Heridas Pruducidas Por Arma Blanca
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LEONARDO D. SÁNCHEZ ORNELAS
8° A
CRIMINALISTICA DE CAMPO
HERIDAS PRODUCIDAS POR ARMA BLANCA
Martes 01 de Abril de 2014
Arma blanca
Las armas cortantes son instrumentos formados por una hoja de sección triangular, generalmente de escaso grosor, que puede o no terminar en una punta que de existir no penetra; entre ellas encontramos cuchillos, bisturís, navajas de afeitar... En ocasiones, determinados objetos pueden actuar accidentalmente de manera similar a este tipo de agentes: láminas de metal delgadas, trozos de vidrio, e incluso, aunque causen lesiones de escasa relevancia médico-legal, algunas hojas vegetales y láminas de papel.
Típicas: P. dichas o A. preparadas= hoja metálica brillante (que se llega a confundir con el blanco, de ahí su nombre).
Atípicas o improvisadas = instrumentos de trabajo, fragmentos metálicos o de vidrio, de madera, partes de vehículos o de maquinarias, etc.
Mecanismo de acción:
Las armas incisas actúan mediante un filo que, bien por un mecanismo de presión o por una presión asociada a deslizamiento, penetra en los tejidos dividiéndolos y produciendo soluciones de continuidad, siendo el mencionado mecanismo combinado de presión y deslizamiento responsable de unos efectos más acusados. Tekke sintetiza este mecanismo, señalando que en estos casos las lesiones “Se producen al aplicar un instrumento de borde afilado que secciona la piel, al deslizarse sobre ella comprimiéndola” (9), de tal modo que se origina una sección rectilínea y uniforme de las partes blandas.
Clasificación de armas blancas
Instrumentos punzantes
Este tipo de armas punzantes o perforantes penetra en los tejidos a modo de cuña, mediante la fuerza viva que se concentra en su punta, disociando y desplazando lateralmente las fibras sin provocar una gran mortificación en las zonas lesionadas. Como dice Pacheco “su punta aguda atraviesa la piel, divulsiona las fibras elásticas sin seccionarlas y penetra en profundidad, dejando un orificio de entra- da de bordes romos”. Sin embargo, este mecanismo general de acción presentará particularidades dependiendo del grosor del instrumento lesivo, de tal modo que si es muy fino, la dislocación será tan pequeña que una vez retirada el arma, los tejidos, por su elasticidad, volverán sobre sí mismos hasta la práctica desaparición del trayecto originado. Pero el arma puede también presentar un diámetro mayor, en cuyo caso esa dislaceración se convierte en un auténtico desgarro que, tras la extracción del arma, impide el retorno completo del tejido a su estado previo, persistiendo una solución de continuidad que hace que el trayecto a nivel superficial permanezca visible.
Instrumentos cortantes o incisas
Mixtas
Punzo-Cortantes
Corto-contundentes o Contuso-Cortantes
Heridas por instrumentos punzantes
Forma alargada
Diámetro variable
Sección circular o elíptica
Terminan en punta
Heridas por instrumentos punzantes
Naturales:
Espinas
Cuernos de animal
Picaduras de insectos
Erizos
Artificiales:
Agujas de coser
Flechas
Tachuelas
Desarmadores
Picahielos
Clavos.
Características de las lesiones por arma blanca
Una de las características que mejor define a este tipo de heridas es que son más largas que profundas. Royo Villanova, en el primer tomo de sus Lecciones de Medicina Legal describía cuatro tipos diferentes de lesiones incisas: lineales, en colgajo, mutilantes o por rozadura
Lineales: son las que la terminología sajona denomina como “tajos”. Se producen cuando el instrumento incide perpendicularmente produciendo una solución de continuidad. Su morfología es característica, ya que por efecto de la elasticidad de los tejidos los bordes de la herida se retraen adoptando la forma de un óvalo alargado, cuyos extremos se hacen más superficiales al aproximarse a la salida, hasta llegar a prolongarse en una excoriación superficial que recibe el nombre de cola.
que por efecto de la elasticidad de los tejidos los bordes de la herida se retraen adoptando la forma de un óvalo alargado, cuyos extremos se hacen más superficiales al aproximarse a la salida, hasta llegar a prolongarse en una excoriación superficial que recibe el nombre de cola.
Bonnet distingue cinco características principales en este tipo de heridas: — Longitud: Que predomina sobre la profundidad, y que es la expresión de la acción deslizante de la hoja afilada sobre la superficie corporal.
— El perfil del corte: Al que Thoinot describió como un triángulo de base superficial y vértice dirigido hacia la profundidad, cuyas paredes son generalmente lisas y regulares.
— Bordes: Por lo general son nítidos, regulares y limpios. Se reúnen en los dos extremos dando a la herida un aspecto fusiforme. En ocasiones, cuando la sección afecta a un pliegue cutáneo como es en las articulaciones de codo, rodilla, axila, o en el cuello- estos bordes pueden adquirir un aspecto irregular.
— La retracción de los bordes: Se trata de una característica propia de las lesiones producidas en vida, y que resulta a consecuencia de la elasticidad de las fibras de la zona afectada, de tal forma que si el tejido en el que asienta la lesión es elástico, tenso y contráctil, al recibir la incisión los bordes de la herida se retraen de modo muy marcado. Royo Villanova enumera los tres condicionantes de los que depende la mayor o menor separación de los bordes: la dirección de las fibras elásticas en la región lesionada, la disposición anatómica de los tejidos y la posición de dicha zona afectada en el momento de producirse la lesión. Así, puede generalizarse que la separación de los bordes será tanto mayor cuanto más perpendicular sea la incisión res- pecto a la dirección de las fibras de los tejidos, llegando a su máxima expresión cuando el corte se produce con una dirección transversal. También cabe decir que la retracción en determinadas zonas concretas es mínima, como sucede en el cráneo donde la dermis asienta en la aponeurosis epicraneal y si ésta permanece íntegra la separación es escasa, al igual que ocurre en la palma de la mano, en la que sólo si se afecta la aponeurosis palmar se produce la separación de los bordes de la herida. Respecto a la posición de la región afectada, resulta evidente que una herida transversal en cuello presenta más separación cuando éste se encuentra en extensión que hallándose flexionado.
— Extremos: El estudio de los extremos de una herida incisa resulta de gran importancia médico legal, puesto que permite determinar con gran precisión algunas de las cuestiones más trascendentales de la pericia. Cuando como ocurre en la mayoría de los casos, el mecanismo predominante es el de presión/deslizamiento, los ángulos de la herida se prolongan superficialmente en dos líneas denominadas colas, que pueden ser de ataque o de salida, y que no siempre mantienen la misma dirección que la lesión principal. La de ataque representa el comienzo de la incisión, y debido a que generalmente está hecha con más fuerza resulta más corta y profunda, mientras que la de salida dibuja el arma desplazándose sobre la superficie cutánea al abandonar el cuerpo, siendo denominada por Simonin “cola de rata” y por otros autores “cola terminal”. Si bien lo más frecuente es observar tan sólo una de ellas, que será la terminal, en ocasiones aparecen colas en ambos extremos, de modo que, como ya se ha expuesto, la de entrada es profunda y corta, comprometiendo todos los planos, mientras que la de salida se va haciendo más superficial y el trazo es más largo (9). Sin embargo, existe a este respecto una excepción de extraordinaria importancia en patología forense, que fue descrita por Canuto en 1.928 al exponer un fenómeno que denominó “inversión de la coleta”, que consiste en que en el degüello suicida la cola larga es la de entrada, mientras que la de salida, producida por un despega- miento del arma y no por deslizamiento, es corta y profunda. Así pues, vemos como el estudio detallado de los extremos de la herida permite determinar la dirección del arma en el contacto con el cuerpo de la víctima.
Además de estas cinco características descritas por Bonnet, en las heridas lineales podemos observar otras más:
— El trayecto en superficie generalmente es rectilíneo o ligeramente incurvado, aunque Thoinot precisa que también puede ser anguloso e incluso en zigzag. En ocasiones este trayecto puede aparecer discontinuo, aparentando conformar dos o más heridas distintas, como ocurre si la incisión afecta oblicuamente a un pliegue cutáneo; éste es el caso de zonas fl ácidas de la piel o de determinadas localizaciones como los párpados o el escroto, en los que si la herida es muy superficial puede presentar interrupciones que se muestran como varias pequeñas heridas dispuestas en una misma línea y separadas por zonas intactas.
— Las paredes son generalmente lisas y regulares, con una variable profundidad que dibuja una sección triangular de vértice inferior. — Esta profundidad es variable en dependencia del fi lo de la hoja, de la fuerza con que se aplica sobre la superficie cutánea y de la resistencia de los tejidos afectados, de manera que cuando el arma alcanza un plano óseo superficial, será éste el que constituya el fondo de la herida. A este respecto, y en relación a diferentes localizaciones, es inhabitual que cuando
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