Nuestro Planeta?
luisafer94661 de Mayo de 2015
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Introducción
No hace mucho tiempo el hombre empezó a preguntarse por la existencia de vida más allá de nuestro planeta. Antes, el hombre estaba ocupado en saber si había otros seres en algún otro lugar que no fuera su tierra, o su continente. No se sabía si la Tierra era redonda, si era plana, si estaba sostenida por una tortuga gigante, etc. Esperaban encontrar otras tierras con otros seres similares o muy extraños y diferentes a ellos. Ya resuelto ese misterio, en la actualidad la pregunta es otra. ¿Existirá vida afuera de nuestro planeta?, y luego, ¿habrán tantas especies como hay aquí? ¿En que etapa evolutiva estarán? ¿Habrá vida inteligente? Si la hay, ¿Cómo será? ¿Podremos intercambiar creencias, como el origen de todo, la ciencia y la cultura? ¿Estarán en contacto con otras civilizaciones inteligentes? ¿Estarán tan interesados por nosotros como nosotros por ellos?
En esta monografía se demostrará que es muy improbable que seamos el único planeta con vida y con vida inteligente. Empezando por "casa", en nuestro sistema solar hasta ahora sabemos que es casi imposible que exista vida inteligente.
Sí parece posible que pueda existir vida microscópica o que este en sus primeras etapas evolutivas, en un estado similar al de la Tierra hace tres mil millones de años. Si bien este dato parece poco importante, sirve para confirmar que la vida podría originarse en otro planeta que no fuera el nuestro. Podría darse en una cantidad nunca imaginada y más en todo el universo.
Pero desafortunadamente, bastante se conoce del sistema solar y nada acerca de la vida.
Solo especulaciones y esperanzas. Por otro lado, solo en la Vía Láctea hay miles de millones de estrellas que es probable que cada una de estas tenga planetas girando alrededor suyo. Además, en el universo conocido hay miles de millones de galaxias.
Para buscar civilizaciones extraterrestres, el humano ha intentado comunicarse por una vía en particular: la comunicación por radio. Pero todavía no ha obtenido respuestas, quizás porque aún no han llegado a destino, quizás porque existen otras formas de vida inteligente pero no lo suficientemente desarrolladas para recibir estos mensajes, quizás llegaron pero los seres que la recibieron tienen una psicología totalmente diferente a la del ser humano y que no se interesa en vida extraterrestre, etc.
Capítulo I
Creencias a través de la historia
Las primeras creencias acerca de la existencia de otros mundos como el nuestro, se remontan hacia el año 60 antes de Cristo, proclamadas por los pensadores y filósofos de la época, Tales y Anaximandro. Aristóteles (con la idea de la Tierra centro del universo) negaba la teoría de la pluralidad de los mundos (la existencia de otros planetas tales como la Tierra). Había muchas creencias acorde a las distintas religiones. El Judaísmo, creía en la existencia de más de quince mil mundos. El Islam, creía que había otros mundos habitados. En el caso del cristianismo, con el sistema geocéntrico de Ptolomeo la noción de otros mundos habitados era por lo general considerada como absurda, pues entraba en contradicción con la cosmología comúnmente aceptada.
Esta situación cambió con la invención del telescopio, ya que entre otras cosas se supo que la Tierra giraba alrededor del sol y había muchos otros soles que podían albergar otros sistemas solares.
- ¿Cuándo comenzó el hombre a preguntarse por "vida extraterrestre"?
El primer lugar que intrigó al hombre acerca de la posibilidad de vida extraterrestre fue el planeta Marte, frecuentemente llamado "planeta hermano" por sus cualidades similares a las de la Tierra. El hombre siempre ha tenido curiosidad por este planeta. La exploración formal de Marte comenzó alrededor de 1610 con la invención del telescopio, aunque siempre se vio a simple vista ya que es la luz más brillante en el cielo luego de Venus. En aquella época aun no se sabia de la existencia de otros sistemas solares y el planeta mas fácil de explorar era Marte.
La idea de la existencia de vida en el "Planeta rojo" tiene una larga tradición. En 1659 el físico y astrónomo Cristiaan Huygens hizo las primeras observaciones de áreas oscuras en la superficie de Marte y descubrió sus casquetes polares. Otros astrónomos que contribuyeron al estudio de Marte fueron G. Cassini (calculó en 1666 la rotación del planeta y dedujo la existencia de una atmósfera en el planeta), W. Herschel (entre los años 1781 y 1784 observó nubes marcianas y su atmósfera) y J. Schroeter. Mas adelante, en 1837, se publicó el primer mapamundi de Marte en base a observaciones telescópicas, y en 1852, se publicó otro mas avanzado. El año 1877 fue un año muy importante para las investigaciones en este planeta: el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli aseguraba haber visto un sistema de canales por todo lo ancho del planeta.
Pero a pesar de las continuas observaciones en Marte y el descubrimiento de su atmósfera, masa, etc., fue recién a partir del siglo XIX cuando este planeta comienza a ser el principal foco de atención. Durante mucho tiempo había existido la esperanza o el temor de que hubiera vida más allá de la Tierra, y a partir del siglo XIX se enfocaron todas las expectativas allí. Por esa época surgieron dos tendencias acerca de la posible vida en ese planeta que pasaron a la imaginación pública a través de la ciencia ficción y de los suplementos científicos.
Una fue la del libro La guerra de los mundos, de G. Wells, escrito en 1897. En su libro se planteaba que mientras el hombre estaba ocupado en sus asuntos, los marcianos nos estaban estudiando, quizás, con el mismo detenimiento que el hombre examinaba microorganismos en el microscopio. Se consideraban a los "marcianos" como una fuente de peligro para el hombre. Wells escribe "(…) a través de los abismos del espacio, unas mentes que son a las nuestras lo que estas son a la bestias perecederas, intelectos amplios, fríos y carentes de compasión contemplaban con ojos envidiosos estas Tierra y trazaban de modo lento y seguro sus planes contra nosotros." Los marcianos eran malvados.
La otra tendencia era la de P. Lowell, un joven astrónomo que entre otras cosas, descubrió Plutón, pero que su mayor interés siempre había sido Marte. La declaración de Schiaparelli acerca de los canales y una red intrincada de líneas rectas, sencillas y dobles, lo conmovió profundamente ya que la traducción del italiano al ingles de "canali" implicaba la mano del hombre. A partir de ese hecho, una "Martemanía" se apoderó del mundo y especialmente, de Lowell. Este comenzó a realizar observaciones del planeta rojo. Veía una red de canales extendida por todo el globo e imaginó un gran sistema de riego que conducía el agua desde los casquetes polares hacia los sedientos habitantes de las zonas ecuatoriales. Para él, la regularidad de las canales que observaba, era un signo inequívoco de origen inteligente. Creía que el planeta estaba habitado por una civilización sabia y antigua pero que la raza estaba en extinción a causa de una catástrofe planetaria. El clima estaba cambiando, el agua se estaba escurriendo al espacio, el planeta se estaba convirtiendo en un mundo desierto y sus ciudades se estaban convirtiendo en ruinas. A eso se debían los canales: eran una última medida desesperada hecha por los marcianos, eran un heroico esfuerzo de ingeniería por conservar el agua tan escasa. Aunque su tecnología era mas avanzada que la nuestra, no alcanzaba para hacer frente a esa gran catástrofe. Además, Lowell imagino a los marcianos como piadosos, nobles y pacíficos, lo contrario a lo propuesto en La guerra de los mundos.
Por otra parte, imaginaba a Marte como un mundo similar a la Tierra. Por más que fuera un mundo árido y desértico, sus desiertos continuaban pareciéndose a los de nuestro planeta. Creía que había una temperatura similar a la del sur de Inglaterra, fría pero soportable. El aire, era diferente, pero había suficiente oxigeno para hacerlo respirable y el agua, aunque que fuese escasa, podría ser conducido a todo el planeta por la elegante red de canales.
Sin embargo, todas estas creencias fueron desmentidas en 1907 por biólogo Alfred Russel Wallace cuando recibió el encargo de comentar uno de los libros de Lowell. Wallace, codescubridor de la evolución por selección natural e ingeniero en su juventud, se había mostrado muy interesado a la habitabilidad de Marte. En primer lugar demostró que Lowell se había equivocado al calcular la temperatura de Marte; no era tan suave como la del sur de Inglaterra, sino que por el contrario, era muy frío para permitir la existencia de agua liquida. El aire, era mucho más enrarecido de lo que Lowell había calculado; era principalmente de dióxido de carbono y pequeñas cantidades de nitrógeno. Por otro lado, en cuanto al agua de los canales, señaló que sólo una raza de locos y no de seres inteligentes construiría canales en esas condiciones. El análisis físico termino siendo devastador y en gran parte correcto. Su conclusión fue que la vida en Marte (la existencia de seres inteligentes que construyan canales) era imposible. No dijo nada sobre los microorganismos.
Alrededor de la década del 60, un grupo de científicos hizo un experimento con unas cámaras que simulaban el ambiente marciano e introdujeron microorganismos terrestres a ver si sobrevivían. El resultado fue que algunos murieron por congelación en la primera noche y no volvieron a dar señales de vida. Otros, resistieron más pero
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